sábado, 27 de octubre de 2012

EL “OGRO” DEL EUROCENTRISMO Y EL PROCESO DE LA DESCOLONIZACIÓN


Sanic
El conocimiento auténtico y asertivo del “ogro” eurocéntrico y el proceso de la descolonización, supone una lectura profunda y crítica frente a los problemas presentados por Nelson Maldonado Torres sobre “el pensamiento filosófico del “giro descolonizador” y el texto del “neo y liberalismo”. De los dos textos quisiera también relacionarlos y compararlos con el texto de Teresa García Giráldez que aborda “el debate sobre la nación y sus formas en el pensamiento político centroamericano del siglo XIX” y el texto de Luciano Pereña que alude el tema, “el proceso a la conquista de América”.
La originalidad de este ensayo consiste en analizar en el fondo, “el ogro del eurocentrismo y el proceso de la descolonización” que prevaleció en el terreno latinoamericano y la crisis que sufrió frente al giro descolonizador. Parte de la reflexión se analizará también las consecuencias que produjo el anticolonialismo dentro del mismo terreno europeo y con las distintas provincias que habitan Europa.
 El análisis interpretativo y crítico, contiene las tres notas fundamentales de las que hace referencia Leonardo Tovar Gonzáles en su texto “Las fundaciones de la filosofía latinoamericana”; sólo que en esta ocasión desde un abordaje distinto a como el autor presenta. Las tres notas son: la autenticidad, la reflexividad y la criticidad. Por autenticidad se entiende la seguridad que tienen los europeos de que son superiores a los demás, que son los únicos que hacen y tienen conciencia de su historia y de su humanidad y que son el eje y centro de toda historia, y por tanto, el modelo de cultura para los demás pueblos. La reflexividad apunta la elaboración de nuevos conceptos universales no atados al pensamiento europeo que realizaron los protagonistas del giro descolonizador, para derribar las columnas que sostiene el mito de la modernidad.  La criticidad va de la mano con la reflexividad y alude al poder de los pequeños grupos sociales que buscaban la emancipación y la liberación de manos del mito de la modernidad que pretende universalizar una sola historia, una misma identidad, una misma cultura y una misma civilización. En otras palabras se trata de una reflexividad crítica. A las tres notas quisiera añadir un concepto más: el impacto, que alude a las consecuencias que la descolonización provocó en el ámbito social desarrollado y subdesarrollado.
AUTENTICIDAD
¿Qué es el pensamiento descolonizador? El pensamiento filosófico descolonizador, según Nelson M., tiene doble base, negativa y positiva, de horror y deseo. Me pregunto, ¿Horror frente a qué? ¿Deseo de qué? ¿Horror de quién? ¿Deseo de quién? Partiendo de las cuatro interrogantes y de acuerdo al texto de N. Maldonado, puedo afirmar que se trata del mito de la modernidad manejada por Europa en tierra latinoamericana. Maldonado hace alusión en su texto de la deshumanización, el genocidio, las opresiones ligadas a la realidad colonial, y la esclavitud racial moderna, el imperialismo cultural, político e intelectual europeo y la superioridad del mismo sobre los demás pueblos. En suma se trata del mito de la modernidad.
Pero ¿Qué es el mito de la modernidad? De acuerdo a lo planteado sobre  la postura europea, formularé la respuesta de esta manera: el mito de la modernidad consiste en el reconocimiento, la valoración y la aplicación que Europa hace de la teoría kantiana sobre una historia universal e ilustrada. La idea de Kant sobre una humanidad ilustrada y la creación de una historia universal, influyó en el pensamiento europeo que consideró al nuevo mundo  como “el inmaduro”. Una falsa idea que considera al Nuevo Mundo no desarrollado culturalmente, políticamente, económicamente, religiosamente e intelectualmente.  Inclusive se puso en duda la hominidad indiana. Frente a esa inmadurez, según concepción eurocéntrica, el viejo mundo quiso imponer su estructura cultural, política, económica, creencia e intelectualidad. Fue una imposición despótica y violenta.  Europa quiso ser como la “gallina clueca” que se echa por encima de los demás pueblos para empollarlos, ilustrarlos, salvarlos y  transformarlos a una sola identidad cultural y estructural sociopolítica. Pretendió ser la madre modelo a imitar.
La superioridad europea no sembró sino diferencia, racismo, genocidio, división, imposición, odio, esclavitud, marginación y exclusión al pueblo indígena. Pretendió imponer la raza blanca por encima de las demás razas. Se consideró el único eje de toda historia y los únicos que tienen conciencia de sí mismos y de la propia historia. Precisaron ser los únicos maduros que los demás pueblos inmaduros. Consecuencias de todo es la marginación que se hace a la identidad indígena, la raza negra en África y la esclavitud de los negros transformada en mercancía, etc. Europa no es más que un “ogro” frente al cual se tiene el horror y la abominación.
En el texto de L. Pereña, el mito de la modernidad, se vive de otra forma. Se trata de la “teocracia” que quiso gobernar todo el orbe de la tierra. El poder religioso se imponía sobre los indios a quienes los llamaban idólatras, salvajes y supersticiosos. El poder político de igual forma estaba bajo el poder del papa. El papa tenía el doble poder: religioso y político. Este poder lo delegada a los reyes de algunas provincias de la tierra. Por ejemplo, el poder delegado al emperador Carlos I de España. Con este poder, los conquistadores dominaron la tierra india para someterlos bajo la autoridad y obediencia al emperador, y por tanto, a la obediencia y acatamiento a la autoridad universal del papa. Frente a la concepción teocrática, muchos se mostraron indiferentes y buscaron las vertientes posibles para defender la libertad y el derecho del indio a ser reconocido en su verdadera hominidad y no como un salvaje. Políticamente los conquistadores derribaron las estructuras sociales, culturales y políticas de los indígenas e impusieron lo propio de ellos.
En el texto de Teresa García, el mito de la modernidad también tiene otro matiz, en cuanto a la creación de una nación universalizada e ilustrada que deja al margen la cultura indígena. Uno de los impulsores más racista de esa idea es la figura de Batres Jáuregui que dijo: “De verdad tan palmaria, se deduce que, en la tarea de nivelar á la raza indígena con las más culta, deben dirigirse los esfuerzos; á que abandone sus miserables vestidos por los que usan los ladinos; á que se habitúe á una alimentación más sustanciosa y nutritiva que la que acostumbra; á que use de los muebles más indispensables para la salud y para una mediana comodidad” (El debate sobre la nación y sus formas en el pensamiento político centroamericano del siglo XIX, pág. 47). Postura que considera una civilización universal en cultura, educación, traje, lengua, creencia y política. Lo que significa, entonces, el imperialismo cultural y racial de los que se consideran superiores, a ejemplo del modelo eurocéntrico.
En el texto del neo y liberalismo, el mito de la modernidad adquiere otra significación muy distinta a los anteriores.  El mito de la modernidad en cuanto a universalización de la civilización se traduce aquí en términos de estatismo, conservatismo, mercantilismo, capitalismo, tradicionalismo, feudalismo, inflacionismo y la visión omnimercadista; frente a los cuales surgen el neo y el liberalismo que intenta dar salida al subdesarrollo del pueblo a un desarrollo más allá de la ideología restrictiva y limitativa. El neo y liberalismo busca transformar el progreso y la producción inmediata del pueblo, librándose de los conceptos universales que imperan en la sociedad latinoamericana.
REFLEXIVIDAD-CRITICIDAD
En esta segunda y tercera nota trataré de sintetizar a la pregunta, ¿deseo de qué? La respuesta se hace muy simple, dado que lo planteado en la primera nota, sirve de base para la formulación de nuevos conceptos universales que responde a un cambio de descolonización hacia nuevas ideas de progreso cultural, económico, político y religioso. Los nuevos conceptos de cambios son muy distintos en los textos por su naturaleza de ser.
Frente al mito de la modernidad y el eurocentrismo,  N. Maldonado analiza las etapas de la descolonización en tres partes. “Uno en el siglo XIX, otro a mediados del siglo XX, y otro a finales de ese mismo siglo” (pág. 683).
Es un giro descolonizador que en su proceso trató de derrumbar todos los conceptos del eurocentrismo partiendo desde una conciencia colectiva e internacional donde comienza las independencias en las Américas.  Se trata de una “lucha frente a la colonización, el racismo, el legado de la esclavitud, y la discriminación e invisibilización de la mujer negra” (Pág. 689). El primer movimiento fue la revolución haitiana. El segundo momento del giro descolonizador es más asiática y africana. En esta etapa entra en crisis el mito de la modernidad; la superioridad, el despotismo y el imperialismo de Europa; se plantea la idea de abandonar a Europa y crear una nueva vertiente de ideología del devenir independientemente de la estructura mental de Europa. Luego, en el tercer momento del giro descolonizador se enmarca en “la caída del socialismo histórico a partir  de 1989, y las discusiones y eventos relacionados a los 500 años de las Américas” (pág. 694). En realidad fueron dos siglos de lucha fuerte contra el colonialismo.
La otra forma de descolonización es la que se dio durante la conquista de los conquistadores españoles y frente al poder absoluto de la teocracia.  Pereña presenta como figura de lucha a Francisco de Vitoria y Fray Bartolomé de las Casas. El primero articula su tesis en tres principios: “el derecho fundamental de los indios a ser hombres y ser tratados como seres libres; el derecho fundamental de sus pueblos a tener y defender su propia soberanía, y el derecho a hacer y colaborar en bien de la paz y solidaridad internacional” (El proceso a la conquista de América; pág. 200). Mientras que el segundo se convierte en el máximo defensor de la libertad y derecho de los indios y formula las tesis que derriba las tesis del requerimiento del poder pontífice. 
Teresa García presenta en su texto la descolonización en cuanto a un proceso de independencia y de lucha por crear una patria donde todos puedan ser reconocidos sin racismo, marginación, división y diferencia de culturas. En este proceso se buscaba la independencia español, mexicano y la creación de la Federación. Sin embargo, esta lucha estuvo enmascarada de mucha tensión entre pequeños grupos que no compartan la misma idea de cambio. Lo positivo en el texto de T. García es la lucha de independencia de los pueblos. Lo negativo es que esa independencia conlleva a la creación de una nación que margina a los indígenas del proceso de desarrollo. Un cambio donde se pide al indígena abandonar su cultura, su lengua, su traje y costumbres. En este caso la independencia no favorece sino la imposición de un pequeño pueblo sobre otro pueblo dentro de la misma Europa. Se ha tratado de desenmascarar el mito de la modernidad, pero se está incurriendo en el mismo error del eurocentrismo en los propios pueblos.
En el texto del neo y liberalismo la descolonización adquiere dos bases claves: positiva y negativa. Lo positivo es que el neoliberalismo lucha contra los poderes absolutos que en la primera nota he descrito y trata de dar una sacudida a las ideologías restrictivas imperantes en la sociedad. Su mayor interés es el desarrollo inmediato y efectivo en la producción de riquezas mediante la tecnocracia. La ciencia logra adquirir en el neoliberalismo una importante significación para el desarrollo rápido. El neoliberalismo surge de una manera lenta, pero muy sutil en su actuar. Su mayor esfuerzo es la ambición del “crecimiento hacia afuera”, lo que significa la mundialización o la globalización de los negocios. La búsqueda de poder burocrática y de  grupo de élites superiores. Lo negativo de este neo y liberalismo es el alto crecimiento de desempleo, el apoderamiento de la riqueza en manos de una sola élite, la destrucción de los recursos naturales de los pueblos indígenas, la exclusión de los indígenas y la pobreza que generó en los pueblos más pequeños. El desarrollo de riqueza beneficia solamente a los de la clase alta; mientras que los indígenas se quedan con la miseria. Por último, la exclusión que se hace a los indígenas dentro del proceso político y económico. El neo y liberalismo busca la liberación y la emancipación, pero al mismo tiempo se vuelve muy egoísta y superior a los que no son de la misma clase.
EL IMPACTO
Los frutos del giro descolonizador en el plano latinoamericano tiene dos calificativos fundamentales: bueno y malo, positivo y negativo. ¿Positivo para quién? Las consecuencias son muchas dado que la descolonización, la lucha, la resistencia, la oposición se dio en todos los sistemas de pensamientos, tanto en el proceso del giro descolonizador, durante el surgimiento del neo y liberalismo, durante el proceso del debate de la nación en el pensamiento político centroamericano del siglo XIX y durante el proceso de la conquista de América.
Para el neo y liberalismo el proceso de lucha contra el estatismo y mercantilismo fue algo que solamente a ellos les beneficia en el ámbito económico y político. La expansión de un “crecimiento hacia afuera” les permite abrir más rutas de negociación y desarrollo, lo que implica la independencia y la apertura de un progreso global. Lo negativo de este movimiento es el alto porcentaje de desempleo generado en la población, la esclavitud laboral para los indígenas, la exigencia de rendimiento en el trabajo, el comercio exterior y la miseria interna, etc. Un neo y liberalismo que aprisiona y margina a los más débiles. Es un tiempo de riqueza para la minoría donde muchos acrecentaron sus propios intereses personales y pequeños grupos; mientras que para los indígenas y demás personas que no forman parte del desarrollo se quedan melándose los labios porque no hacen otra cosa más que trabajar para otros.
El  pensamiento del proceso descolonizador surge positivamente en cuanto a la búsqueda de la liberación, la emancipación  y la descolonización, cuando Haití, Asía, África y otros pueblos logran buenos resultados. También en ese proceso las mujeres alcanzan descomponer el concepto de inferioridad de la mujer y la superioridad de los hombres. Mientras que en el texto de L. Pereña el impacto fue la lucha de Francisco de Vitoria y Fray Bartolomé de las Casas frente al poder colonial que se mantenía en esa época. Ambos logran un proceso de conciencia en las mentalidades europeas que al final permitió el avance de reconocimiento de la hominidad del indio y su liberación en manos de la esclavitud y maltrato que se les daba.  
Por el otro lado, en el texto de Teresa García, lo positivo fue el avance hacia una independencia y la creación de una nación o patria única que ya no depende del poder colonial. Pero, lo negativo fue que durante el proceso de la creación se quiso excluir la identidad de los indígenas que conforma toda Latinoamérica. El llamado “identitario” es un obstáculo y problema que el neo y el liberalismo tratan de resolver. Merquior, opinan que el identitario es un “déficit de legitimidad”, y por tanto, hay que pensar en un limbo cultural donde todos se hacen uno; lo que indica el racismo y la  marginación a los pueblos indígenas en cuanto a su cultura e identidad. Estas serían algunas de las consecuencias positivas y negativas que el giro descolonizador y otros sistemas de pensamientos provocó en el terreno latinoamericano.
Puntualizo: el “ogro” del eurocentrismo es un gigantesco mundo de pensamiento egoísta que quiso ser la madre de todos los demás pueblos que lo conforma y que ha conquistado mediante su presunta cultura e intelectualidad. Su pretensión de ser el prototipo de toda cultura; ocurrió que las víctimas del absolutismo colonial sintieran un horror y un deseo de liberación y de independencia. El proceso de la descolonización en Latinoamérica favoreció una conciencia y la avidez de los demás pueblos a alzar la voz de liberación frente el mito de la modernidad manejado por los europeos. Un giro descolonizador que desafió al pensamiento europeo hasta las últimas consecuencias de crisis colonial. Lo que en principio fue un terror es después para los descolonizadores el grito de la independencia que resonó en las demás latitudes de Europa.   
Después de este ensayo me pregunto, ¿Cuál sería el otro tipo de modernidad del cual los indígenas ahora son víctimas? ¿Somos o no independientes de la estructura vertical de la política en nuestro país? ¿Quiénes son los otros y nuevos descolonizadores que luchan y resisten frente el interés de algunos grupos poderosos? ¿Somos un país independiente? ¿Hasta cuándo se logra la integración de un país donde se reconoce la libertad y el derecho de los pueblos mayas a ser partícipe de la construcción de la historia, a la participación política y desarrollo del país? ¿Hasta cuándo se respeta el derecho de los pueblos indígenas que se resisten a la explotación de la tierra?

2 comentarios:

  1. Me parece bueno el ensayo y más porque usando el planteamiento de Zea, que es un filosofo Américano podemos tomar elementos fundamentados para ver que se busca con ese ideal de modernidad, en el cual se llega a arrazar con lo nuestro queriendo tener como base el paradigma Europeo, pero a la vez queremos ser indepemdientes , cosa que veo dificil de que sea posible.

    ResponderEliminar
  2. Me llama la atencion de como relaciona el pensamiento del giro colonizador, el neoliberalismo, el debate sobre la nacion y el proceso de conquista de américa. Practicamente está relacionando cuatro autores y le va dando sentido al termino de modernidad y la criticidad que podria darse.
    pero ahora quisiera saber de todo esto que utilidad podria darsele a nuestra vida actual y como, porque escribir no cuesta nada, llevarlo a la practica es ahi donde nos quedamos. ¿cómo podriamos desarrollar un buen plan para que ya no haya tanta discriminacion entre personas indígenas y no indígenas.
    Si te correspodiese a vos hacer un escrito donde defendieras las culturas indígenas como lo nombrarias y porque?

    ResponderEliminar