martes, 8 de noviembre de 2016

El Costarricense (1975)

Reseña Analítica: 

 El Costarricense 

 Autor: Constantino Láscaris Comneno. 
Año de publicación: 1975. 
Género: Ensayo.


I. Descripción argumental o estructural: 


Sinopsis: 

El texto se puede definir como una descripción general de varios aspectos culturales y socio políticos  que para el autor son estructurales a la hora de estudiar el ser costarricense. Parte de la premisa general de que el costarricense ha desarrollado una colectividad socio cultural definida desde la libertad y la convivencia pero con un marcado individualismo y su correlativo aislamiento. Esto ha sido producido por el “enmontañamiento” de la población en asentamientos entre montañas que han determinado su visión panorámica de la vida y de la relación con los otros. A través de esta teoría describe aspectos como la cultura, el folklore, el lenguaje, la religión, entre otros. Sin duda es una obra de referencia para analizar la forma en que se pensaba a sí misma la población de Costa Rica en la primera mitad del siglo XX, analizada desde la experiencia vivida y no desde la teoría en sí misma. 

2.  Enumeración de las partes: 

- Prólogo. 
I. Formación del costarricense. 

II. Las Coordenadas del Costarricense. 

III . La Habladera. 

IV. Conversan y Vaciladera. 

V. Comedera. 

VI. La Bebedera. 

VII. Los Creyenceros. 

VIII. El folclore. 

IX. Las Super estructuras. 


3. Desarrollo argumental: 

 I. Formación del costarricense: 

En el prólogo de la obra Láscaris manifiesta con sinceridad que su propósito es describir al costarricense en carne viva, involucrando su conducta colectiva, el idioma, las convicciones vividas sin pensarlas. En este primer capítulo describe aspectos constitutivos del Ser costarricense: el sentido del tiempo, del espacio, su mentalidad colectiva, el origen tino y cultural, etc. 

Este capítulo es muy importante por que uno de sus apartados es dedicado a la tesis principal del autor: el enmontañamiento del tico como un fenómeno determinante en su mentalidad colectiva. Al respecto el autor afirma que al tratarse de un país conformado en su gran mayoría por pueblos en medio de montañas, la personalidad de sus habitantes estará marcada por un perfil tranquilo,  individualista y aislado. Se trata de individuos que aprecian la tranquilidad y la seguridad en detrimento de la aventura y la ambición por nuevos horizontes. Esta particularidad permitirá también “vivir pacíficos lejos de cualquier autoridad y jerarquía” (Láscaris, 1977, 31). Esto generará una población que  de alguna manera se recluye en la seguridad y se piensa a sí misma como única en el mundo. 

II. Coordenadas del Costarricense. 

El término tico y la noción del tiempo así como del espacio son temas de este segundo capítulo. Para el autor la utilización de diminutivos como poquitico reflejan que el costarricense es tímido, suave, poco efusivo y que suaviza el lenguaje para evitar confrontación. De igual forma analiza la solución “a la tica” como una manera de evitar llevar los conflictos a los extremos. En cuanto al tiempo y al espacio, Láscaris los relaciona con la vida en la montaña y por lo tanto el uso direcciones residenciales confusas e incluso ridículas ante personas ajenas a la cultura. 


III. La Habladera. 

Este capítulo esta enfocado al lenguaje y a la forma de comunicación de los habitantes de este país enmontañado. Describe con detenimiento el uso cotidiano del “vos” en las conversaciones de los individuos denotando sus raíces con los habitantes de Castilla en el siglo XVII que abreviaban el vosotros en vos, con la particularidad que el tico elimina la i de los verbos: vos tenés  y no vos tenéis. Para Lácaris el voseo es arcaizante pero en Costa Rica es habitual y cotidiano.

IV.  Conversona y vacilón: 

Cuando el costarricense rompe el silencio de la montaña se lanza a la conversan en la pulpería o en las casas. Parafraseando al autor,  este capítulo aborda la particularidad del tico cuando vence la montaña y se muestra a los demás: es comunicativo, afable, pero aún así individualista y nostálgico de lo que le da seguridad: la montaña. Destaca también el rasgo de la afición por comentar sobre la vida ajena y su afición por la diversión o vacilón. 

V. Comedera: 

La comida costarricense difiere de Centroamérica en que dio un paso del maíz al frijol, sin embargo el autor no considera que posea rasgos identitarios como para afirmar que hay una comida tradicional o propia. Hace alusión al “arroz con pollo” citando a don Alberto Cañas, un literato costarricense, quien afirma que es la comida tradicional de Costa Rica. Posteriormente profundiza sobre el cultivo de los productos tradicionales de exportación: café, banano, añil, legumbres, entre otros. Es importante mencionar que para Lácaris es sobresaliente la diversificación de los productos agrícolas de exportación, considerada diversificada en la época de la producción del texto. 


VI. La Bebedera. 

La cultura del guaro y la forma de canalizar emociones a través de la bebida, son elementos que Constantino Láscaris destaca del costarricense cuya afición por la bebida alcohólica generó incluso un vocabulario propio. 

VII. Los Creyenceros. 

El costarricense para Láscaris “ha formado una sociedad secularizada y tolerante, en la cual las ideas religiosas pertenecen a la vida privada”  (Láscaris, 1977, 333). Destaca el culto a la Virgen de los Ángeles pero también el paganismo que vive el tico en la cotidianidad.  

VIII. El Folklore: 

Este capítulo es interesante ya que describe una situación muy evidente del costarricense en comparación con los demás países del istmo: su escasa producción folclórica y  el carácter introvertido del tico: “El costarricense con excepción del guanacasteco y del limonense no ama el folklore y en general no canta” (Láscaris, 1977, 383 ). El autor atribuye esta característica a la poca necesidad de producir elementos artísticos propios debido a la ausencia de conflictos bélicos, catástrofes naturales, revoluciones, etc. 

IX. Las Super estructuras. 

La consideración de Costa Rica como la Suiza Centroamericana y la cultura del pura vida, son elementos que Láscaris describe pero también critica en este último capítulo. Nada más alejado de la población costarricense que Suiza, un país históricamente conflictivo y topográficamente distinto. De igual forma la cultura del “todo esta bien” o del mínimo esfuerzo, puede confundirse con el pura vida con que los ticos etiquetan muchas de sus acciones. 


4. Tesis principales:  

Luego de todo este conjunto de descripciones sobre los costarricenses, se vislumbran una serie de ideas centrales que le dan valor filosófico a las afirmaciones de Láscaris en el momento histórico en que produjo la obra: 

- La conducta colectiva del costarricense es individualista y aislada debido en gran medida a las condiciones topográficas en las que habitan sus pobladores. 

- El enmontañamiento (término acuñado por el autor) y el escaso valor estratégico para intereses supranacionales evitó acontecimientos bélicos o revoluciones que generaran grandes historias para la identidad del costarricense. 

- El costarricense es poco sujeto cualquier tipo de jerarquía y control. 

- Los rasgos de la personalidad del tico son la desconfianza, el cálculo y la astucia. 

- En Costa Rica se vive un paganismo práctico y un catolicismo nominal. 

- Los mitos de blanquitud y de similitud con Europa son producto de la idea de exclusividad que posee la población entre las montañas. 


  
II PARTE: BALANCE O VALORIZACIÓN. 

Acuerdos: 

El texto de Constantino Láscaris sigue siendo referencia para los estudios humanísticos en Costa Rica ya que es de las primeras descripciones que se hace de la mentalidad colectiva y los rasgos identitarios de los habitantes del país  con cierto rigor académico.  Lácaris, de origen español,  fue invitado a radicar en Costa Rica en 1956 para asumir la cátedra de Filosofía de la Escuela de Estudios Generales y para configurar la Facultad de Filosofía, de esta forma se acercó al pensamiento costarricense y lo analizó con la particularidad de ser un extranjero. 

Este ensayo es acertado en cuanto describe con profundidad e incluso con cierta jocosidad las  particularidades más criollas del costarricense y ofrece una tesis aún compartida el día de hoy: la influencia que produce la topografía montañosa en la forma de ser del costarricense. Esto ha generado que aún hoy el tico se considere exclusivo y evite migrar para encontrar oportunidades distintas. Todavía se sigue apreciando la seguridad y tranquilidad que genera la montaña en los pobladores de la así llamada: Suiza centroamericana. 

Destaco que el autor escribió la obra en carne viva, sin ninguna interpretación teórica más que lo que ha presenciado en primera persona durante sus años en el país. Se trata de un texto de interpretación de todo un sentir nacional que se tuvo que haber escrito recorriendo los caminos del  país. Eso lo llevó a analizar la interpretación del tiempo en el costarricense como un “ahora” o “ahorita” por que el costarricense cuando no quiere hacer algo, lo posterga pero no le gusta quedar mal. 

De igual forma analiza el sentido del espacio que aún en la actualidad es muy particular y campesino, sobre todo a la hora de dar direcciones en las ciudades. El hacia “abajo” o hacia “arriba” son coordenadas que sustituyen la izquierda o derecha a la hora de sugerir las direcciones. Eso es producto de una concepción del espacio acuñada en la montaña y el valle: hacia arriba la salida y hacia abajo el ingreso. Estos son sólo ejemplos de la interpretación en cierta forma fenomenológica que Lascaris realiza de las experiencias cotidianas de los costarriceneses. 

En síntesis el gran acierto de esta obra es ofrecer una lectura de la forma de ser del costarricense y ofrecer una clave de interpretación filosófica en una época donde los estudios formales de filosofía eran aislados y escasos, convirtiéndose en una oportunidad para fomentar nuevas investigaciones pero sobre todo para que el tico se analice desde esas claves de interpretación y se auto reconozca como parte de un todo y no sólo como individuos aislados. 

2. Desacuerdos: 

La obra de Láscaris analizada en la actualidad ofrece una lectura de la sociedad costarricense que ha cambiado considerablemente. Definitivamente el escenario de la globalización y el acceso a las nuevas tecnologías de la información genera una apertura mayor del país hacia otras realidades culturales. Lo que si es cierto es la reproducción de la mentalidad exclusiva e individualista del costarricense en relación con otros países del istmo. 

Difiero en el enfoque de que el aislamiento montañoso produjo un mestizaje menor y que también ocasionó menos relación con la jerarquía política y religiosa. Es evidente que Costa Rica fue un territorio que no fue ni estratégico ni de grandes riquezas como para ser controlado con firmeza por los poderes de la Colonia. La obra ofrece una especie de radiografía de lo que el tico todavía añora conservar, sin embargo, esos rasgos de identidad ya forma parte del pasado en una cultura cada vez más difusa. 

No es de mi agrado la comparación constante con España  pero es muy lógico ya que el autor es de esa nacionalidad. De igual forma alude a la colonización como un factor exclusivo y preponderante para la configuración del costarricense. En general creo que ese aspecto esta muy presente en el texto y es sumamente debatido en la actualidad. 

3. ¿Por qué es importante el autor y el texto?

Considero que Constantino Láscaris fue el precursor de los estudios filosóficos formales en Costa Rica. Siendo un forastero entre los ticos, supo leer lo más profundo de su identidad y de los aspectos constitutivos del ser nacional, con el fin de devolverle a la población que lo recibió, una descripción completa pero a la vez crítica en cuanto al aislamiento que todavía en la década de los setenta era tan evidente.  

Desde su llegada a Costa Rica, el doctor Láscaris se preocupó por dotar de pensamiento filosófico la historia del país y su configuración como colectivo. En la obra El Costarricense afirmó que cuando escribió  la Desarrollo de las ideas filosóficas en Costa Rica (1965)  se impresionó de lo escaso de las obras referidas a filosofía de la historia del país en comparación de lo elaborado en el campo de la filosofía social. De allí su preocupación por analizar la sociedad del país con una perspectiva más rigurosa y en el caso del ensayo en estudio, desde un enfoque muy cercano a la realidad cotidiana del costarricense de la época. 

En conclusión, el ensayo El Costarricense fue importante en su época por su tono descriptivo pero también por su carácter interpretativo de la forma de ser del costarricense. Lógicamente estas ideas pueden haber sido superadas por estudios posteriores, sin embargo su carácter de pionero le da una necesidad de lectura a la hora de estudiar la sociedad tica. Su conclusión es célebre: “humanamente este país debió  haberse llamado montañas ásperas de valles pequeños y fecundos con costas ricas en un lejano futuro” (Láscaris, 1977, 39)


Fuente: 

Lascaras, Constantino (1977). El Costarricense. San José, Costa Rica: EDUCA.  


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