Ensayo sobre el pensamiento maya. Autora Mercedes de la Garza

Por Wilson Oswaldo Lemus del Cid

“Como partes integrantes de una misma realidad, multifacética y temporal, los dioses, el mundo y el hombre son las tres grandes instancias del universo en el pensamiento maya… no pueden existir los unos sin los otros” (pág. 99). Este texto de Mercedes de la Garza, lo he tomado como una breve introducción al pensamiento maya. Resulta ser la columna vertebral de este ensayo. Los dioses, el mundo y el hombre son lo esencial de la totalidad en el pensamiento maya. Y de estos el hombre es lo central. Ellos  no pueden permanecer separados, sino que siempre hay algo que los mantiene íntimamente ligados. Trataré de hacer un breve resumen del texto. Luego de dar como lo esencial, igualmente algunas comparaciones y más tarde haré una crítica hacia de la Garza. Finalmente recogeré en breves palabras una conclusión.

De la Garza inicia el texto con una breve introducción hacia el pensamiento maya. Resulta una novedad el encontrarse con ideas que son comunes con el mundo occidental. Ella habla de la idea de la temporalidad ordenada que rige el universo y de la dualidad en el espíritu del hombre que de alguna manera están ya en los griegos antiguos. Los mayas trataron y han tratado de preservar su conocimiento y sus tradiciones. Seguidamente habla de una estructura del universo. Aquí nos encontramos con el cielo, la tierra y el inframundo. El cielo está dividido en trece estratos. La tierra en donde habitamos los hombres vivos es una plancha cuadrangular. El inframundo es una región dividida en nueve estratos, pero invertida.

Luego en un segundo capítulo trata el tema de los dioses. Los dioses son los seres principales del cosmos, pero su existencia depende de los hombres. En la simbología maya  se dan como varios niveles o grados. El primer nivel son los objetos sagrados que son del mundo natural y extraordinarios también son signo de poder. El segundo nivel es cuando los primeros se asocian con los segundos y se obtienen símbolos de otros símbolos. Y en el tercer nivel están las representaciones simbólicas, en el cuarto nivel están las abstracciones simbólicas. El tercer capítulo trata sobre los dioses y el tiempo. Los dioses ejercen influenza sobre el mundo y los hombres que cambian según el paso del tiempo. Los mayas lograron medir el tiempo con gran exactitud. Con tan solo, algunos segundos de error midieron el ciclo solar. El tiempo es concebido en el pensamiento maya como el dinamismo intrínseco del espacio y de todos los seres que lo habitan.

El origen del mundo y del hombre es tratado en el cuarto capítulo. El cosmos es el resultado de una sucesión constante de creación y destrucción. En esta idea de creación no hay un inicio absoluto y el futuro es visto como una sucesión constante de creación y destrucción. Por eso el universo es entendido como infinito. Existen varios mitos de la creación, el de los nahuales, el del popol vuh de los quichés, el de los cachiqueles, el de los mayas de Yucatán. En ellos no hay mayor diferencia. El hombre y la naturaleza es algo esencia que no puede pasar desapercibido, por eso es tratado en el quinto capítulo. De las tres instancias el universo el hombre es la central. Porque todos los seres tienen un espíritu semejante al de los hombres. En el pensamiento maya está muy marcado por en el antropocentrismo, pero el hombre tiene una dimensión cósmica, porque su existencia se rige por las leyes de la naturaleza. Los animales son los entes de la naturaleza que más se parecen a los hombres. Para ellos (los mayas) los animales son seres que pueden llegar a ser amigos del hombre. También cada uno nace con un animal que comparte su destino y morirá al morir el animal.

Lo esencial en de la Garza, es el hombre que es el centro del universo (antropocentrismo). Los dioses no pueden ser el centro del universo. Porque siempre necesitan al ser humano. Son vistos como entidades materiales. Ellos nacen, se alimentan, se enojan, se alegran, tienen hijos, y también mueren. Igualmente la naturaleza es entendida como la totalidad. Incluso llegará a hablar de entes de la naturaleza. De allí que cada ser humano al nacer tiene un animal que comparte su destino. Por eso la animalidad de los seres se da en la naturaleza.

Ahora una comparación de la serpiente como la entendían los mayas, según de la Garza y la serpiente del texto bíblico del génesis. La serpiente emplumada para los nahuatl será Quetzalcóatl, para otros Kukulkan. Será entendida como símbolo de la fertilidad de la tierra, un ser celeste, espiritual y acuático. Por eso para los mayas tendrá un poder fecundante y engendrador. La tendrán como la energía vital del cosmos. El  nombre maya de la serpiente es Ahua Can o Serpiente Señor y Tzab Can o Serpiente Cascabel. Era tenida como símbolo de la vida y también de la muerte, esto por su veneno mortal.

Contrapuesto todo lo anterior con la tradición bíblica aparece en el pie de página de la biblia de Jerusalén en el libro del génesis capitulo 3 versículo 1, “la serpiente desde el inicio de la tradición cristiana ha sido entendida como el adversario, el diablo. En la biblia aparece la serpiente como el animal mas astuto y detestable”. Dios lo dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto [dar el fruto prohibido a Eva y ella a Adan], maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu vida.” (Gen 3, 14. Biblia de Jerusalem. 1998). Para los mayas la serpiente emplumada será vista como signo de fertilidad. Para la tradición cristiana la serpiente es el animal más detestable y maldito. Imagino que para los evangelizadores del nuevo mundo, al tratar el tema del mito de la caída debió costarles mucho porque no era problema de religiosidad, ni de religión sino de significado que le era dado al animal.

Haciendo referencia al tema de los dioses mayas. Hago una relación entre estos y lo que Ignacio Ellacuría introdujo en su libro filosofía de la realidad histórica. Dice que cuando hablamos de Dios no podernos acceder a Él sólo por la fe. Si hay una experiencia personal de Dios, la cual solo puede hacerse presente en la historia. Por eso la idea de trascendencia es alguien que acompaña siempre a su pueblo, a lo largo de la historia. Esa es la novedad introducida por Ellacuría un Dios que se hace histórico, porque acompaña a su pueblo. Así mismo en los mayas la idea de dios, la o las trascendencias, lo acompañaran durante toda su vida. Por eso es alguien que está cercano, aunque en algunos momentos este lejos. Para los mayas los dioses pueden estar contentos y enojados, tristes y alegres. El creador del cielo y del la tierra, es alguien cercano a su pueblo. Porque se hace materialidad al tener sueño, hambre, miedo, enojo. Por eso los dioses estarán acompañando a los mayas a lo largo de sus vidas.

Es una lástima que de la Garza no haya tenido la oportunidad de tener acceso a los innumerables códices que con la conquista fueron quemados o destruidos. Porque no son los mismos mayas que habitan Guatemala los de hace mil doscientos años, todo ha cambiado. Tampoco son las mismas ciudades que ahora vemos. Porque en el contexto de su apogeo, eran verdaderos centros de comercio. Ahora son reducidas a montañas cubiertas de vegetación. No se puede negar el esfuerzo de de la Garza, pero es lastimoso no pode dar cuenta del cómo era la vida en aquella época. De la Garza solo tuvo acceso a traducciones  Muchas veces esas son malas traducciones. Porque el que hace traducción tiene algo de traición. Por eso no hay que creer del todo el texto de pensamiento maya, tampoco eliminarlo. A modo de conclusión de la crítica, es muy bueno el esfuerzo que hace la autora pero es lastimoso acceder a sólo traducciones de los códices de aquella época.

En conclusión los dioses, el mundo y el hombre son lo esencial en el pensamiento maya. Y de estos el hombre es lo central.