sábado, 24 de octubre de 2015

Lucha epistémica
 
Cuando estudiemos filosofía la latinoamericana (LA), nos encontramos con el tema de la epistemología y nos damos cuenta que estamos en una lucha epistemológica; del ser, saber, y conocer en Guatemala y américa latina.
 
Para entender,  el término lucha epistemología abordare el significado de epistemología. El   origen etimológico de esta palabra proviene del griego episteme, “conocimiento”, logos “estudio”. La epistemológica,  como teoría y estudio del conocimiento, se ocupa de las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que nos llevan a adquirir el conocimiento. La epistemología tiene su origen y era utilizada por los griegos, con el “episteme” término que se oponía a la “doxa” que era el pensamiento sin reflexión crítica y  sin rigor o mayor esfuerzo.
 
Cuando hablamos del ser, nos referimos al ámbito de lo real en sentido ontológico en general, es decir,  que nuestra cultura pertenece y tiene orígenes en nuestros antepasados. Siendo este origen quien nos marca con una huella trascendental, en el conocimiento, la cultura, en lo artístico y espiritual. Teniendo en cuenta que “ser”;  “es el atributo que se adjunta a una entidad capaz de definirse a sí misma frente a un medio capaz”. Nuestra cultura del siglo XXI, ha perdido de vista este
atributo esencial y como consecuencia de ello, nos identificamos con otras formas de pensar y de actuar, olvidando por completo nuestra entidad, sin embargo, no solo olvidándola también menospreciándola y tomándola como irrelevante. Ante esta problemática nos diría Kant; no han   llegado a la ilustración, porque en términos de ilustración,  no hemos salido de la minoría de edad. Estamos enraizados en los problemas en los que nos hemos introducido nosotros mismos, en la falta de identificación con nuestra identidad cultural.
 
El conocer y el saber de nuestra cultura latinoamericana, lo podemos distinguir en una sola palabra “conocimiento”, dicha palabra Hegel la nombraría como el “espíritu” del ser. Siendo este espíritu, quien permite a un filósofo ser filósofo como sinónimo de pensar bien, de reflexionar bien, sobre la problemática de la realidad, con sus correspondientes soluciones. En diferentes circunstancias y épocas, J Ortega y Gasset  “yo soy yo y mis circunstancias y si no la salvo a ella no me salvo yo” siendo esto lo que hace un pensamiento propio del lugar y no individual o independiente de él.

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