Leopoldo Zea y Augusto Salazar
El debate que surge entre estos dos maestros, considero que tiene hoy en día
una gran importancia ya que refleja la preocupación –si se puede decir de esta manera-
por independizarnos de las formas de pensar que hemos traído desde el
colonialismo (postura de L. Zea) patentes incluso actualmente. De estas dos posturas que son como las más
fuertes surge el debate, pues además de Leopoldo Zea también Augusto Salazar
Bondy tenía su forma de ver el pensamiento Latinoamericano o la forma en que se
iba gestando la reflexión liberadora.
Pero es válido pensar que genera esta posible necesidad de un pensamiento
latinoamericano al menos por parte de L. Zea. Diría que seguramente parte del
saber que por mucho tiempo las culturas latinoamericanas han estado asociadas a
diferentes modelos o estereotipos de culturas (Europeas, Asiáticas e incluso de
Norte América que se concibe como una cultura muy desarrollada) que de alguna
manera han ido influyendo en nosotros y en toda América Latina; sin embargo no
es algo novedoso, es un tema que tiene sus antecedentes por eso el afán de Zea en
retomarlo. Toda esta influencia de otras culturas es lo que impide según entiendo
que plantea L. Zea el pensamiento liberador de América Latina y de esta forma
remarca que en Latinoamérica ya hay una tradición de pensamiento, es decir, que
es propiamente nuestro algo que traerá cambio efectivo, una transformación como
el mismo texto lo señala, pero se necesita dejar los modelos que no permiten el
desarrollo del pensamiento en América Latina.
Sin embargo Salazar Bondy no se queda atrás, la cuestión que propone es que
hay que revisar si este pensamiento es original o autentico, pues considero en
verdad que podemos llegar a producir un pensamiento Latinoamericano, pero cuanto
estaría influido por alguna corriente o realmente
no, aunque con esto no digo que no se llegue a dar un autentico pensamiento. Aunque
quizá la posición de Salazar es un tanto extremista porque insinúa que no es
muy relevante lo que se produce en América -aunque él es peruano- pues en uno de
sus argumentos respondiendo a Zea, afirma que sería bueno como analizar hasta qué
punto tiene valor y sentido tomar este pensamiento o reflexión como tema u
objeto de atención, ya que siguiendo su postura puede que se toman este tipo de
pensamiento de acuerdo a las modas y necesidades.
Sería difícil buscar a alguien que tenga la razón, pues los dos maestros
exponen bien sus argumentos y como dije antes puede que en algún momento sean
razones realmente evidentes, en especial hoy que nuestros países van desarrollándose
aunque poco a poco y no solo de una forma material, estructural o social, sino también
un desarrollo de pensamiento que puede llegar a aportar a otras culturas. Si apoyara
a Leopoldo Zea tomaría lo que Enrique Dussel afirma en el texto de Cerutti: “lo que es la filosofía de la liberación, no deriva
del pensamiento del peruano (refiriéndose a Salazar Bondy)” ya que la cultura Latinoamericana es la misma
fuente de donde parte este tipo de pensamiento liberador, aunque sería
considerable someter a un análisis estos que promueven esta filosofía
(siguiendo lo que propone Salazar Bondy), ya que de alguna manera puede que
tenga algún tipo de influencia que no precisamente responda al pensamiento de Latinoamérica.
Considero que hemos quedado claro al considerar que no podemos ser radicales al emitir un juicio diciendo que la filosofía Latinoamericana sea o no auténtica. Comparto el punto de vista que has desarrollado con respecto a los dos filósofos y sus planteamientos en este ensayo pues de alguna manera has dejado y justificado que no podemos hacernos partidario y darle la razón a un filósofo específico, pues ambos, con sus argumentos tienen validez al manifestar cada uno su punto crítico acerca de la filosofía latinoamericana. A mí juicio, me quedo con que existe un pensamiento que es desarrollado por filósofos con respecto a Latinoamérica, por ende existe una filosofía latinoamericana. Que sea auténtica o no, es lo de menos, es más consideraría que en vez de usar ese término, podamos referirnos a una “filosofía en particular” que hace lo suyo, y esto no lo podemos negar pues si negamos la existencia de esta filosofía como tal, estamos impidiendo y limitando la racionalidad que posee el hombre de reflexionar y analizar las situaciones de su propia cultura. Que los pensadores se formen fuera del continente y lo hagan desde otros lugares no es transcendental, ya que la tierra que los engendró reclamará lo suyo. Asimismo no es algo negativo que vengan otras personas a realizar estos análisis, todo es válido. Con referente a esto lo que si debemos diferenciar es que existe una Filosofía Latinoamericana, y una Filosofía en Latinoamérica. La diferencia radica en la nacionalidad que tengan los pensadores, para los nacidos en el territorio, desarrollan una Filosofía Latinoamericana analizando los problemas y limitantes de su propia cultura, y por otro lado los extranjeros, que vienen a desarrollar una Filosofía en Latinoamérica, a partir de la vivencia que experimentan en la cultura que vienen a conocer. Ambas son de gran importancia, pues le dan su lugar y le dedican tiempo al pensamiento latino. En fin, es necesaria una Filosofía Latina para poder comprender nuestra realidad y aceptarla.
ResponderEliminarConsidero Leopoldo Zea y Augusto Salazar son representantes fundamentales de la filosofía latinoamericana y que tienen dos posturas muy diferentes, y a partir de sus posturas el público en general y más específicamente los que estamos estudiando el curso de filosofía latinoamericana, somos los que podemos entablar un debate. Sin embargo al inicio del texto se indica: "el debate que surge entre estos dos maestros". Con esta frase entiendo como si los dos hubieran estado frente a frente dialogando o exponiendo sus planteamientos, de que si hay una autenticidad de la filosofía latinoamericana, o si más bien todo lo que se plantea, ya ha sido planteado en la “filosofía Universal” y no es necesario poner atención.
ResponderEliminarPor tanto: “no creo que esto haya sido así.”
Por otro lado, en este ensayo no encuentro una conclusión, aunque entiendo que es difícil como dice este texto: “Sería difícil buscar a alguien que tenga la razón”, pero creo que no es necesario buscar a alguien que tenga la razón porque hasta cierto punto las dos posturas están a un nivel bastante distinto y por lo tanto las dos tienen razón.
Sin embargo, estoy de acuerdo con la postura que aparece de manera implícita y entre líneas donde aparece la cita textual de Dussel, que la cultura y las problemáticas socio-políticas son la fuente de donde se parte el pensamiento.