EL PUNTO DE PARTIDA DE LA FILOSOFIA Antonio González, S.J.

Luis Fernando Franco

El autor observa como la filosofía en nuestro tiempo, se ha convertido de alguna manera, en una simple actividad de servir información a un grupo de personas que no se han planteado, incluso la idea de que es filosofía concretamente.

El problema se hace a un mayor cuando se cree que el estudio de filosofía es equiparable a una clase de historia, en la que se conocen autores, épocas, lugares, situaciones; o porque no incluso a una de manualidades en la que se aprende como pintar un jarrón luego usted lo hace y el resultado será muy parecido al que le enseñaron, y si se interesa en diferenciarse pues cambie de color y listo.

González afirma “…proclamarse filósofo sin haberse preocupado nunca de haber justificado el propio punto de partida… es un modo de proceder perfectamente escolástico.”

Un pensamiento platónico dice que el conocimiento es recuerdo, por tanto no se enseña ni se aprende.  Creo que en este sentido es necesario comprender que solo por la enseñanza sistemática, ordenada y constante se puede llegar a entender el gran pensamiento de los que nosotros reconocemos como los grandes filósofos de la historia.

Pero la filosofía como “un que hacer”, nos lleva a comprometernos.  Ciertamente no hay una filosofía eterna.

La tradición de que un pensamiento filosófico, es enredado, bonito pero solo para pegar un papel con una frase y presumir de algo que no siempre entiendo, de una frase que me sirve  para enviar por mensajitos.  Es útil pero no marca realmente la importancia de un pensamiento que hecho durante toda la vida un hombre que polarizo su vida en ese sentido.

Por eso a nosotros nos corresponde justificar nuestras opiniones y no con dificultad cuestionar las bases de lo que vivimos.

Lo que hemos dicho no lleva a pensar que adaptar, seguir ciegamente o estudiar una filosofía solo por ser llamada filosofía nos aleja del verdadero sentido de filosofar.

“Una filosofía liberadora tiene que ser necesariamente, un auténtico filosofar.”

Pero el planteamiento que hace González es: “La verdadera originalidad filosófica no reside en lo novedoso de un tema, sin en la radicalidad de su punto de partida.”

Es que la pregunta es más importante que la respuesta se afirma en la filosofía.

Entonces ¿Por qué yo voy a dedicar horas y horas de vida, en un tema que no voy aplicar en ella, o que solo me sirven de un mero cumulo de conocimientos?, es mas bien por una poca visión que se da en el inicio.

“Lo único que podemos decir es que el punto de partida de la filosofía no es una subjetividad.”

Entonces el hacer de la filosofía no es el hacer mis deseos e intereses particulares luego es hacer una aplicación concreta como estilo de vida hacia los demás.

En lo personal lo que hasta ahora he estudiado de filosofía, me hace pensar en  momentos en los que me enfrento a situaciones particulares en las que la duda es necesaria para actuar correctamente, para ver mas allá de lo evidente, en los que cuestionar una palabra, una frase, una postura no es un esquivarla sino ampliarla y fundamentarla.

Pero la duda es posterior, primero es el pensamiento como inicio de reflexión.

Por tanto es una acción el pensamiento ya que con la frase de Sócrates “Conócete a ti mismo”, estimo que el punto de partida es el pensamiento genérico a las acciones, que se enfocan hacia los demás, empleando lo mío.

Por tanto dejando por un lado una filosofía “subjetivista”, el verdadero pensar filosófico se enfoca en la acción.

Por lo tanto la filosofía se aprende, se estudia pero también se aplica.  Es indispensable el punto de partida para tomarlo como pregunta y darse un buen tiempo en contestar.  Enfocarse a la aplicación y autenticidad sin dejar por un lado la originalidad sin fundamento.