RESEÑA:
LA ADOLESCENCIA COMO EVASIÓN Y RETORNO
El ensayo realizado por el doctor en filosofía y
Ciencias de la Educación , Juan José
Arévalo Bermejo, se titula “LA ADOLESCENCIA COMO EVASIÓN Y RETORNO”. En ella se estudia
el desarrollo que tienen las distintas etapas de la adolescencia. La cual sufre
una curva integrada por dos líneas, una de “Evasión” y otra de “Retorno” que
llevan al adolescente a formar su personalidad.
Enfatiza sobre todo la segunda línea, por considerarla poco estudiada.
Al final de la tesis presenta algunas medidas que han de tomarse en base a una
pedagogía llamada del “Retorno”. Así como la importancia de cambiar costumbres
en la familia y la sociedad para priorizar esta etapa de la vida del
adolescente.
En la primera parte de la tesis,
fundamenta lo que se ha entendido por adolescencia, especialmente la edad en la
que se considera que se dá esta etapa. Para ello hace referencia a varios
psicólogos y ensayistas que han tratado
sobre el tema. Recalca que siempre se ha dado mayor importancia a los
cambios fisiológicos de la etapa, más no
la los acontecimientos más profundos en la intimidad del adolescente. Es por
ello que es de sumo interés priorizar estos en su tesis.
Como segundo punto importante, se
encuentra lo que se da en la vida del adolescente, la “evasión”. El cual se inicia
cuando el adolescente se encuentra con su sexualidad y todo ello le genera una
incomprensión hacia su entorno familiar,
social y escolar. Esta ruptura con su entorno inicia con lo sexual pero en el
camino se van sumando muchos otros factores. Se da también la valoración del adolescente hacia su
entorno, el cual resulta negativo y por ello busca “otro mundo”.
Un tercer momento en el trabajo
investigativo de Juan José Arévalo, se habla del “retorno” del adolescente
hacia su entorno, que se da como paso después de la evasión. Claro que para dar
este paso requiere de varios momentos que le hacen llegar a una plena
reconciliación con el mundo. Entre esos paso importantes se mencionan cuatro:
el descubrimiento del yo, la elección del maestro, la pasión amorosa y un nuevo
plan de vida.
Como punto final y a manera de frutos
del proceso de evasión y retorno que el adolescente vive, la tesis presenta las
“Bases para una pedagogía del retorno”. En ella se propone la importancia de
que intervengan en una nueva forma de organizar la educación para los
adolescentes los profesionales en la rama, dejando a un lado al Estado que no
hace mucho. Enfatiza también el desarrollo de la educación juntamente con escuelas-talleres.
Con ello se hace que la educación se desintelectualise para involucrar a los adolescentes a que se
sientan eficientes, que es el anhelo del joven para que pueda darse por
completo el “retorno”.
Para Juan José Arévalo la palabra edad,
dentro del contexto psicológico de la adolescencia y de la vida en general de
la persona, debe ser utilizada desde “focos” o etapas. Porque no se puede dar
un dato cronológico exacto de cuando empieza y cuando termina una determinada
etapa de la vida, como es el caso de la adolescencia. Se puede decir que la
adolescencia comienza cuando el niño y la niña adquieren conciencia sexual, y
con ella cambios físicos pero también espirituales.
El adolescente entra en una dinámica de
desolación, porque no encuentra respuesta a sus inquietudes sexuales y nadie le
dice qué hacer. Qué hacer con su cuerpo, con su vida y con las presiones
sociales de buscan una línea de comportamiento. Por ello surge el conflicto de
querer todo de acuerdo a su manera de ver las cosas, es decir de acuerdo a sus
conflictos. Quien guía gran parte de su vida es el nuevo actor de su vida, y es
su sexualidad.
Los adolescentes han sido parte
fundamental de los estudios psicológicos de muchos interesados en el tema,
entre ellos se puede mencionar: Stanley Hall y su imagen del adolescente
divorciado con la niñez, Víctor Mercante y los cuatro puntos importantes para
conducirse a estudios sobre los adolescentes, Pierre Mendousse con su obra
“Anarquía de las tendencias”, Eduardo Spranger y su psicología científico-
espiritual y por último a Rousseau, que entre filosofía y literatura caracteriza
a la adolescencia como un segundo nacimiento. Estos personajes son solo algunos
que se toman como base para esta tesis doctoral.
La “Evasión” comienza con la toma de conciencia sexual por
parte del adolescente, lo cual influye en necesidades propias de esa etapa.
Desde los físico, pero también afectivas y del horizonte que debe dar a su
vida. Ante la indiferencia de la familia
y de la sociedad, que no tienen una propuesta de orientación para esta
etapa de la vida, el adolescente se siente defraudado y rechazado por todos
ellos. Se vuelca entonces a romper sus relaciones con su entorno.
Con las enseñanzas que ha recibido
respecto a valores, deberes y consejos, desde la configuración de seres
superiores; lo convierte en sentido moral y desde allí se convierte en
adolescente en hipersensible, hipercrítico e hipermoralizado. Con todo ello se
hace juez intolerable contra el mundo, lo desprecia y lo abandona. Busca
hacerse otro mundo, es decir un mundo hasta cierto punto fantasioso. Al momento
de convertirse en juez del mundo, inicia con su sentido de valoración personal
del mundo y de las cosas.
Su valoración del mundo se da desde la
perspectiva negativa. Pero con la superación de esta etapa cambiará. Pero aun
en medio de esta situación de negatividad, algo que se puede decir de positivo
es que aquí nace la solidaridad juvenil. Se elige a otro adolescente para
compartir y confesar las vivencias y así crean cierta solidaridad juvenil. Se
dan las amistades fuertes y alianzas entre adolescentes que regularmente
prevalecen toda la vida.
La etapa de la evasión se da en la
primera fase de la adolescencia y termina entre los 17 años de edad. Se
considera que entre los 14 y 22 años, el
adolescente vive la evasión y el retorno hacia su entorno. Pero la evasión no
es eterna, es una etapa nada más, y que tarde o temprano el adolescente debe
iniciar la otra etapa que es la del retorno, que tardará necesitará más o igual
tiempo que la vivencia de la evasión.
La evasión puede llagar al punto de
autoanulación por parte del adolescente. Este deseo de morir queda superado
cuando se da el descubrimiento del adolescente como un “yo”. Es decir una
entidad personal, una individualidad con voluntad, valor, sentido y unidad;
llamado a una cierta función vital en la sociedad. La valoración del mundo la
hace ahora en función del “yo”,
positivamente. Con el descubrimiento del yo, se inicia la etapa del
“Retorno” en el adolescente. Pero hace
falta tres pasos más para que se de completamente el retorno.
El segundo paso del retorno se da cuando
el adolescente elige un “Maestro”. Aquella persona que para él se convierte en
digna de admiración, es una persona que no es impuesta por nadie sino elegida
por él mismo. En este paso reconoce una autoridad por encima de él, deja su
egoísmo para verse reflejado en alguien más. Deja el narcisismo para elegir un
modelo de persona en medio de la sociedad que la ve caótica. Pero este momento
también es una revaloración del mundo.
En un tercer momento del retorno, se encuentra
el amor. Es algo esencial en la vida del adolescente, porque es cuando una
persona del otro sexo invade y gobierna la vida del “yo”. Este amor se
transforma de un poseer a un entregarse. La adolescencia se convierte en la
edad propicia para estas experiencias tan llenas de detalles, descubrimientos y
cambio del sentido de la vida y de humor. Se experimenta así por primera vez la
anulación del yo para servir a otro. Aquí encuentra su tumba la vanidad
individual.
Para dar punto final a la etapa del retorno, se da el paso de la
eficiencia del adolescente en medio de la sociedad. Es decir la conciencia de
estar llamado a colaborar en la familia y la sociedad para dar de sí en la
transformación del mundo. Esto lo refleja desde la búsqueda de un trabajo con
el cual colaborará con los gastos de la casa. Pero más que el mero hecho del
salario, se plantea un proyecto de vida, se proyecta lo que quiere y donde quiere realizarse.
Va en busca de sentirse capaz de
realizar una acción que conlleve su esfuerzo y donde se sienta en ejercicio de
sus habilidades. Con este último paso el adolescente, queda completamente
reconciliado con el mundo. Retorna para iniciar un camino de servicio y trabajo
por su entorno. Estos cuatro pasos del retorno se dan necesariamente en todos
aquellos adolescentes que superan la evasión. Se supera así la primera curva
“axiológica” (valoración) de muchas que se dan en la vida de la persona.
Cuando uno de estos pasos no es vivido
durante o antes de los 20 años, es señal de que no se ha superado la
adolescencia.
Después de ver lo que es la evasión y el
retorno en la vida del adolescente, se dan las “Bases para una pedagogía del
retorno”. Consiste primeramente en que el Estado no intervenga fríamente con
reglamentos disciplinarios que no ayudan a apoyar a los adolescentes en la
etapa que viven. Puesto que la mayor cantidad de adolescentes viven esta etapa
de su vida en la secundaria y primera parte de la universidad. Esto a
consecuencia que cada vez más los niños son enviados a temprana edad a las
escuelas, y cuando llegan a la universidad no han salido de la etapa de la
adolescencia.
Otra propuesta es que los adultos, en
primer lugar los padres de familia y los maestros, a que no vean con malos ojos
las actitudes de rechazo hacia el mundo que tienen los adolescentes. Tampoco
impedir los acontecimientos de amor que tienen los adolescentes porque es parte
fundamental en el desarrollo de su personalidad. Pero esto solo será posible si
se logra la concientización de los mayores retomando sus épocas de adolescencia;
y así promover costumbres nuevas frente a esta situación de sus hijos; y en el
caso de los maestro, de sus alumnos.
En cuanto al ambiente escolar, se
promueve que haya relaciones interpersonales más fuertes entre los alumnos y el
profesor. El fin de estas relaciones es
que el profesor se interese por lo que los adolescentes están viviendo
psicológicamente y ayudar a que se sientan parte del mundo en que se mueven. Porque hasta ahora lo que existe
es una relación de señor y súbditos. El profesor se llena de actividades y
labores; solamente le interesa que sus alumnos aprovechen los contenidos de
clase, aunque estos contenidos no le
ayuden en su vida cotidiana. Las escuelas se convierten en locales donde se
imparte una enseñanza teórica pero no práctica para la vida.
Desde el deseo de eficiencia que
experimenta el adolescente en su paso final de retorno, la educación debe ser
desintelectualizada. Porque hasta ahora toda la educación se basa en lectura de
libros, en una “reclusión” de 20 años, que es lo que dura regularmente la
educación. Se ha convertido en una imposición del “voto de escolaridad”,
consagrado a la lectura e ir a la escuela. Y cuando el adolescente o joven sale
de tal reclusión no sabe donde ubicarse porque no sabe hacer otra cosa que
estudiar libros.
La propuesta es entonces realizar una
alianza de talleres y escuelas, donde el
adolescente y en general los estudiantes puedan aprender ciertos oficios en
compañía de su aprendizaje intelectual. Así se logrará satisfacer la
necesidad del adolescente de sentirse
eficiente, haciendo algún oficio, por muy humilde que sea y ser como aquel insecto que cuando se alimenta
poliniza las plantas. Se aboga por el derecho de todo joven de iniciarse en un
oficio productivo, que son la base de la economía social. Porque solo cuando el
adolescente se sienta eficiente y realice una actividad eficiente, habrá
logrado el retorno a su mundo.
ACUERDOS:
ü Estoy en acuerdo respecto
al texto cuando establece los dos grandes campos de la adolescencia, la evasión
y el retorno. En ellos se reflejan los acontecimientos más significativos de la
vida, sino todos pero de muchos adolescentes. De estas etapas puedo dar desde
mi vivencia un respaldo porque describen realmente lo que sucede en esta curva
de la vida humana.
ü Concuerdo con el autor
también en que siempre se le ha dado más importancia al aspecto de la evasión
del adolescente frente al mundo, más no al retorno. De este retorno no se habla
y hay pocos estudios sobre este proceso que el adolescente vive para llegar a
sentirse parte de su entorno.
ü Comparto la postura del
texto frente a los cambios que se deben
dar en la familia y la sociedad. Cambios de costumbres y de la forma en que se
percibe la adolescencia. En la que no se
muestre indiferencia y desentendimiento a los sentimientos y conflictos
que padece el adolescente. Primeramente haciendo conciencia de sus propias
vidas de adultos, que también han pasado por esa etapa.
ü Ante la manera de abordar
las relaciones de profesores y alumnos, que impulsa una relación más humana y
menos fría y estricta en normas y contenido; me muestro muy a favor. Porque en
la escuela es donde el adolescente pasa gran parte de su vida, tiempo que jamás
regresará y que marca su vida. Es por ello que la convivencia en el aula debe
ser prioridad para la pedagogía.
ü Considero también que el
hacer de la educación una escuela-taller es muy positiva. Parte del nuevo
paradigma de educación que promueve el aprendizaje constructivista. Es decir
que a través de una actividad sencilla pero productiva se pueda hacer posible
la nueva sociedad. Cada individuo debe entonces buscar lo que le gusta y
realizarse en ello. Con ello se hace de una sociedad acomodada a lo que venga,
a una sociedad educada y feliz con lo que hace.
DESACUERDOS:
-
No
comparto la ambigüedad que presenta el texto respecto a los cuatro pasos del
retorno. En un primer momento dice que esos cuatro pasos se dan o deben dar en
todos los adolescentes para que logren el retorno. Sin embargo más adelante
dice que puede ser que no se den estos pasos por igual o en su totalidad en los
adolescentes, entonces queda en una doble posición de darse o no darse todos
los pasos.
-
Veo
también que el texto no presenta si los pasos se dan de igual manera en hombres
y en mujeres. Habla en general de los adolescentes pero no hace diferencia si
ciertamente se dan por igual estas etapas en la mujer como en el hombre.
-
Entiendo
que la propuesta base para la pedagogía del retorno, se convierte al final en
una propuesta económica y no realmente una búsqueda del equilibrio emocional
del adolescente. Puesto que la plena realización del ser humano no se puede
contemplar solamente desde la perspectiva de lo laboral.
-
Queda
inconclusa la integración del amor en la vida del adolescente. Se queda nada
más como una escalera para salir de la evasión pero luego se encamina a lo
laboral y deja esta parte afectiva del adolescente en el olvido. Como diciendo
que el amor hacia el otro sexo se cambia por
la visión productiva.
IMPORTANCIA
DEL AUTOR Y DEL TEXTO:
La importancia del autor radica en que
como pedagogo y filósofo, busca respuestas y propuestas a la mejora de la
educación. Fue un hombre de vocación en su labor de maestro. También puedo
decir que como presidente puso en práctica mucho de lo que había escrito y
estudiado respecto a la educación. Esto se puede evidenciar en sus obras
respecto a la educación en su tiempo de gobierno. Es por ello que este texto en
particular marca el inicio de sus muchos logros en la educación primaria y
hasta la universitaria en nuestro país.
En particular el texto adquiere
importancia por tratarse de la recopilación de su propia experiencia como
maestro en distintos centros educativos. Eso lo fundamente con los distintos
autores que han estudiado la situación de vida de los adolescentes. Radica la
importancia del texto también, porque sigue siendo vigente muchas de las
propuestas que se plantean en el mismo; y porque su tiempo no esta tan lejos
del nuestro. Aun siguen vigentes muchos de los problemas que los adolescentes
padecen en sus familias, en la sociedad y en la escuela; y que se encuentran
representadas en este texto.
Es por ello que leer la tesis de Juan José Arévalo, dará una
panorámica muy concreta de la situación psicológica de los adolescentes. Y a la
ves las distintas maneras que el sistema educativo debería tratarlas, ya sea a
como lo presenta la tesis o de una mejor manera.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:
Arévalo, J. (noviembre, 1949). La Adolescencia Como
Evasión y Retorno. Guatemala: Tipografía Nacional. Tercera Edición.
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