miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Existe un pensamiento latinoamericano?  
Por: Marco Antonio Gómez

La discusión sobre Latinoamérica en diversas situaciones y desde años muy remotos (¿tenemos alma?, ¿somos incivilizados?, ¿tenemos capacidad de auto-gobernarnos?, ¿tenemos pensamiento propio latinoamericano?, etc.) es algo que no sorprende. Si hablamos a nivel general no podemos negar que poseemos situaciones y realidades concretas que no nos permiten ser el continente «ejemplar» (crimen organizado, delincuencia, analfabetismo, pobreza extrema, desnutrición, corrupción, emigración, entre otros), pero que no puede desmeritar tampoco los logros o cosas positivas que poseemos.

Con esta introducción quiero plantear lo que en realidad me interesa estudiar en este ensayo: «¿Existe pensamiento propio latinoamericano?». Para esto nos apoyaremos en el debate entre Salazar Bondy y Leopoldo Zea. El primero nos presenta las postura de que «no existe un pensamiento propio latinoamericano», planteándose tres preguntas sobre el tema argumenta sus respuestas de esta manera:

 Lo que ha habido es la mera recepción  imitativa de oleadas de pensamiento europeo, que sin ninguna evolución interna ni reelavoración en América Latina, se ha ido superponiendo unas a otras de acuerdos a las modas y  necesidades más o menos sentidas por los sectores dominantes de las cuales forma parte la intelectualidad latinoamericana.[1]

A esto añadirá que es necesario “romper primero con el sistema de dominio, subdesarrollo, dependencia y enajenación antes de poder producir un pensamiento liberado y liberador”[2]
Zea responderá concretamente que “ha habido una tradición de pensamiento auténticamente latinoamericano”[3], también nos dice que “es indudable que la que la filosofía es un elemento que debe colaborar en el proceso de destrucción del subdesarrollo y la dependencia presente”[4], claramente Zea dice que si existe un pensamiento, una filosofía latinoamericana que posee un campo y tema concreto de acción, y que ademas será la que origine este proceso de liberación, a esto conoceremos como filosofía de la liberación.

Tomando ambas posturas podría decir la de Zea es la más acertada, no podemos negar que en Latinoamérica ha existido una forma de pensar que responde a su experiencia propia, a su historia. Es cierto que se han asumido corrientes filosóficas europeas, pero estas se han encarnado en el desarrollo histórico de Latinoamérica, el marxismo latinoamericano no es el mismo marxismo alemán, ese pensamiento cobró sentido cuando se aplico a la realidad de explotación que se vivió o que se vive aquí. Tampoco podemos hablar de un pensamiento autónomo de ningún tipo, pues todo pensamiento tendrá su origen en lo ya existente (griegos-edad media, oriente-occidente, Alemania-Italia, etc.).

En conclusión, Latinoamérica si posee un pensamiento propio y es un pensamiento que toma sentido en su experiencia histórica. No podemos negarlo, y mucho menos hacer de menos el camino  que como cultura vamos teniendo.



[1] Cerutti, H. Filosofía de la liberación latinoaméricana; México DF: FCE, 2006. (Pág. 266)
[2] Ibidem (pág. 267)
[3] Ibidem (pág. 268)
[4] Ibidem (pág. 268)

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