jueves, 14 de noviembre de 2013

Europa: ¿Desarrollo u opresión?

Nos estamos adentrando en uno de los temas que ha causado gran repercusión dentro del contexto en que se mueve nuestro continente americano. Nos referimos a lo que se conoce como filosofía de la liberación, que no es más que plasmar o manifestar nuestro malestar ante alguna opresión y por ende se busca como extinguirla a través del pensamiento que surge de esa situación. Para esto nos serviremos de base en la década de los 70 que se vivió en Argentina, en donde a través de la guerra revolucionaria se busca quitar ese yugo opresor de parte de la subversión marxista.
Para continuar indagando más en este tema tan controversial, sobre todo en Latinoamérica, nos valdremos de un personaje que fue de gran influencia en cuanto difundir esta manera de pensar. Nos referimos a Frantz Fanon. Este será la cara de presentación de los pueblos del tercer mundo en cuanto a plantear una filosofía liberadora; y cuando digo liberadora, lo digo en el sentido descolonizador. O sea, dejar por un lado aquello que aun nos tiene sometidos bajo el yugo de la opresión y darle paso a nuestra manera de pensar a partir de lo que nosotros podemos construir desde nuestra tierra.
Pero ¿A que nos referimos cuando hablamos de descolonización? Seguramente esto nos remitirá a las diversas enseñanzas que se nos fueron impuestas desde los tiempos de la colonia y que aun hoy en día continuamos con un sistema donde buscamos sobresalir sin importar a quien hay que aplastar o incluso eliminar. A partir de esto, surgen grandes figuras que aportaran, desde su manera de concebir este problema, medios que permitan hacer valer lo que como continente latinoamericano se posee. Ya mencionamos a Fanon como el propulsor de este tema de la filosofía de la liberación. Nos referimos a Leopoldo Zea y Augusto Salazar Bondy.
Pero más que contribuir a buscar la manera de cómo hacer valer la manera de pensar de este lado del mundo, estos entran en polémica ante la variante de saber si Latinoamérica tiene la suficiente capacidad de hacer filosofía por si misma o si se ha visto influida por parte de lo que ha venido de otros lados, y con esto hacemos referencia a Europa. Cuando no encontrábamos escuchando el debate que se estaba realizando entre los compañeros que defendían las diferentes posturas que cada uno proponía, surgía dentro de mí una situación que aunque parezca que no defiendo lo que es de aquí, me parece que así es como nos hemos acostumbrado a vivir. Utilizaremos un ejemplo, la moda. No podemos ver que otro ande con su pelo todo parado o medio cortado, que ya queremos andar así o, si el otro anda con el pantalón roto o casi por las nalgas, también queremos andar así. Nos hemos visto influenciado por costumbres o realidades que nada tiene que ver con nosotros. Esto viéndolo desde la perspectiva de Salazar Bondy en cuanto a que nos hemos visto, en gran medida, determinados por estas situaciones. Y todo esto haciendo una comparación con algo que se ve normalmente en nuestra sociedad. Sin embargo, considero también que muchas cosas buenas pueden salir de esta tierra bendita de Latinoamérica, lo cual nos invita a dejar por un lado esas influencias que aun nos someten y que nos hacen estar a los pies de los otros. ¿Qué bueno puede salir de Belén? Dijeron. Y saber que allí nació el Salvador del mundo. Depende de nosotros si verdaderamente queremos hacernos valer ante esa inmensa y densa niebla de propuestas y opciones que nos inducen, prácticamente, a estar por debajo de los demás. Solo así daremos a conocer que es lo que queremos y deseamos, no solo para nosotros, sino también para las generaciones venideras.


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