lunes, 14 de noviembre de 2016

   Alberto Masferrer    

(Vicente Alberto Masferrer Mónico; Tecapa, 1868 - San Salvador, 1932) Escritor e intelectual salvadoreño. De personalidad polémica, fue una de las figuras más dinámicas de la vida cultural y política de su país y ejerció una fuerte influencia en las generaciones más jóvenes.
Según sus propias palabras, él quería "Luchar contra todas las injusticias; declarar la guerra a la miseria y la ignorancia; meter el hombro a las clases desheredadas sin humillar a las favorecidas; consagrar nuestro esfuerzo al triunfo de la verdad y de la virtud (...). Considerado de esta manera, el socialismo es la más santa de las doctrinas: es el cristianismo en sus más avanzadas consecuencias. En este sentido, nuestra literatura debe ser socialista", palabras que operan como una especie de poética o al menos de programa cultural y social.
Su obra, que ejerció profunda influencia en la juventud de su país, se caracteriza por una mezcla de socialismo y misticismo religioso y por una visión un tanto ambigua de los problemas sociales. Su primer libro, Páginas (1893), a pesar de estar enclavado en el modernismo, se destacó por su impronta social.
 Según información obtenida de una de las páginas publicadas en el salvador él ha  sido uno de los escritores más sobresalientes que ha tenido El Salvador  a lo largo de la historia. Él se consideraba como un autodidacta, es decir una persona curiosa que decide aprender por si mismo aquello que le llama la atención; por ello cuando le preguntaban dónde había estudiado él contestaba en la “Universidad de La Vida”.
 Su pensamiento es resumido en un concepto llamado “vitalismo”, cuyo significado es que cada individuo tiene el derecho a un “mínimum vital” (mínimo de vida) en lo que respecta a vivienda, alimentación, trabajo y educación. Masferrer abogó por la lucha pacífica -al igual que Gandhi-. y utilizó el periodismo como un púlpito para predicar sus ideas fundando dirigiendo el diario Patria entre 1928 y 1930. Ese mismo pensamiento reformista y no violento naufragó entre las fuerzas que se confrontarían en la insurrección campesina de 1932 y que culminó con la matanza de entre 10 y 30 mil indios y campesinos y el alza del gobierno dictatorial del General Maximiliano Hernández Martínez. Los libros e ideología Masferreriana fueron considerados de pensamiento comunista y Masferrer, temiendo por su vida, se auto-expatrió en 1932.
En cuanto a las actitudes sobresalientes también era un escritor apasionado de los libros, por lo que no sorprende que considerara a la educación como el eje para el cambio social; sus ensayos Leer y Escribir y La Cultura Por Medio del Libro así lo demuestran.
Raúl Garay dirá que Su salud fue muy endeble, un período de su vida lo pasó en silla de ruedas. Pero su espíritu era de pelea, formidable periodista que sirvió desde su visión vitalista del Mínimum Vital en el partido Laborista del Ingeniero Arturo Araujo, a quien ayudó a llegar a la presidencia de la República, pero éste y sus allegados en el gobierno, no cumplieron con su palabra en favor del pueblo, lo que permitió que el caldo de las injusticias, se agitara más y estallaran los levantamientos populares de enero de 1932; las matanzas con que fueron ahogados estos levantamientos por el general Maximiliano Hernández Martínez, afectó a Masferrer, que se sentía culpable por sus prédicas en el Minimun Vital.
Tras su derrota política y moral por el estallido de la violencia que trató de contener, fue exiliado a Honduras, donde falleció víctima de su endeble salud. Durante toda su vida adoleció de diversas enfermedades, postrándose en silla de ruedas por periodos cortos.
 En homenaje a Masferrer, existen diversas escuelas, universidades, plazas y monumentos que llevan su nombre, honrándole a nivel oficial y reconociendo su fuerte influencia sobre las generaciones de educandos y literatos nacionales. Además, por decreto legislativo del 30 de agosto de 1949, la tumba de Masferrer se considera monumento nacional.
 También podemos encontrar en biografías y vidas, las diversas obras publicadas por Masferrer.

  • Páginas (1893)
  •  Niñerías (1985)
  • ¿Qué debemos saber? (ensayo epistolar, 1913)
  •  Leer y escribir (ensayo sociológico, 1915)
  •  Una vida en el cine (1922)
  •  Ensayo sobre el destino (1925)
  • Las siete cuerdas de la lira (ensayo filosófico, 1926)
  •  El dinero maldito (ensayo moral, 1927)
  •  Helios (ensayo, 1928)
  •  La religión universal (ensayo, 1928)
  •  El minimum vital (ensayo político-social, 1929)
  •  Estudios y figuraciones de la vida de Jesús (ensayo filosófico, 1930)
  •  El rosal deshojado (versos publicados póstumamente en 1935)
  •  Prosas escogidas (prosas publicadas póstumamente en 1968)

Contexto
En cuanto al contexto en el cual se desenvolvía resalta que.  Era hijo de una ciudadana salvadoreña, Leonor Mónico, y de un español afincado en El Salvador, Enrique Masferrer, su padre se negó en un principio a reconocerlo como vástago; posteriormente se avino a reconocer su paternidad y Alberto pasó a vivir a la casa de su padre. Cursó sus primeras letras en la escuela de Jucuapa, y, a los diez años de edad, ingresó colegio que había fundado en San Salvador la pedagoga francesa Agustine Charvin. En 1883 fue enviado por su padre a Guatemala en represalia por haberse negado a cumplir un castigo que le había impuesto. El jovencísimo Masferrer rechazó la custodia paterna y vagabundeó por Guatemala, Honduras y Nicaragua, trabajando en oficios como el de buhonero.
Ejerció luego la docencia en el departamento nicaragüense de Rivas, desde donde fue enviado a la isla de Ometepe para que impartiera clases en el presidio que allí se levantaba. Posteriormente se trasladó a San Rafael del Sur, donde asumió la dirección de la Escuela de Varones. En 1885 se trasladó a Costa Rica, donde apenas permaneció un año, y en 1886 regresó a su país natal y fue profesor en El Carrizal, donde residió durante tres años. En 1889 fue nombrado director de la escuela de Jucuapa, la misma en que el propio Masferrer había recibido sus primeras clases.
En 1890 fue nombrado subdirector escolar en Sensutepeque y archivero de la Contaduría Mayor en San Salvador; dos años después, asumió la dirección del Diario Oficial, y en 1900 se convirtió en secretario del Instituto Nacional, cargo que abandonó un año después, cuando fue nombrado cónsul de El Salvador en Buenos Aires (Argentina). Inició así una carrera diplomática que lo llevaría a ocupar los consulados salvadoreños en Santiago de Chile (1902), San José de Costa Rica (1907) y Amberes (Bélgica, 1910). Fue delegado de El Salvador en la Conferencia de La Haya (1912), colaborador en el Segundo Congreso Científico celebrado Washington en 1915, asesor del Ministerio de Instrucción Pública y director del Instituto Ixeles (1916).
Su labor literaria y ensayística se desarrolló paralelamente. En 1923 se convirtió en uno de los editorialistas del periódico El Día, y en 1928, en compañía de los escritores y periodistas Alberto Guerra Trigueros y José Bernal, fundó en la capital salvadoreña el rotativo Patria, donde se hizo cargo de la sección editorial y de una aplaudida columna titulada Vivir. Sus trabajos periodísticos publicados en este diario fueron recopilados al cabo de varios años por el poeta y crítico literario Pedro Geoffroy Rivas, y publicados por la editorial de la Universidad de El Salvador. Masferrer brilló también como periodista en territorio chileno, donde, bajo el pseudónimo de "Lutrín", firmó una columna humorística que aparecía en los rotativos El Chileno, de Santiago, y El Mercurio, de Valparaíso.
En los últimos años de su vida, Alberto Masferrer se implicó en la política de su país. Participó ardientemente en la campaña electoral de 1929 y 1930 a favor del partido laborista, apoyando al candidato Arturo Araujo, quien, elegido presidente en 1931, resultó inmediatamente derrocado por el golpe de estado del general Maximiliano Hernández Martínez. Las matanzas posteriores a manos del ejército salvadoreño desengañaron a Masferrer, quien hubo de partir a Guatemala y a Honduras sumido en la pobreza y la enfermedad.


Referencias

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/masferrer.htm
http://www.elsalvadormipais.com/alberto-masferrer-biografia
https://raulgaray.wordpress.com/biografia-alberto-masferrer/
www.buscabiografias.com/biografia/verdetalle/6459/Alberto%20Masferrer
https://www.elfaro.net/es/201003/opinion


Justificación

Alberto Masferrer
(Vicente Alberto Masferrer Mónico; Tecapa, 1868 - San Salvador, 1932) Escritor e intelectual salvadoreño. De personalidad polémica, fue una de las figuras más dinámicas de la vida cultural y política de su país y ejerció una fuerte influencia en las generaciones más jóvenes. Su historial ha influido mucho en la sociedad, principalmente del salvador.
El motivo por el cual he elegido este personaje es principalmente por su aporte a la literatura latinoamericana además, los temas tratados son de gran impacto social en nuestra actualidad.
De todas sus obras he querido estudiar “El Dinero Maldito” una realidad que sobrepasa, pues muestra en este escrito, como se llega a obtener bienes y de igual manera como se pierde no solo el dinero sino la misma conciencia moral, espiritual y todos los ámbitos que como seres humanos nos desenvolvemos.


viernes, 11 de noviembre de 2016

RESEÑA
RESEÑA: ÉTICA Y MORAL, LA BUSQUEDA DE LOS FUNDAMENTOS
PARTE I

La reflexión realizada por el Filósofo y Teólogo Leonardo Boff, sobre “Ética y Moral, la búsqueda de los fundamentos”, se constituye en cuatro partes:

1. La ética: la enfermedad y sus remedios
2.  La genealogía de la ética
3.  Las virtudes de una ¿ética planetaria? 
4. Guerra y paz”

En ello se abordan el fundamento de la degradación de la vida misma; el constante avance de un mundo materialista, con esto se ha visto la necesidad de la experiencia de una ética y moral constituida bajo prácticas que beneficien el cuidado de todo lo creado.

1. En la primera parte “Ética: La enfermedad y sus remedios” centra su mirada en la que fuese la causa del proceso de degradación de la  Tierra y la forma correcta de poder generar un equilibrio,  concretiza que en las manos de todos los hombres esta la decisión de salvar el planeta tierra.
Cada día los avances en los campos de las ciencias van creciendo con ellos un progreso “técnico-científico y cultural”, los beneficios han sido diversos, pero siempre con vistas a una cultura de materialidad, dejando un vacío en el sentido por el respeto a la naturaleza. Hay dos fuerzas fundamentales para entender el devenir de un cambio, “la fuerza de autoafirmación y la fuerza de integración”; la primera considera que de forma individual estamos llamados a buscar nuestra propia supervivencia y la otra fuerza garantiza la cooperación y las relaciones inclusivas. Estas dos fuerzas no pueden estar aisladas, pero este ha sido la raíz del problema,  el ser humano ha roto el vínculo de armonía que debe haber entre él y la naturaleza.

Tras haber roto este vínculo de armonía, el hombre sale en búsqueda de nuevos espacios de conquista, y es una conquista insaciable de lo desconocidos, prueba de esta cualidad “Alejandro Magno, Hernán Cortes, Napoleón Bonaparte” los conquistadores que no aceptaron los limites.
Boff señala que es preciso conquistar aquello que no hemos conquistado, “la austeridad, la autolimitación, el consumo solidario, la compasión” la práctica de estas conquistas garantizara  la supervivencia de todos.  En la misma forma que el hombre ha conquistado también conviene cuidar aquellos que nos queda, el cuidado es la condición que permite orientar el devenir de la existencia, es considerable pensar en los proyectos destinados a la protección de la vida, pues estos están enfocados en la restauración de lo deteriorado.

2. En la segunda parte “Genealogía de la ética” plantea la difícil tarea de recobrar los valores perdidos, de poder distinguir el bien y el mal. Los distintos cambios que ha sufrido la humanidad es notorio entonces el abandono de ideales suficientemente cimentados sobre la conductas personales y sociales suficientemente cimentadas en la ética.

Las religiones y la razón son las fuentes que orientan la etica y la moral; si bien comprendemos la religión juega un papel muy importante, la mayor parte de la humanidad rige su vida según los valores implantados desde la religión que practica. La razón ha jugado un papel importante en el establecimiento de los “códigos éticos universales validos”.

La ética también tiene su fundamento en el afecto, en el sentir responsabilidad por lo demás, cuando hay sentimientos, la pasión por la práctica de valores se activa y eso hace que nos movamos en la búsqueda de nuevos ideales.  Esta ética propuesta por Boff se va construyendo en base a una estructura de valores, vinculados directamente a la vida, el cuidado, la no violencia y la paz.

Si deseamos entonces la práctica de esta ética planetaria necesitamos que el daimon nos oriente en el camino “Sócrates nos dice; Daimon –voz profética dentro de mi proveniente de un ser superior”.
Es preciso entonces después de haber tratado de orientar es preciso entonces definir ética y moral.
Ética es parte de la filosofía, considera concepciones de fondo acerca de la vida, del universo, del ser humano y de su destino; determina principios y valores que orientan a las personas y a la sociedades. La moral es parte de la vida concreta. Trata de la práctica real de las personas, que se expresan por medio de costumbres, hábitos y valores culturalmente establecidos”.

Esta ética y moral se fundamenta en las prácticas familiares de donde emanan los valores primordiales para el crecimiento del hombre, se fundamentan en la búsqueda del bien, en la práctica del amor, del cuidado, de la responsabilidad y solidaridad. 

3. En la tercera parte “Virtudes Cardinales de una Ética Planetaria” encamina en la toma de conciencia sobre el actuar de los sistemas de globalización capitalistas, en el actuar de la política, que se olvidan de encaminar los valores hacia la práctica del bien común.

 Las sociedades continúan desarrollándose y creciendo constantemente, y se fundamentan sobre el sentido de “participación ciudadana y de cooperación de todos”. Pero todo esto se ha ido olvidando en el marco del desarrollo, los procesos de competitividad, el individualismo son el problema de que se origina de una falta del sentido del bien común.

El pensamiento implantado tras el desarrollo, la globalización, dejan en segundo plano a la sociedad, más bien se guían en la superación material, buscando con un hambre desmedido el capitalismo imperante.

Es necesario fortalecer el sentido del bien común dando lugar a la cooperación, implantando el pensamiento de solidaridad y unidad; pero no solo tiene que ser un bien común humano si no también que integre el medio ambiente, la naturaleza entera.

En este mundo tan centralizado en un sistema de producción extremo los medios se van cada dia agotándose, hay quienes se enriquecen y otros sufren; es necesario hacer decisiones concretas que orienten el transcurso de la vida, hace falta un espíritu de sacrificio, no limitarnos en el consumo sino de saber aprovechar lo necesario y justo.

4. En la cuarta parte “Guerra y Paz” en este capítulo se enfoca en hacer énfasis en los problemas que desestabilizan el orden lógico de todo. Estamos sumergidos en un contexto donde el imperialismo occidental ha tomado fuerzas, tal parece que seguís el ritmo de una sociedad que sataniza, margina y oprime al otro. Es necesario un estado de dialogo para crear conciencia de la gravedad en que nos hemos envuelto. El terrorismo  con el que se nos ha implantado miedo, nos hacen bajar la guardia y dejamos que se nos adhieran nuevos comportamientos;  con el devenir de la globalización se han creado programas que propician el rescate de la tierra, pero se han quedado en palabras secas sin fundamentos, es preciso entonces tomar conciencia de la gravedad, o buscamos mejorar nuestras condiciones o terminaremos destruyéndonos.

Las guerras son fruto de esta falta del sentido común arriesgamos todo en contra de otros, estamos siendo invadidos por el deseo de querer imponernos, es trascendental en la vida de todos crear una cultura de paz. Y de encontrar el fundamento de esta Ética y Moral basada desde la protección de todo lo creado. Tenemos que transformarnos en personas virtuosas practicando la ética.

PARTE II
BALANCE O VALORIZACIÓN
ACUERDO
Estoy de acuerdo con Leonardo Boff en su postura en querer implantar una cultura de paz y armonía entre el hombre y la naturaleza,  y cuando expone los distintos factores que han determinado la destrucción del medio ambiente. Porque propone un cambio radical por el respeto de la naturaleza, y de la valoración de los fundamentos, que se originan en el respeto, el cuidado, la búsqueda y solidaridad planetaria.

Estoy de acuerdo, cuando expone el deseo del bien común, dejando a un lado el individualismo por la búsqueda del bien común no solo para el hombre sino para toda la naturaleza creada.

DESACUERDO
Se habla más de ética que de moral, el escrito se enfoca en el Ethos y en cierto momento siento mucha superficialidad y no enmarca los problemas serios, solo se expone que hay una degradación del planeta pero no se identifican los problemas específicamente.

IMPORTANCIA DEL AUTOR Y EL TEXTO

La importancia de estudiar a Leonardo Boff radica en la profundidad de sus textos, porque su pensamiento no se enfoca solamente en una visión parcial de los hechos que acontecen en la vida, su pensamiento humanista, busca erradicar aquellas vejaciones que continuando esclavizando al hombre, y con su pensamiento propone también alternativas para mejora una cultura de armonía entre el hombre y lo que le rodea.

El texto es a mi criterio es importante leerlo porque a través de este escrito vamos entendiendo ciertos aspectos necesarios a reflexionar sobre el cuidado  de la casa común, y realmente tiene una gran similitud con la Laudato Sí del Papa Francisco, ya que enmarca las realidades que hoy día afrontamos gracias a una cultura globalizada; donde el individualismo impera sobre el bien común. Aunque cabe resaltar que estos documentos han salido tarde ante la realidad actual.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

III. RESEÑA.
1)    Síntesis:
   La obra de Nelson Maldonado-Torres titulado: “SOBRE LA COLONIALIDAD DEL SER: CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO DE UN CONCEPTO”, es parte de un libro que tiene por nombre: “El giro decolonial- Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global”, de la pontificia universidad Javeriana de Colombia- Instituto pensar.
   Maldonado Torres, inicia su texto con la descripción de cómo surgió sus interrogantes y discusiones sobre la colonialidad del ser. Realiza un pequeño recorrido sobre algunos autores (filósofos), con los cuales desarrolla su ensayo. A sí mismo, divide su texto en cuatro partes, en las cuales intenta responder a una interrogante que él mismo se plantea. Las interrogantes son las siguientes: ¿Qué es la colonialidad?, ¿Qué es el ser?, ¿Qué es la colonialidad del ser?, y finalmente concluye con la pregunta sobre: ¿Qué es la descolonización y la des-gener-accion (o acción desgeneradora del ser?.

2)    Enumeración de las partes :
                      I.        Introducción del texto.
   En la primera parte, Nelson Maldonado recuerda el surgir del concepto de colonialidad del ser, “en discusiones de un discurso de intelectuales que trabajan en torno a asuntos relacionados con la colonialidad y decolonialidad del poder” (Pág.127) temas,  que sin duda alguna;  son desconocidos por muchos de nosotros por la influencia del pensamiento moderno-occidental.
   En ese mismo sentido, Maldonado realiza un énfasis en Walter Mignolo, a quien “Particularmente, le debemos el concepto” de colonialidad del ser (Pág.127). Todo ello, lo relacionó con sus estudios ontológicos de Martin Heidegger, donde fue precursora la profesora Joan Stambaugh. También, Maldonado realizó un estudio riguroso sobre otros autores de la tradición fenomenológica, entre ellos: “Jean-Paul Sartre, Edmund Husserl y Jacques

Derrida” (Pág. 128). Pero, sin duda alguna quien completo su andamiaje fue el judío-lituano Emmanuel Levinas, con quien despertó su sueño ontológico.
   Emmanuel Levinas, es para Maldonado el encuentro con una “Subversión radical de la filosofía occidental… donde la vocación del ser humano: el comienzo de filosofar no consta en el encuentro entre sujeto y objetos sino en la ética, entendida como relación fundamental entre un yo y otro” (Pág.128).
   A sí mismo, toda esta idea de la colonialidad del ser, vierte sus raíces en la concepción de Levinas que ve una gran relación entre la ontología y el poder. También las ideas de “colonialidad del poder”, “Colonialidad del saber” dan pautas para pensar en una “Colonialidad del ser” entendido como: “Experiencia vivida de la colonización y su impacto en el lenguaje”.
   También, uno de los autores que es parte de este andamiaje es Franzt Fanon, quien según Maldonado; articula las expresiones existenciales de la colonialidad, en relación con la experiencia racial y en parte también, con la experiencia de diferencia de género.
3)    Desarrollo:
I.              ¿Qué es la colonialidad?
   Nelson Maldonado, hace una distinción entre lo que se concibe como colonialismo y lo que dentro de su ensayo él concibe como colonialidad, donde el colonialismo “denota una relación política económica, en la cual la soberanía de un pueblo reside en el poder de otro pueblo o nación…” y la colonialidad “un patrón de poder que emergió como resultado del colonialismo moderno, refiriéndose a la forma como el trabajo, el conocimiento, la autoridad y las relaciones intersubjetivas se articulan entre sí , a través del mercado capitalista mundial y de la idea de la raza” (Pág.131).   
   Dicho lo anterior, también es importante resaltar que la colonialidad no nace en el vacío, sino en un contexto socio-histórico, este es particularmente en la llamada conquista o descubrimiento de las Américas. Este escenario, es el blanco  de las configuraciones de dominio, poder, subordinación y demás estructuras coloniales.

   Dentro de este apartado,  Maldonado es consciente que dicha colonialidad, viene en unidad a un poder que realiza crueles clasificaciones sociales entre los sujetos. No es una relación horizontal, sino vertical, es decir, son  profundas relaciones asimétricas donde unos denotas superioridad sobre  los otros. Superioridad que se relaciona con la idea de la raza, lo indígena y lo negro.
   En ese mismo sentido, Maldonado recuerda que la configuración  del ideal  de la subjetividad moderna es “el ego conquiro” (Yo-conquisto), lo cual se relaciona con  la formulación cartesiana del “ego cogito”. Por lo tanto, “El rol del escepticismo es central para la modernidad europea, Y así como el ego conquiro antecede al ego cogito, un cierto tipo de escepticismo sobre la humanidad de los sub-otros colonizados y racializados sirven como fondo a las certidumbre cartesianas y su método de la duda hiperbólica” (Pág.134). Esto, unido a la interpretación fanoniana del colonialismo como una realidad maniquea, que la relaciona con al misantropía. 
   Según Maldonado, este escepticismo maniqueo misantrópico no duda de la existencia del mundo o del estatus normativas de la lógica y matemática, sino cuestiona la humanidad de los colonizados. Todo ello, reflejado en el proceso de esclavitud de los pueblos indígenas, y las dudas planteadas sobre si ellos eran realmente seres humanos, si tenían alma o no. Por cual, se configuro la llamada “línea de color”  y la raza que formaron implicaciones entorno a la esclavitud, dominación y explotación.
II.            ¿Qué es el Ser?
   En esta parte del texto, Maldonado realiza un énfasis en el pensamiento de Martin Heidegger, quien se caracteriza por la idea de que el ser no es ente o una cosa, sino el ser de los entes. Y solo existe un ser que se pregunta por el ser, que es el humano. Pero, Heidegger no lo denomina con el término de “Ser humano”, sino como “Dasein. Dasein significa literalmente “ser-ahí”. Y este Dasein se relaciona consigo mismo, proyectando sus propias posibilidades y no las definidas de antemano por “el uno”. Por lo cual, la autenticidad para Heidegger “Solo puede alcanzarse por medio del poder-ser propio y la resolución, que sólo puede emerger en un encuentro con la posibilidad que inescapablemente propia de cada cual, esto es; la muerte” (Pág.142).

   Pero, en el caso de los colonizados, Maldonado afirma que no es un Dasein cualquiera, y el encentro con la posibilidad de la muerte no tiene el mismo impacto o resultados que para alguien alienado o despersonalizado por virtud del “uno”. “Los sujetos racializados son construidos de formas distintas de las que forman a sujetos, otros y pueblos. La anticipación de la muerte no es tanto un factor individualizador como un rasgo constitutivo de su realidad. Para ellos la muerte, no es “el uno”, aquello que los aflige. El encuentro con la muerte siempre viene de alguna forma muy tarde, ya que la muerte está siempre a su lado como amenaza continua” (Pág.143).
III.           ¿Qué es la colonialidad del ser?
   Según Maldonado, las implicaciones del “Yo pienso” de Descartes, las implicaciones que se podrían tomar, es la de que otros no piensan, y con la afirmación “Soy” se podría decir que los demás están desprovistos del ser. Es decir, conscientes de que la modernidad esta vinculada con la idea de la racionalidad y el ser, se crean las especulaciones de que los sujetos racializados, posiblemente estén desprovistos del ser, ya que; desde la perspectiva eurocéntrica, esos sujetos no piensan, por lo tanto, no tienen ser. Solo los consideran como simple entes sin ser.
   Entonces, aquí el “Dasein” de Heidegger, es colonizado; a quien Maldonado denomina como condenado o damnés (Sujeto que no puede dar porque  lo que ella o él tiene ha sido tomado de ella o él), creando así diferencia ontológica. Fanon afirma que: “El enigma de los negro aparece, para él, como el punto de partida radical para pensar sobre la colonialidad del ser” (Pág.146). A partir de ello, Fanon elabora sus meditaciones por medio de tres categorías fundamentales: Diferencia trans-ontológica, Diferencia ontológica, Diferencia sub-ontológica o diferencia ontológica colonial. 
   Maldonado, con respecto a la Diferencia sub-ontológica, refiere que “…podría decirse que hay dos aspectos de la diferencia colonial (epistémico y ontológico) y que ambos están relacionados con el poder (Explotación, dominación y control)” (Pág.147). Todo ello, tiene fuertes denotaciones, como por ejemplo la imagen de la mujer negra como deseo sexual, y el hombre negro como amenaza
de violador. Se crea a partir de esto, la distinción entre raza, sexo, género. Donde la mujer negra se cosifica para ser objeto sexual y sirvienta. El hombre negro, configurado como una amenaza por representar la barbarie y depravación del violador.
   Por los cual,  Fanon ante este mundo colonial maniqueo, realiza una guerra contra guerra, orientado por el amor, entendida aquí como el deseo de restaurar la ética, eliminar la diferencia sub-ontológica y darle un lugar humano a las diferencias ontológicas y trans-ontológicas.   

IV.          Descolonización y “DES-GENER-ACCIÓN” DEL SER.
   Maldonado, inicia este apartado de su texto con la figura del damnés, que se refiere a la subjetividad, tanto fundadamente se caracteriza  por el dar, pero se encuentra en condiciones en la cuales no puede dar nada, pues todo lo           que tiene le ha sido tomado. A sí mismo, al tener en cuenta que el “Género, casta, raza y sexualidad, son quizás las cuatros formas de diferenciación humana que han servido más frecuentemente como  medios para transgredir  la primacía humanos de la relación entre el yo y el otro” (Pág. 153).
   Todo lo antes mencionado, crea de manera concreta relaciones sociales verticales,  que realiza distinciones entre grupos elevados a la divinidad y otros al infierno de la esclavitud. Por tanto,  este ser, con aspecto colonial es propio de la modernidad donde se establece el sistema de la “estructura maniquea de amos y esclavos”, y donde la idea de la ética de la guerra es naturalizada por medio de la raza. 
   Por lo tanto, Nelson Maldonado propone que “de la no-ética de la guerra de conquista transitamos, así, a la praxis de la descolonización, inspirada por una ética otra, la ética de la donación, de la generosidad humana y la responsabilidad” (Pág.155), donde según Fanon: La descolonización consiste en la restauración del orden humanos a condiciones en las cuales los sujetos puedan dar y recibir libremente, de acuerdo con el principio de la receptividad generosa.

   También Maldonado, ve un problema en la filosofía moderna occidental, en su forma selectiva de su escepticismo radical que nunca interrogó seria, ni sistemáticamente, a la colonialidad, por eso el giro de-colonial implica fundamentalmente, primero, un cambio de actitud  en el sujeto práctico y de conocimiento, y luego, la transformación de la idea al proyecto de la de-colonización.
   Por lo tanto, para Maldonado este giro de-colonial, representa: “en primer lugar, un cambio de perspectiva y actitud que se encuentra en las prácticas y formas de conocimiento de sujetos colonizados, desde los inicios mismos de la colonización, y en segundo lugar, un proyecto de transformación sistemática y global de las presuposiciones e implicaciones de la modernidad, asumido por una variedad de sujetos en dialogo” (Pág.160) y en “términos de discurso consiste en acabar con la diferencia sub-ontológica y restaurar el sentido y la relevancia trans-ontologica” (Pág.162).














4)    Valoración:
   El proceso de “colonización”  y su estructuración, considero que se ha encargado de configurarnos para no tomar conciencia de las implicaciones negativas que este sistema causó y sigue causando en nuestros pueblos originarios. Nos ha configurado para amar al dominador, hoy reproducimos de manera concreta todo aquello que se nos fue impuesto. Estamos inmerso en un mundo eurocéntrico, o como diría  Alejandro Flores: “no existe sociedad alguna en el mundo contemporáneo que no haya sido afectada por la dominación de la imagen de la supremacía blanca y en consecuencia, no existe sociedad que haya quedado libre de los efectos del colonialismo”.
   Estos efectos del colonialismo,  son evidentes en la vida práctica especialmente en nuestras relaciones interpersonales,  con la denominada “línea racial”, donde la blancura es la que tiene la superioridad. A sí mismo, a nivel académico los planes de estudio están elaborados con pensamiento europeo-occidental. A lo largo de nuestra formación escolar,  aprendemos un 95% del pensamiento europeo y lo nuestro lo dejamos por un lado.   Lo que me hace pensar, que cada individuo está sujeto  a unas especies de categorías de lenguaje, que lo que busca es ordenar, alinear, y articular un modo de ser, a través de signos y símbolos que dicen que es lo normal y lo anormal.
   También, somos reproductores de esta colonialidad que ve en la relación de género, a la mujer como un objeto sexual, especialmente la figura de la mujer negra,  cosificamos  su subjetividad a simples amas de casas, sin derecho a opinar ni decidir y en donde la cultura falocéntrica es la que tiene el dominio y el poder.  Todo ello, unido a la imagen de la blancura como lo perfecto, y quien es diferente a ello, es visto y valorado como un inferior. De ahí un deseo por “mejorar la raza”, frase muy común en  nuestros contexto, queremos corresponder a lo que este sistema configura.

   Por lo tanto, considero que el ensayo  de Nelson Maldonado es un excelente trabajo que define de manera concreta este sistema colonial que nos ha configurado y hoy nos obliga de una u otra manera a reproducir ese sistema. A sí mismo, considero que es una invitación a una toma de conciencia, que nos lleve a la reflexión de dar ese giro decolonial. Ese giro que promueva  una ética que tenga fuertes relaciones con el otro, que veamos en la diferencia una riqueza, no un supuesta inferioridad de razas.
   En ese mismo sentido, estoy en acuerdo con el énfasis que realiza en Nelson Maldonado y la necesidad de analizar este discurso  en cuanto a la “división ontológica de cuerpos y prácticas sociales que separa a los entes sin ser, de los entes con ser” y todo realizado por una hegemonía  blanca. Nuestros países han sido objetos de este sistema colonial que  ordenar nuestra sociedad, según su parecer, sistema que decide que es lo civilizado y que no lo es, realizando así una división práctica, como dice Alejandro Flores  “producto de una serie de tensiones entre imágenes, colectividades y narrativas inscritas en la clausura histórica y política determinada, de forma diagramática, por el “espectro” de la experiencia colonia”, Que nos obligan a tener una memoria y olvido de nuestra raza”.
   Este ensayo, considero que es una urgente llamada a darnos cuenta como la colonialidad del poder, la colonialidad del saber y la colonialidad de ser, crea fuertes diferencias ontológicas que nos llevan a la desigualdad y el dominio de los “racionales” contra aquellos que denominaban  “irracionales”.  Desigualdades que deben ser destruidas, para dejar a tras esa línea (imaginaria) ontológica que no permite que reconozca en el otro parte de mi yo.
   Por lo tanto, al estar conscientes de este sistema, estamos llamados a restaurar las condiciones del orden humano, donde las relaciones no se lleven a cabo de manera vertical (superioridad e inferioridad) por los conceptos de género, raza, casta, sexo. Si no,  que nos desarrollemos con un corazón y pensamiento  amplio a la diversidad que existe en todo el mundo.
   Conscientes que este sistema se ha arraigado a cada vez,  que estamos sumergido en  el, y que de u otra manera rigen el orden-mundo, debemos de ir en contra corriente y dar ese giro deconolonial  desde practicas concretas en nuestra vida diría. Hoy la publicidad, el comercio y todo el andamiaje de este sistema colonizador  nos trasmite las ideas sobre “la belleza” y lo que desde una concepción eurocéntrica es un “hombre” o es una “mujer”, “lo moderno”, “lo humano”, “lo indio”, “lo negro”, etc. Ideas que realiza clasificaciones desiguales y quien no corresponde con ello está fuera de lugar.
   A sí mismo, considero que este giro de-colonial es también es una llamada, para el supuesto “colonizado”, para que vea en él; como la configuración de un prototipo lo ha configurado en busca de crear un mundo más occidental- europeo. Que tome conciencia y reaccione también en busca luchar contra este sistema ”escéptico maniqueo misantrópico”. Y en esto, nos ayuda mucho Levinas, quien considera que  la filosofía debería ser una ética, que no ve sus primacía en el “Yo pienso, luego existo”, sino en un “Yo siento, y luego existo”, realidad que nos hace más consciente de la diferencia de lo demás, no desde una línea ontología, sino en la que el otro es parte de mí. Debemos dar un giro según Levinas donde “la filosofía no sea el amor a la sabiduría, sino donde le filosofía sea  “la sabiduría que nace del amor”.















5)    ¿Por qué es importante el autor y el texto?
   En el contexto donde nos desarrollamos a nivel  académico, social, cultural, etc. Está sumergido en una forma de pensar occidental-europeo que desvaloriza por completo el pensamiento y formas de vidas de los pueblo originarios. A sí mismo, no considera en estas diferentes manifestaciones de la humanidad, la posibilidad de nutrirse de la diferencia, sino que ve en ella una especie de inferioridad.
   Por lo cual, pienso que esta obra de Nelson Maldonado-Torres es trabajo que permite vislumbrar todo el andamiaje de este sistema opresor-dominador, que a los largo de su estructuración nos ha sumergido en esa denominada “colonización del ser”. El texto posee esa riqueza permite: Introducirnos a las formulaciones de este discurso colonial, ver el proceso desde sus ideas “modernas”  y su influencia en nuestras tierras, y sobre todo creer en un proceso o giro de-colonial que  busca el recueperar nuestra dignidad.
   También, considero que es de suma importancia  el texto ya que; es una invitación a creer también es un proceso de pensamiento latinoamericano, que uno u otra manera se nos fue quitado la libertad de expresión, la capacidad de generar pensamiento crítico, pero la obra también busca despertad nuestro deseo por conocer y generar pensamiento, todo ello, sin desvalorizar a los pueblos originarios, donde encontramos una cosmovisión del mundo maravillosa, donde podemos encontrar una sabiduría diferente a la concepción occidental pero también valiosa y nutritiva.
   A sí mismo, considero que el autor Nelson Maldonado, nos permite creer en la posibilidad de un proceso decolonial, que nos sucederá de la noche a la mañana, pero que es momento de tomar conciencia y reaccionar, entorno a estos tipo de dominación que imperan en nuestros territorios. Para promover un proceso emancipatorio, a través de una filosofía que no se limite a la concepción occidental, que busca a ser distinciones entre “seres con entes y seres sin entes”, sino una filosofía que en la diversidad  encuentre su riqueza, una filosofía que nazca no de relaciones asimétricas, sino, del diálogo, una filosofía que no nazca del egoísmos sino del compartir, una filosofía que no nazca de las cuatro forma de diferenciación humana (Género, casta, raza, y sexualidad), sino una verdadera relación con el otro, desde sus diferencias.
   Por lo tanto, Considero que Nelson Maldonado Torres, también es imagen de este proceso de diálogo entre pensamientos diferentes. Maldonado, conoce la filosofía occidental, la ha estudiado. Pero, no se cierra a este conjunto de conocimiento si no que se abre al diálogo,  para valorar el pensamiento que es propio de nuestro continente latinoamericano y a  partir de ello, crear un nuevo horizonte en la filosofía, que ve en cada ser (sin distinción alguna) un riqueza invaluable. A sí mismo, pienso que es de vital importancia ponerle mucha atención a lo que Maldonado denomina “giro decolonial”, para nosotros comenzar a ser agente de un nuevo pensamiento que no este dominado por el discurso de la colonialidad y su conceptos “modernos-europeos”.

















Referencias


Castro, G.  Y Grosfoguel, R. (2007). El giro decolonial- Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá. Colombia.

Escuela de Artes y Ciencias. Rutgers, la Universidad Estatal de Nueva Jersey. (2015).

Flores, A. (2012). Preformación, colonialidad, sexo y raza-cuerpos sádico-masoquistas.

Maldonado-Torres, N. (2009).  E. M. Enrique Dussel, El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y "latino" (1300-2000) (pág. 977). México: siglo xxi editores.

Maldonado Torres. Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un concepto. (2009).



martes, 8 de noviembre de 2016

El Costarricense (1975)

Reseña Analítica: 

 El Costarricense 

 Autor: Constantino Láscaris Comneno. 
Año de publicación: 1975. 
Género: Ensayo.


I. Descripción argumental o estructural: 


Sinopsis: 

El texto se puede definir como una descripción general de varios aspectos culturales y socio políticos  que para el autor son estructurales a la hora de estudiar el ser costarricense. Parte de la premisa general de que el costarricense ha desarrollado una colectividad socio cultural definida desde la libertad y la convivencia pero con un marcado individualismo y su correlativo aislamiento. Esto ha sido producido por el “enmontañamiento” de la población en asentamientos entre montañas que han determinado su visión panorámica de la vida y de la relación con los otros. A través de esta teoría describe aspectos como la cultura, el folklore, el lenguaje, la religión, entre otros. Sin duda es una obra de referencia para analizar la forma en que se pensaba a sí misma la población de Costa Rica en la primera mitad del siglo XX, analizada desde la experiencia vivida y no desde la teoría en sí misma. 

2.  Enumeración de las partes: 

- Prólogo. 
I. Formación del costarricense. 

II. Las Coordenadas del Costarricense. 

III . La Habladera. 

IV. Conversan y Vaciladera. 

V. Comedera. 

VI. La Bebedera. 

VII. Los Creyenceros. 

VIII. El folclore. 

IX. Las Super estructuras. 


3. Desarrollo argumental: 

 I. Formación del costarricense: 

En el prólogo de la obra Láscaris manifiesta con sinceridad que su propósito es describir al costarricense en carne viva, involucrando su conducta colectiva, el idioma, las convicciones vividas sin pensarlas. En este primer capítulo describe aspectos constitutivos del Ser costarricense: el sentido del tiempo, del espacio, su mentalidad colectiva, el origen tino y cultural, etc. 

Este capítulo es muy importante por que uno de sus apartados es dedicado a la tesis principal del autor: el enmontañamiento del tico como un fenómeno determinante en su mentalidad colectiva. Al respecto el autor afirma que al tratarse de un país conformado en su gran mayoría por pueblos en medio de montañas, la personalidad de sus habitantes estará marcada por un perfil tranquilo,  individualista y aislado. Se trata de individuos que aprecian la tranquilidad y la seguridad en detrimento de la aventura y la ambición por nuevos horizontes. Esta particularidad permitirá también “vivir pacíficos lejos de cualquier autoridad y jerarquía” (Láscaris, 1977, 31). Esto generará una población que  de alguna manera se recluye en la seguridad y se piensa a sí misma como única en el mundo. 

II. Coordenadas del Costarricense. 

El término tico y la noción del tiempo así como del espacio son temas de este segundo capítulo. Para el autor la utilización de diminutivos como poquitico reflejan que el costarricense es tímido, suave, poco efusivo y que suaviza el lenguaje para evitar confrontación. De igual forma analiza la solución “a la tica” como una manera de evitar llevar los conflictos a los extremos. En cuanto al tiempo y al espacio, Láscaris los relaciona con la vida en la montaña y por lo tanto el uso direcciones residenciales confusas e incluso ridículas ante personas ajenas a la cultura. 


III. La Habladera. 

Este capítulo esta enfocado al lenguaje y a la forma de comunicación de los habitantes de este país enmontañado. Describe con detenimiento el uso cotidiano del “vos” en las conversaciones de los individuos denotando sus raíces con los habitantes de Castilla en el siglo XVII que abreviaban el vosotros en vos, con la particularidad que el tico elimina la i de los verbos: vos tenés  y no vos tenéis. Para Lácaris el voseo es arcaizante pero en Costa Rica es habitual y cotidiano.

IV.  Conversona y vacilón: 

Cuando el costarricense rompe el silencio de la montaña se lanza a la conversan en la pulpería o en las casas. Parafraseando al autor,  este capítulo aborda la particularidad del tico cuando vence la montaña y se muestra a los demás: es comunicativo, afable, pero aún así individualista y nostálgico de lo que le da seguridad: la montaña. Destaca también el rasgo de la afición por comentar sobre la vida ajena y su afición por la diversión o vacilón. 

V. Comedera: 

La comida costarricense difiere de Centroamérica en que dio un paso del maíz al frijol, sin embargo el autor no considera que posea rasgos identitarios como para afirmar que hay una comida tradicional o propia. Hace alusión al “arroz con pollo” citando a don Alberto Cañas, un literato costarricense, quien afirma que es la comida tradicional de Costa Rica. Posteriormente profundiza sobre el cultivo de los productos tradicionales de exportación: café, banano, añil, legumbres, entre otros. Es importante mencionar que para Lácaris es sobresaliente la diversificación de los productos agrícolas de exportación, considerada diversificada en la época de la producción del texto. 


VI. La Bebedera. 

La cultura del guaro y la forma de canalizar emociones a través de la bebida, son elementos que Constantino Láscaris destaca del costarricense cuya afición por la bebida alcohólica generó incluso un vocabulario propio. 

VII. Los Creyenceros. 

El costarricense para Láscaris “ha formado una sociedad secularizada y tolerante, en la cual las ideas religiosas pertenecen a la vida privada”  (Láscaris, 1977, 333). Destaca el culto a la Virgen de los Ángeles pero también el paganismo que vive el tico en la cotidianidad.  

VIII. El Folklore: 

Este capítulo es interesante ya que describe una situación muy evidente del costarricense en comparación con los demás países del istmo: su escasa producción folclórica y  el carácter introvertido del tico: “El costarricense con excepción del guanacasteco y del limonense no ama el folklore y en general no canta” (Láscaris, 1977, 383 ). El autor atribuye esta característica a la poca necesidad de producir elementos artísticos propios debido a la ausencia de conflictos bélicos, catástrofes naturales, revoluciones, etc. 

IX. Las Super estructuras. 

La consideración de Costa Rica como la Suiza Centroamericana y la cultura del pura vida, son elementos que Láscaris describe pero también critica en este último capítulo. Nada más alejado de la población costarricense que Suiza, un país históricamente conflictivo y topográficamente distinto. De igual forma la cultura del “todo esta bien” o del mínimo esfuerzo, puede confundirse con el pura vida con que los ticos etiquetan muchas de sus acciones. 


4. Tesis principales:  

Luego de todo este conjunto de descripciones sobre los costarricenses, se vislumbran una serie de ideas centrales que le dan valor filosófico a las afirmaciones de Láscaris en el momento histórico en que produjo la obra: 

- La conducta colectiva del costarricense es individualista y aislada debido en gran medida a las condiciones topográficas en las que habitan sus pobladores. 

- El enmontañamiento (término acuñado por el autor) y el escaso valor estratégico para intereses supranacionales evitó acontecimientos bélicos o revoluciones que generaran grandes historias para la identidad del costarricense. 

- El costarricense es poco sujeto cualquier tipo de jerarquía y control. 

- Los rasgos de la personalidad del tico son la desconfianza, el cálculo y la astucia. 

- En Costa Rica se vive un paganismo práctico y un catolicismo nominal. 

- Los mitos de blanquitud y de similitud con Europa son producto de la idea de exclusividad que posee la población entre las montañas. 


  
II PARTE: BALANCE O VALORIZACIÓN. 

Acuerdos: 

El texto de Constantino Láscaris sigue siendo referencia para los estudios humanísticos en Costa Rica ya que es de las primeras descripciones que se hace de la mentalidad colectiva y los rasgos identitarios de los habitantes del país  con cierto rigor académico.  Lácaris, de origen español,  fue invitado a radicar en Costa Rica en 1956 para asumir la cátedra de Filosofía de la Escuela de Estudios Generales y para configurar la Facultad de Filosofía, de esta forma se acercó al pensamiento costarricense y lo analizó con la particularidad de ser un extranjero. 

Este ensayo es acertado en cuanto describe con profundidad e incluso con cierta jocosidad las  particularidades más criollas del costarricense y ofrece una tesis aún compartida el día de hoy: la influencia que produce la topografía montañosa en la forma de ser del costarricense. Esto ha generado que aún hoy el tico se considere exclusivo y evite migrar para encontrar oportunidades distintas. Todavía se sigue apreciando la seguridad y tranquilidad que genera la montaña en los pobladores de la así llamada: Suiza centroamericana. 

Destaco que el autor escribió la obra en carne viva, sin ninguna interpretación teórica más que lo que ha presenciado en primera persona durante sus años en el país. Se trata de un texto de interpretación de todo un sentir nacional que se tuvo que haber escrito recorriendo los caminos del  país. Eso lo llevó a analizar la interpretación del tiempo en el costarricense como un “ahora” o “ahorita” por que el costarricense cuando no quiere hacer algo, lo posterga pero no le gusta quedar mal. 

De igual forma analiza el sentido del espacio que aún en la actualidad es muy particular y campesino, sobre todo a la hora de dar direcciones en las ciudades. El hacia “abajo” o hacia “arriba” son coordenadas que sustituyen la izquierda o derecha a la hora de sugerir las direcciones. Eso es producto de una concepción del espacio acuñada en la montaña y el valle: hacia arriba la salida y hacia abajo el ingreso. Estos son sólo ejemplos de la interpretación en cierta forma fenomenológica que Lascaris realiza de las experiencias cotidianas de los costarriceneses. 

En síntesis el gran acierto de esta obra es ofrecer una lectura de la forma de ser del costarricense y ofrecer una clave de interpretación filosófica en una época donde los estudios formales de filosofía eran aislados y escasos, convirtiéndose en una oportunidad para fomentar nuevas investigaciones pero sobre todo para que el tico se analice desde esas claves de interpretación y se auto reconozca como parte de un todo y no sólo como individuos aislados. 

2. Desacuerdos: 

La obra de Láscaris analizada en la actualidad ofrece una lectura de la sociedad costarricense que ha cambiado considerablemente. Definitivamente el escenario de la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías de la información genera una apertura mayor del país hacia otras realidades culturales. Lo que si es cierto es la reproducción de la mentalidad exclusiva e individualista del costarricense en relación con otros países del istmo. 

Difiero en el enfoque de que el aislamiento montañoso produjo un mestizaje menor y que también ocasionó menos relación con la jerarquía política y religiosa. Es evidente que Costa Rica fue un territorio que no fue ni estratégico ni de grandes riquezas como para ser controlado con firmeza por los poderes de la Colonia. La obra ofrece una especie de radiografía de lo que el tico todavía añora conservar, sin embargo, esos rasgos de identidad ya forma parte del pasado en una cultura cada vez más difusa. 

No es de mi agrado la comparación constante con España  pero es muy lógico ya que el autor es de esa nacionalidad. De igual forma alude a la colonización como un factor exclusivo y preponderante para la configuración del costarricense. En general creo que ese aspecto esta muy presente en el texto y es sumamente debatido en la actualidad. 

3. ¿Por qué es importante el autor y el texto?

Considero que Constantino Láscaris fue el precursor de los estudios filosóficos formales en Costa Rica. Siendo un forastero entre los ticos, supo leer lo más profundo de su identidad y de los aspectos constitutivos del ser nacional, con el fin de devolverle a la población que lo recibió, una descripción completa pero a la vez crítica en cuanto al aislamiento que todavía en la década de los setenta era tan evidente.  

Desde su llegada a Costa Rica, el doctor Láscaris se preocupó por dotar de pensamiento filosófico la historia del país y su configuración como colectivo. En la obra El Costarricense afirmó que cuando escribió  la Desarrollo de las ideas filosóficas en Costa Rica (1965)  se impresionó de lo escaso de las obras referidas a filosofía de la historia del país en comparación de lo elaborado en el campo de la filosofía social. De allí su preocupación por analizar la sociedad del país con una perspectiva más rigurosa y en el caso del ensayo en estudio, desde un enfoque muy cercano a la realidad cotidiana del costarricense de la época. 

En conclusión, el ensayo El Costarricense fue importante en su época por su tono descriptivo pero también por su carácter interpretativo de la forma de ser del costarricense. Lógicamente estas ideas pueden haber sido superadas por estudios posteriores, sin embargo su carácter de pionero le da una necesidad de lectura a la hora de estudiar la sociedad tica. Su conclusión es célebre: “humanamente este país debió  haberse llamado montañas ásperas de valles pequeños y fecundos con costas ricas en un lejano futuro” (Láscaris, 1977, 39)


Fuente: 

Lascaras, Constantino (1977). El Costarricense. San José, Costa Rica: EDUCA.