domingo, 10 de noviembre de 2013



La juventud como fundamento de transformación en la sociedad

La juventud expresa siempre un motivo de esperanza y progreso para una nación  y a lo largo de la historia el tema de la juventud ha sido un momento clave de reflexión para algunos filósofos como por ejemplo Aristóteles y Sócrates que se ocuparon en analizar esta faceta en la cual el ser humano busca proyectar y hacer realidad sus sueños. En este sentido Sócrates se preocupa por la pérdida de valores de parte de la juventud y hace un llamado a no caer en el sistema y a encontrar la verdad despertando en los jóvenes un pensamiento crítico y realista.

Por lo tanto, esta moción sigue siendo actual y a comienzos del siglo XX existe todo un movimiento que lo lleva a su mayor auge, desarrollando conceptos claves como por ejemplo: poder de libertad, voluntad, confianza, fortaleza, autonomía, etc.  Estas mismas percepciones llevan al uruguayo Enrique Rodó a escribir el “Ariel”, siendo una de las obras más representativas de comienzos del siglo XX y que se destaca por su contenido enfocado hacia la juventud. La obra de Rodó cobra sentido si analizamos el contexto en que se encuentra la época, primero que todo se vive un cambio de siglo y en esos años España deja de ser potencia colonial en América, pero se comienza otro imperio colonial con el expansionismo de los Estados Unidos desarrollando su modelo utilitarista y materialista, del que Rodó no era partidario.

Para el autor, el “Ariel” es el hombre verdaderamente libre, que tiene la capacidad de actuar con sabiduría y se caracteriza por ser un ser racional y lógico. Asimismo él lo describe como su “Numen”, que significa la presencia que expresa sentido de fuerza, poder y voluntad. Rodó escribe esta obra para dar un mensaje directo a la juventud, queriendo reconocer que cada persona tiene la capacidad de descubrir y afrontar con sabiduría los desafíos que se presentan en la vida, por lo que afirma: “la juventud es el descubrimiento de un horizonte inmenso que es la vida”.

El papel que juega el “Ariel” es importante porque el autor lo proyecta como un modelo, como una utopía, integra y perfecta. Ahora bien, podríamos preguntarnos: ¿Cuál es la visión o el objetivo que mueve a Enrique Rodó a preocuparse por la sociedad y a escribir esta obra?
Considero que el objetivo es que sirva de estimulación a la juventud y que esta misma adquiera un espíritu optimista y con esperanza que dé como resultado la transformación de una nueva sociedad. Con el “Ariel”, Rodó buscará la manera de fomentar una identidad latinoamericana en los jóvenes para no repetir los problemas del pasado y así no volver a caer en las manos de los opresores e imperialistas. Intenta que las nuevas generaciones despierten un sentido crítico y sean conscientes de lo que puede causarles un nuevo sometimiento o sumisión de parte de otro imperio.

El “Ariel” apuesta por la juventud como una fuerza liberadora y se acopla con el movimiento Modernista que desarrolla el nicaragüense Rubén Darío con quien Rodó pudo intercambiar algunos pensamiento. Darío, también dedica una reflexión a la juventud como algo maravilloso y que hay que aprovechar. En el poema: Canción de Otoño en Primavera (1905), manifiesta: “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!” [1]

Con respecto a este tema, todo lo que se ha planteado a lo largo de la historia, la juventud tiene las herramientas para poder hacerse presente en los diferentes ámbitos cotidianos, como una fuerza que mueve la sociedad, una fuerza comprometida y segura de las cosas que se proponga. Como jóvenes estamos llamados a reflexionar que debemos de coincidir que la confianza, la autorrealización y la capacidad de salir adelante es una realidad si ponemos voluntad y deseo de desarrollarnos y progresar. La tarea es asumir la responsabilidad de renovar o instaurar nuevos modelos sociales que favorezcan el bien común. Los sueños nos pertenecen y el espíritu liberador de Simón Bolívar lo reafirma al decir: “Porque tenemos sueños gigantes y creemos en ellos”.



E. Rodo (1947) Ariel. Sociedad Editora Latinoamericana. Buenos Aires.

2 comentarios:

  1. De: Juan Quic
    La filosofía que contiene la obra de Rubén Darío, "Ariel" y el comentario de Rodó al respecto, se sintetiza de una manera tanto en lo religioso, social y político hacia una filosofía latinoamericana y su profundo significado social. Sin embargo, en la conciencia del hombre actual, se está alejando más y más el tema de una igualdad de desarrollo, y esto lleva en una profunda preocupación de los filósofos latinoamericanos. Aún existe en la conciencia del hombre una dependencia de los países europeos y sin ninguna independización.
    Por lo tanto, la juventud que exalta Rodó en esta dicha obra, requiere y necesita descubrir el verdadero sentido de la vida y el porqué de una filosofía, sin olvidar nuestra historia en nuestro ambiente natural hacia un proyecto participativo y auténtico.
    Ejemplos concretos de un mundo que se siente marginado lo tenemos por todos lados. Es importante por la cual las reflexiones de Rodó, a que se tematiza y sea llevada a la acción del hombre actual, porque es necesario de ser lo que se es en el mundo, en una cultura propia de pueblo o de la nación que nos vio nacer. Eso es el deber de un hombre latinoamericano, un hombre de bien en la lucha de una igualdad de progreso que permita al hombre desarrollarse en plenitud y vivir en paz.

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