Nueva
filosofía de la conquista
En
esta ocasión hablare del proceso a la conquista de América de Luciano Pereña.
Sobre el tema del revisionismo de Francisco Vitoria, específicamente del
numeral dos: la nueva filosofía de la conquista.
Para
comenzar, vale la pena conocer algunos datos del autor: Francisco Vitoria
porque de él vamos a hablar en el
presente ensayo. “Francisco de Vitoria, catedrático de la Universidad de
Salamanca, sometió a proceso crítico el descubrimiento y la conquista de
América por los españoles. Empezó por cuestionar y terminó por negar los
fundamentos del Requerimiento oficial de la corona que justificaba y sobre los
que discurrió la primera conquista (1508-1534)” (Pereña, L. “El proceso a la
conquista de América” p.193). El objetivo de este ensayo es presentar una de
las críticas que hace Vitoria a la conquista de los españoles: “El papa, no
tiene ningún poder político sobre los indios” (Pereña, L. “El proceso a la
conquista de América” p.199). Ya que, el papa Alejandro VI, delegando su poder
universal político, dona a los Reyes Católicos de España los territorios de las
Indias. Con esto se confirma el poder político y poder universal del papa sobre
todo el orbe. Y para llevar a cabo la presentación de dicha crítica, partiré de
nuestra realidad guatemalteca – con el tema de la minería- enlazando al final
el texto de Luciano Pereña.
Recordemos
que en la edad Media se consideraba que el papa tenía el poder de todo el orbe.
Esto es algo que hoy, de alguna manera, no podemos comprender. Pero el texto
nos presenta cómo Vitoria empieza por denunciar esa teocracia pontificia, que
los conquistadores llevaron hasta el extremo. Porque los españoles, en nombre
del papa, esclavizaban a los indios, ocupaban sus territorios, etc. y como el
papa les había “dado el permiso” se sentían con toda la potestad de hacerlo.
Como
seres humanos tenemos conciencia de qué es bueno y qué es malo. Aquí hay un
punto que no quiero dejar pasar, ¿porqué cuando es un acto bueno nos animamos hasta
pedir una bocina para anunciarlo o llamar
a los medios de comunicación para publicarlo; mientras que cuando es un
acto que se ve feo –por no decir que es malo- buscamos siempre a alguien para
echarle la culpa? Y recordemos la crucifixión de Cristo: Pilatos se lavó las
manos. Como para decir que no formaba parte de los culpables de la muerte de Jesús
que era inocente. ¿Será hipocresía? ¿Será presentarse como oveja, pero con
intenciones de león? Son interrogantes que surgen al momento de leer el texto.
Incluso lo hablábamos en clase: uno ya tiene suficiente uso de razón para saber
lo que va a hacer ¿Por qué no lo hace? ¿Porqué los conquistadores tenían que
solicitarle permiso al papa para conquistar América? Total, lo iban a hacer con
o sin el permiso del papa.
Dice
un refrán muy conocido: “quien no conoce su historia está condenado a
repetirla”. Porque nuestra sociedad pasa hoy por momentos de invasión
extranjera. Hace precisamente 16 días, las calles de nuestros pueblos estaban
colmadas de cientos de estudiantes, que con sus ruidosos tambores manifestaban
el festejo de la independencia y porque no mencionar las largas marchas de
numerosas antorchas que iluminaban las principales calles de nuestro país,
portadas por jóvenes que anhelan libertad. Y gracias a Vitoria que critica
elementos de la conquista de América, nos hace que no pasemos con los ojos
cerrados ante tales acontecimientos que vivimos. Y la verdad, al decir que
nuestra sociedad pasa por momentos de invasión extranjera, me refiero a la
minería.
Nuestro
presidente, Otto Pérez Molina, al inicio de su misión como gobierno manifestó
que iba a convertir nuestro país en “un país minero”. Por el motivo de que no
hay fondos. No hay una buena economía en nuestro país. Es lamentable que hoy,
al igual que en tiempos de la conquista vengan turistas a visitar nuestro país,
sin ningún título, ni licencia o permiso para explorar nuestras tierras a ver
si tienen oro, simplemente a tomar aire puro, a apreciar la naturaleza, a
admirar el ¡país de la eterna primavera! Y que luego vengan compañías no con el
permiso del papa sino con el permiso de nuestro presidente, con la licencia
para explorar nuestras tierras y posteriormente despojarnos no de nuestros
territorios, sino a traer el oro. Dejando nuestro país en decadencia. Porque
después de que se va la compañía con el oro se acaban los bosques, hay que
esperar 20 años para que se purifique el agua... ¡qué va a tomar una población
durante ese tiempo! Seguramente se arriesga a enfermarse, a morir.
Y aunque Guatemala no depende totalmente de la minería pero si en una parte. Y
vasta esa parte para que hoy cueste definir en nuestra sociedad conceptos tales
como: libertad, autonomía, independencia, etc. porque seguimos dependiendo de
la ayuda de otros países para salir adelante.
Entonces
¿Por qué esas calles no se llenan de personas con tambores que protesten esas
injusticias, como ya algunos lo han hecho uniéndose en cansadas marchas en
favor de la vida? ¿De qué independencia se habla? No dejemos que la
independencia se vuelva igual a los acuerdos de paz. Donde se habla de una paz
firme y duradera, cuando muchos guatemaltecos desean cambiarle el nombre a
Nuestro Diario por “Muerto diario” al ver tanta violencia que sufren las
familias guatemaltecas.
Si
Vitoria viniera a nuestro país y miraría cuantas injusticias se hacen contra
los campesinos que sufren con los proyectos mineros, daría una lista de
principios constitucionales como lo hizo en aquella ocasión: 1) campesinos y
compañías mineras son iguales en cuanto que son hombres. 2) Igualmente solidarios
y libres. 3) Los campesinos son verdaderamente dueños de sus bienes. (cfr.
Pereña, L. “El proceso a la conquista de América” p. 201).
Al igual que Vitoria defiende los indios, cada uno de nosotros estamos llamados a defender nuestra gente. Esa gente que muchas veces, al igual que en la conquista es tratada con inferioridad. Solo así, conservaremos un país bello, digno de vivir, donde sean respetados los derechos de cada uno donde cada uno vele por el bien del otro.
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