¿Existe un
pensamiento latinoamericano?
Por: Marco Antonio Gómez
La
discusión sobre Latinoamérica en diversas situaciones y desde años muy remotos
(¿tenemos alma?, ¿somos incivilizados?, ¿tenemos capacidad de auto-gobernarnos?, ¿tenemos
pensamiento propio latinoamericano?, etc.) es algo que no sorprende. Si
hablamos a nivel general no podemos negar que poseemos situaciones y
realidades concretas que no nos permiten ser el continente «ejemplar» (crimen
organizado, delincuencia, analfabetismo, pobreza extrema, desnutrición,
corrupción, emigración, entre otros), pero que no puede desmeritar tampoco los
logros o cosas positivas que poseemos.
Con esta
introducción quiero plantear lo que en realidad me interesa estudiar en este
ensayo: «¿Existe pensamiento propio latinoamericano?». Para esto nos apoyaremos
en el debate entre Salazar Bondy y Leopoldo Zea. El primero nos presenta las
postura de que «no existe un pensamiento propio latinoamericano», planteándose
tres preguntas sobre el tema argumenta sus respuestas de esta manera:
Lo que ha habido es la mera recepción imitativa de oleadas de pensamiento europeo,
que sin ninguna evolución interna ni reelavoración en América Latina, se ha ido
superponiendo unas a otras de acuerdos a las modas y necesidades más o menos sentidas por los
sectores dominantes de las cuales forma parte la intelectualidad latinoamericana.[1]
A esto añadirá que es necesario “romper primero
con el sistema de dominio, subdesarrollo, dependencia y enajenación antes de
poder producir un pensamiento liberado y liberador”[2]
Zea responderá concretamente que “ha habido una
tradición de pensamiento auténticamente latinoamericano”[3],
también nos dice que “es indudable que la que la filosofía es un elemento que
debe colaborar en el proceso de destrucción del subdesarrollo y la dependencia
presente”[4],
claramente Zea dice que si existe un pensamiento, una filosofía latinoamericana
que posee un campo y tema concreto de acción, y que ademas será la que origine
este proceso de liberación, a esto conoceremos como filosofía de la liberación.
Tomando ambas posturas podría decir la de Zea
es la más acertada, no podemos negar que en Latinoamérica ha existido una forma
de pensar que responde a su experiencia propia, a su historia. Es cierto que se
han asumido corrientes filosóficas europeas, pero estas se han encarnado en el
desarrollo histórico de Latinoamérica, el marxismo latinoamericano no es el
mismo marxismo alemán, ese pensamiento cobró sentido cuando se aplico a la
realidad de explotación que se vivió o que se vive aquí. Tampoco podemos hablar
de un pensamiento autónomo de ningún tipo, pues todo pensamiento tendrá su
origen en lo ya existente (griegos-edad media, oriente-occidente,
Alemania-Italia, etc.).
En conclusión, Latinoamérica si posee un
pensamiento propio y es un pensamiento que toma sentido en su experiencia
histórica. No podemos negarlo, y mucho menos hacer de menos el camino que como cultura vamos teniendo.