El punto de partida de la Filosofía Antonio González

Félix Eduardo Pérez López

El planteamiento del problema.

La Filosofía. Es la forma más general y abstracta de la teoría (global que aspira a dar razón de todo). Incluye dentro de sí todo tipo de objeto o de problema siempre y cuando se considere el objeto o se plantee el problema en función de sus conexiones totales, y en una perspectiva que alcance más allá de los límites particulares de una metodología.

La filosofía es, de pronto, algo que el hombre hace, que el hombre ha hecho, lo primero que debemos intentar pues, es definir ese “hacer” que llamamos filosofía. La filosofía más que ninguna otra disciplina, necesita ser vivida.    

 Al hablar de filosofía, surge la pregunta que siempre  pasa en la mente de cada individuo que se enfrenta o se encuentra con un texto de filosofía, esta es: ¿Qué es la filosofía?  O dicho en otras palabras ¿De qué trata la filosofía?  En realidad, cada filósofo, en la medida en que elabora una filosofía propia, ha trazado al mismo tiempo una idea de lo que es la filosofía. Y cada filósofo que elabora su propia filosofía, ha trazado al mismo tiempo una idea de lo que es la filosofía. A través de ello se puede decir que una definición de la filosofía es algo que se consigue después de haber filosofado  para construir su propia filosofía.

Ahora bien, viéndolo desde el texto; Filosofar de un modo escolástico no significa, primeramente, ser aristotélico o ser tomista. Filosofar del modo escolástico significa hacer de la filosofía una tarea de escuela. Y, al hacer de la filosofía una tarea de escuela, la filosofía deja de ser un autentico filosofar, para convertirse solamente en una caricatura del mismo. [1]

La filosofía griega es muy importante, porque nos ayuda a filosofar o a enriquecernos sobre la realidad, para que nosotros podamos construir nuestra propia filosofía debemos filosofar y no quedarnos en una filosofía como escuela, la filosofía ha comprendido la realidad pero uno no sólo la comprende sino también debe transformarla.

 

Auténtica filosofía

En el llamado tercer mundo se plantea con frecuencia la necesidad urgente de un auténtico filosofar. Es decir, aparece una conciencia creciente de que las filosofías usuales han nacido para responder a los problemas propios de otro contexto. Una filosofía liberadora no puede ser solamente la aplicación ética o política de cualquier escuela filosófica ya construida. Una filosofía liberadora tiene que ser, necesariamente, un auténtico filosofar.[2]

Ahora bien lo propio de la filosofía hoy, no es el conocimiento, sino la construcción de teorías del más alto nivel abstracto y general, entendiéndolo desde la teoría: es toda forma conceptualmente elaborada de interpretación de la realidad y de nuestros modos de trato con ella.

La filosofía es una interpretación que aspira a ser total, razonada y autónoma o auténtica. Ahora bien la interpretación: quiere decir representación en la que se asigna a cada parte de lo  representado un sentido o una función.

ü  Razonada: porque quiere razones de lo que se está dando a conocer.

ü  Autónoma: porque su justificación última no le viene de ninguna otra forma de pensamiento.

ü  La filosofía se distingue de las ciencias por su aspiración de totalidad.

Ø  La filosofía, como teoría total, razonada  y autónoma incluye lo siguiente:

ü  Una concepción general de la realidad.

ü  Una teoría sobre el hombre y su relación con el mundo.

ü  Una teoría sobre el carácter, condiciones, alcance y límites de las diferentes formas de conocimiento.

ü  Una meta filosófica, tratar de si misma. Dando razón de su propia validez y justificación y estableciendo sus propios límites.

­¿Qué es un auténtico filosofar latinoamericano?

La praxis de la filosofía, llevar la teoría filosófica al ser y la realidad, al ser en cuanto pobre y a la realidad que se apodera del ser en cuanto pobreza. El auténtico filosofar latinoamericano entonces comprendería la “religación” misma de la filosofía y el humanismo.

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[1] Tomado del texto de Antonio González

[2] Tomado del texto de Antonio González