viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Independencia de quién?

“Lo español comienza a ser prescindible… pero fue la élite criolla la que hegemonizó el proceso político” (Bohórquez, 2009)
 
¿En quién reside la soberanía, quién la otorga y cómo recuperarla? Estas interrogantes pudieron fundamentar un proceso independentista «equitativo». El lejano poder español colonizador extendió sus dominios no solo sobre los pueblos originarios; sino también, sobre los mismos españoles-americanos. Economía, gobierno, organización social y política se encontraban bajo el control de la corona española. ¿Qué pues, aparte de la presunción de sangre quedaba a los criollos? En absoluto, muy poco.

La descripción de la colonia como un período de “ingratitud, injusticia, servidumbre y desolación” (2009), propuesto por Viscardo, abre el panorama de pensamiento y acción emancipadora. Había que desprenderse del yugo opresor de la corona. Así pues, comienza a pulular el ambiente de separación; y, por ende, autonomía de los pueblos americanos. Pero, estos últimos, entendidos no como los pueblos originarios de la región, sino como los españoles nacidos en América. Es decir, los criollos. 

Son ellos quienes precisamente ejecutan todo lo relacionado con la independencia. ¿Qué representaría? Ya no vivir de las migajas que caían de la mesa de la corona ¡Las riquezas no tendrían ya que marchar al otro lado del océano! El poder siempre será español; pero americano. Las ideas de igualdad, legitimidad del poder por el pueblo y la importancia del consenso social, propuestas por el humanismo jesuita, quedaron de lado.

Naturalmente, al ser independientes, el crecimiento y desarrollo económico estaría asegurado para los criollos. Ellos poseían los medios de producción y la riqueza. Y, en algún caso especial, algunos mestizos se verían también beneficiados. Pero, los indígenas, negros y esclavos, nunca alcanzarían tales esferas de «progreso» ¿Cuántos apellidos indígenas figuran en el acta de independencia? ¿Cuántas pieles negras aparecen, en las imágenes, firmando la declaración?

El grito de independencia toma sentido y significado para aquellos que «ostentaban» el poder ¿Qué tanto dista la realidad colonial-independiente de la actual? Basta detenerse y observar: enriquecimiento, racismo, esclavitud, exclusión y opresión. Realmente el poder ibérico se trasladó de manos y la riqueza mudó su lugar de almacén.

Bibliografía

Bohórquez, C. (2009). Filosofía de la independencia. En E. M. Enrique Dussel, El Pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y "laitino" (1300-2000) (págs. 161-164). México: Siglo xxi editores.


2 comentarios:

  1. Entiendo que tu idea principal es que la independencia solo fue una separación de poderes, donde los criollos dejarán de estar sometidos del Imperio Español. Me parece bien cuando afirmas que solo hay movimientos de poderes, y que el sistema político-social se mantendrá en uso en la mayoría de los países independentistas.

    A nivel de movimientos de poderes se puede observar que es el mismo, por ejemplo, la división de territorios que usamos como provincias o municipios, o al referirnos a la autoridad tenemos los alcaldes. Al hablar ahora de la división de las clases sociales, existe una clase alta que son hijos de los criollos, una clase media donde están los mestizos y una clase baja que son los indígenas.

    Considero algo que ayuda a dar firmeza a tu exposición es que se manipulo el concepto de “pueblo”. Esto lo digo porque se toma la palabra pueblo para afirmar que la autoridad y soberanía residía en el mismo. La mayoría de filósofos de la independencia tergiversaban este término para dar mayor solidez a su argumentación, pues daban a entender que el pueblo eran todos. Pero en realidad, el pueblo en sí, eran los criollos que tenían el poder en sus manos.

    Como lo afirmarás en tu exposición, “el grito de la independencia toma sentido y significado para aquellos que “ostentaban”. Este grito fue de los criollos.

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