Melvin
En el numeral 1.4 de texto del
liberalismo y positivismo de Artemis Torres, se encuentra la reacción de la Iglesia católica ante el
liberalismo y positivismo.
En el siglo XIX el liberalismo
rompió con la tradición religiosa, la ciencia positiva trajo consigo
contradicciones ante dogmas religiosos, este fenómeno histórico conllevo un
pleito entre el liberalismo y positivismo contra la iglesia católica.
La iglesia proclamó por siglos
tantos dogmas y se guio siempre por una jerarquía divina. Por siglos mantuvo
esta línea de un orden divino que le correspondía a la iglesia y que debía
guiar a la tierra hacia el cielo prometido. Aunque en nuestro tiempo la iglesia mantiene
la ortodoxia, no tiene mayor complicación con el neoliberalismo y la ciencia.
El liberalismo le quito el
privilegio, protección y parte de sus bienes a la iglesia. La iglesia
dogmáticamente tenia que por jerarquía divina mandaba en esta tierra, cosa que
en el pensamiento liberal no encajaba. El pleito entre el liberalismo ante la
iglesia católica era quitarle todo tipo de poder político, ya que según el
texto a la iglesia no le correspondía esta función. El liberalismo luchó contra
la iglesia, porque de este modo se quería llegar a la modernidad, que era
quitándole todo poder político a la iglesia. Con este pensamiento liberal se
intento separar a la iglesia del estado.
El positivismo trajo consigo un
método de investigación, el cual no correspondía a lo que la iglesia católica
había proclamado por siglos. La iglesia se vio afectada por el positivismo que
su campo de estudio era toda materia reala sensible ante el ser humano,
mientras que la iglesia intentaba asemejarse a un mundo fuera de este. El positivismo
como ciencia y como pensamiento se separo de todo conocimiento no comprobable,
mientras que la iglesia hablaba de ideas no comprobables de otro mundo. Todo
esto visto desde un punto de vista positivista.
Tanto el liberalismo y el
positivismo hicieron ataques contra la iglesia, muchos de esos ataques de cierta
manera fueron justos, pero muchos de ellos fueron innecesarios. El liberalismo hizo tanto ataque contra la
iglesia católica con la falacia de que todo era por la modernidad, el
positivismo trato de hablar de cosas que nunca había adentrado (lo metafísico),
la iglesia también hizo contraataques innecesarios contra el liberalismo y el
positivismo. En conclusión estos ataques fueron innecesarios pero inevitables,
ya que el liberalismo y el positivismo tenían concepciones y principios que no
compactaban con la iglesia, pero no compactaban estas posiciones porque no se
podía, sino porque no querían estabilizar una relación.
La iglesia ante los ataques
ideológicos y en otros planos como la expropiación de edificios y tierras, tuvo
que reaccionar, la reacción fue atacar firmemente al liberalismo y positivismo,
el contraataque no fue a nivel científico o violento, sino que el texto dice
que el contraataque fue de modo propagandista, la iglesia creo comunicados a
sus files e intento crear criterios anti liberales positivistas. Los criterios
que el texto exalta son de la fe, en que la iglesia al mantener la fe mantenía
verdades absolutas.
En nuestro contexto el
positivismo ha adquirido mayor objetividad y se ha convertido en ciencia y se
ha ocupado en su campo. El liberalismo se ha convertido en nuestra época en
neoliberalismo que no le interesa pelear con la iglesia. La iglesia se ha
ocupado en sus funciones divinas y a mantenido la ortodoxia en su campo religioso.
Aunque se hallan roces en nuestro contexto son menores como los del siglo XIX.
En conclusión el liberalismo
surgente del siglo XIX intento separar el estado de la iglesia, ello contrajo
ataques mutuos, aunque los ataques políticos fueron fuertes ante la iglesia
católica. El positivismo fue una aberración algo mundano y satánico ante la
iglesia ya que según la religiosidad eran conocimientos que atentaban contra la
iglesia y el orden divino. Estos ataques mutuos fueron innecesarios
pero inevitables.
Luis René Sandoval:
ResponderEliminarEs importante la separación Iglesia-Estado que usted resalta en su ensayo. Me parece interesante resaltar que algunos sacerdotes, hermanos y monjas perdieron la ortodoxia de la Iglesia en la segunda mitad del siglo XX involucrándose en actividades subversivas contra el Estado. Esto surgió por la ya condenada Teología de la Liberación que desde su base esparce los errores del comunismo. La materialización de este pensamiento es la distribución igualitaria de la pobreza y la confusión de los fieles.
En esta sociedad en la que urge la verdadera paz es necesario que la Iglesia se convierta en maestra de valores, valores que comparte con pensamientos como el positivismo. Estos son la libertad, la igualdad y la verdadera solidaridad, aquella que surge del reconocimiento de hijos de Dios.
Los ataques del neoliberalismo actual son casi imperceptibles pero existen cuando la Iglesia, por medio de la Doctrina Social, se compromete en la defensa de los más pobres. Tanto unos como otros debemos luchar por la formación en valores de las nuevas generaciones.