AUTOR: ANTONIO SANIC PÉREZ
El acercamiento al documento de
Miguel Hernández Díaz sobre la filosofía maya es sumamente fascinante y
entretenido. Su interpretación asombra y convence por su sencillez de
planteamiento y explicación. No es un pensador enigmático. Es alguien que se
esfuerza en interpretar, comprender y dar a conocer con claridad la filosofía
maya. La base de su interpretación es el popol-vuh,
sin embargo, su explicación es a base de conceptos concebidos
personalmente.
Llama la atención el título del
texto: “filosofía maya”. Sin embargo, se plantea la pregunta ¿Una filosofía
maya original? O ¿Una filosofía maya desde la perspectiva personal? El título
del texto significa desde ya la fidelidad al pensamiento maya. La fidelidad
implica la no tergiversación y traición a la fuente textual. Cosificar y pasar
el pensamiento maya al pensamiento personal es el mayor detrimento que se puede cometer cuando
la explicación se vuelve una postura muy propia. Y esto, es lo que se percibe
en el texto de M. Hernández Díaz. El título no concuerda con la dilucidación
del texto. Más que una filosofía maya, en realidad, se trata más bien de una
interpretación desde la perspectiva existencial, empirista, racional y
personal. El texto no debería de ser llamado filosofía maya, sino interpretación
personal de la filosofía maya.
Tanto M. Hernández Díaz y Mercedes de la
Garza, ambos se distinguen por su idiología textual o manera de hablar en el
texto. Hernández Díaz llama a su texto “filosofía maya”. Mientras que M. de la
Garza prefiere etiquetar su texto como “pensamiento maya”. El primero hace una
interpretación, según mi parecer, muy personal basándose en teorías de otros
pensadores. El segundo solamente trata de ofrecer una descripción del cosmos como una estructura geométrica de
planos horizontales superpuestos, dividido en tres grandes ámbitos: el
cielo, la tierra y el inframundo (pensamiento maya, pág. 100). El título de
su texto es muy modesto, puesto que su objetivo es clasificar y poner en
evidencia el pensamiento maya. Pero dejemos la distinción entre ambos autores
e interesémonos ahora solamente en uno de ellos. Interesa más descubrir la
interpretación de Hernández sobre el popol-vuh
y cómo lo entiende. Solo así, obtendremos respuesta a la interrogante de si es
una filosofía maya original o una filosofía maya desde la perspectiva personal
del autor del texto.
¿Pensarían los mayas exactamente
así como el autor lo interpreta ahora? Dudo mucho que los mayas piensen de
manera semejante. Hay que ser honestos que no estamos sumergidos en el mismo contexto
cultural, social, espiritual e histórico en que vivieron los mayas. No estamos
en el tiempo de ellos. Solo accedemos a sus pensamientos por medio de fuentes
históricos. Por tanto, no podemos asemejar sus pensamientos a nuestros mismos
pensamientos. Ellos tuvieron sus propias filosofías de interpretar el mundo, el
universo, las cosas, lo divino, el ser humano y la vida. Esa concepción no la
podemos cambiar a concepciones filosóficas distintas. No con el hecho de que
los mayas carecen de orden en sus pensamientos filosóficos se les juzga y se
les interprete subordinadamente a una exégesis personal.
¿De qué manera se afirma que la
filosofía maya es explicada desde la perspectiva existencial, empirista,
racional y personal? No trato de dar alguna respuesta a esta pregunta ahora. La
objeción hecha encontrará su fundamento durante el desarrollo de las posibles
relaciones y comparaciones, divergencias y convergencias del texto con otros
pensamientos que se vaya a desarrollar. Analicemos:
El popol-vuh teje en sus páginas una concepción del mundo, de lo
divino, del ser humano y de la vida muy similar a la Sagrada Escritura de los
cristianos. El Génesis presenta a Dios
como el creador de todo cuanto existe y el formador del hombre. Dios no trabaja
ni tampoco hace uso de alguna herramienta como para crear el mundo y al ser
humano. Su poder de creación está en la palabra. Con frecuencia en el Génesis
se lee: “Dijo Dios”. La palabra que Dios pronuncia es poderosa y eficaz. “Todo
se hizo por ella y sin ella nada se hizo” (Jn 1 3). Sin embargo, en el popol-vuh
los pensadores, Tepeu y Gucumatz, utilizaban la palabra, no hacían trabajos manuales
para construir el cosmos (filosofía maya, pág.28). Al igual que en el
Génesis, también en el popol-vuh “la
palabra” alcanza su sublimidad de poder. En el Génesis es Dios quien pronuncia
la palabra. Mientras que en el popol-vuh son los hacedores de las cosas del mundo y del hombre maya, Tepeu y Gucumatz, quienes
pronunciaban la palabra.
Para el
maya la divinidad es el principio de todas las cosas. En efecto, para
Aristóteles el “motor inmóvil” es la substancia y la causa primera de todas las
cosas. Según Aristóteles el motor inmóvil es el pensamiento de pensamiento. Subsecuentemente Santo Tomás de Aquino
se basa en la doctrina aristotélica y afirma que Dios es el motor inmóvil el motor divino. Dios como
motor divino es el quien da origen y
movimiento a todas las cosas.
Un paso más en nuestro análisis.
Para los empiristas no hay nada en la mente que no haya pasado primero por los
sentidos. Todo conocimiento de algo necesita de la experiencia. La experiencia
se basa en cosas concretas. Para ellos es imposible conocer las cosas más allá
de nosotros. Partiendo de esa postura filosófica, M. Hernández Díaz interpreta
y explica que los mayas parten desde los gestos y partes corporales para
entender la verdad sobre el mundo, las cosas, el ser humano y la vida. Según
él, los mayas no pueden hacer deducciones abstractas sino que tienen que partir
siempre de lo concreto para entender el mundo. M. Hernández Díaz dice: con los gestos de sus rostro enfatiza la
verdad de lo que expresa (filosofía maya, pág. 30). El pensamiento maya utiliza
dos aspectos fundamentales para entender: li yeloval (el rostro) y li o’on (el
corazón). Para los mayas el productor general del movimiento corporal y el
generador de la vida es el corazón. Por tanto, el conocimiento estructural de
la corporalidad, el maya lo asemeja también al universo para entender el
principio y la estructura del cosmos: corazón
de la tierra y corazón del cielo. Hernández afirma: El maya desarrolló su pensamiento por medio de su bek’tal (corporalidad);
utiliza cada parte de su cuerpo para orientarse en el mundo (filosofía maya, pág.
29).
El racionalismo es otro sistema
de filosofía que basa su conocimiento desde la razón. Es lo contrario del
sistema filosófico empirista. Uno de los racionalistas más destacados en su
genialidad es Rene Descartes. El principio de su filosofía es cogito ergo sum: pienso, luego existo. También
afirmó que Dios es el Ser más perfecto que existe. La razón de alguna manera
participa de una parte de esta perfección única. En Descartes el hombre se
encuentra con Dios desde la razón. Porque la razón posee una chispa divina de
lo Absoluto. Desde esta perspectiva filosófica M. Hernández Díaz realiza su
interpretación poniendo en evidencia que el
pensamiento maya fue puesto por un jech-o stuk (ser absoluto) para comprender
las cosas del mundo (pág. 30). En efecto, Hernández racionaliza el
pensamiento maya sosteniendo que el maya entiende el mundo desde su razón.
Mercedes de la Garza dice: “hablar de pensamiento maya es hablar de religión
maya. Entonces, ¿es posible racionalizar la religión maya? ¿Debemos entender y
comprender a los mayas racionalmente o entenderlos desde un ángulo espiritual?
No será que los mayas entienden el mundo y todo cuanto existe desde el
principio divino.
Desde
luego, el existencialismo es otra de las doctrinas filosóficas que indaga y se
plantea la pregunta sobre el sentido y la comprensión del ser desde la
existencia del ser humano. Su planteamiento reduce la vida del hombre a una
existencia mundanal. El hombre debe pensar sobre y desde su existencia. Su
principio es contrario al principio cartesiano. Lo que en Descartes es cogito ergo sum: pienso, luego existo; para
el existencialismo es “existo, luego pienso”. El principio existencial servirá
entonces, según mi parecer, como apoyo para M. Hernández Díaz para entender el
pensamiento maya. Hernández afirma que el maya desarrolla y expone su pensamiento a partir de su existencia para darle sentido a
las cosas, pues solo así desarrolla sus habilidades y le da sentido a las cosas
en función de sí mismo…La existencia del ente es causa primera del pensamiento;
como efecto es la presencia de las cosas del mundo. Solo así puede
funcionar el mundo maya, a partir de sus
componentes corporales. Un cuerpo con vida para pensar y la naturaleza de donde
extrae los conocimientos le dan la categoría de la vida (pág. 29).
Para
el maya es primera la existencia, luego el pensar sobre ella. Piensa, entiende, comprende, interpreta y
explica la estructura del cosmos y de la vida del hombre desde su
preexistencia. Pero, ¿Los mayas pensarían así? ¿Es posible comprenderlos y
explicarlos desde conceptos del existencialismo? En realidad, no basta
apasionarnos en degustar de una lectura de texto si no nos damos cuenta de la hermenéutica y exégesis personal del autor.
Por tanto, queda ahora a la disposición de cada quien de cómo quiere apreciar
el texto de filosofía maya. Queda dicho que lo que se ha hecho es solamente un
análisis crítico textual.
Este texto me parece excelente, sin embargo hay dos puntos quiero comentar:
ResponderEliminarEn primer lugar quisiera recordar que Miguel Hernández Díaz no solo comenta la obra del Popol -vuh, sino también el Chilam Balam. Y es la segunda parte del Chilam Balam que habla de “la forma de snopel en maya tzotzil (pensar) del maya actual, que consiste en existir pensando como un ente que desarrolla conocimientos…” (Hernández, Miguel. Pág. 29). Por lo tanto, la base de su interpretación no solo es el popol-vuh, ya que “la filosofía maya se manifiesta en obras tales como el popol-vuh y el chilam Balam…” (Hernández, Miguel. Pág. 29). De ahí, que sus conceptos no sean concebidos personalmente pues tienen una referencia, tienen una fuente y no una interpretación como se le dio la gana a Miguel Hernández Díaz.
En segundo lugar no me queda clara la postura del autor de este ensayo: si es una filosofía maya original o una filosofía maya desde la perspectiva del autor del texto, pues finaliza diciendo que queda a disposición de cada quien cómo quiere apreciar el texto de filosofía maya. Pero debes ayudar al lector a descubrir esto. Ya que el lector, necesita de tu opinión para comprender mejor el texto de Miguel Hernández Díaz. A modo de sugerencia, que se note más tu opinión en el ensayo, no tanta comparación con otros pensamientos. De lo contrario, no se logrará el objetivo de este ensayo que es descubrir ¿Por qué su explicación (de Miguel Hernández Díaz) es a base de conceptos concebidos personalmente? Además considero que se necesita de más información para emitir un juicio como ese.
Efectivamente mi estimado Juan Diego Lemus Lemus. Se requiere de una mayor información respecto a los temas aquí planteados, ya que es fácil criticar respecto a una "postura personal" que saca conceptos de "aquí y de allá"; pero difícil es dilucidar el sentido de lo que quiere exponer el Dr. miguel Hernández Díaz que , como bien dices: "...sus conceptos no sean concebidos personalmente". Sino que tienen una fuerte base sustentada en la AUTÉNTICA tradición maya. No en vano es chiapaneco Tzotzil. Saludos
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