El encuentro de dos grandes culturas; América y Europa

Paul

En muchas ocasiones, pienso que si Europa (España) no hubiera llegado  América  no se hubiera desarrollado como lo que es ahora, países con estructura política, grandes empresas, fabricas, la visión religiosa (Dios) entre otros aspectos. Así mismo estoy sumamente consiente de todo el daño que causaron los conquistadores, hacia  los indígenas del siglo XVIII. No obstante mi postura no es de condenarlos por toda la masacre que realizaron, las injusticias que cometieron, la opresión en la que hirieron vivir  a los indígenas, al contrario quiero exponer en este breve ensayo  el encuentro de estas dos grandes culturas América y Europa.

Como primer punto hago mención  el descubrimiento de América que se dio en el año 1492 por Cristóbal Colón  este fue uno de los hechos más importantes de la historia europea. En el texto de José Cecilio del valle, en su primer Dialogo entre Colon y Rousseau, se da a conocer como Colon está orgulloso por el acontecimiento que se llevo a cabo, es decir el descubrimiento de América, Sin embargo, Rousseau, que es al mismo tiempo la voz del escrito, le reclama diciendo: ”Pero tu descubrimiento fue funesto para la especie entera. Los españoles, los ingleses, los portugueses, los franceses, los usos, se volvieron, fueron conquistadores inhumanos. La fuerza holló todos los derechos y sacrificó lo más sagrado. Un mundo entero fue víctima de la ambición y codicia.”

Considero que este suceso sería el primer encuentro entre estas dos grandes culturas, se da el descubrimiento de Colon y al mismo tiempo José del Valle, por medio de Rousseau, explica y le reclama las cosas que se dieron por su acción.

Por otro lado, en el segundo Dialogo entre  Hernán Cortés el Barón de Monlesqzieu, el aspecto de Dios da mucho que pensar, pues como se puede apreciar en este pequeño párrafo: “Cortés;EI valor español positivamente auxiliado por Dios. Monlesqzeu;iPara devastar la obra más grande de sus manos! Para destruir la inocencia y hollar la justicia...

En lo personal me agrada mucho la respuesta de Monlesqzieu, para con  Cortés, pues como es posible que Dios  pueda dar la mano al hombre para que destruya su propia creación, por ello  hago alusión a lo que dice el Papa Francisco en su CARTA LAUDATO SI. “Según la Biblia, las tres relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado. La armonía entre el Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocupar el lugar de Dios, negándonos a reconocernos como criaturas limitadas. Este hecho desnaturalizó también el mandato de «dominar» la tierra”

Con las palabras anteriores, quiero dar a conocer dos puntos, el primero y retomando la respuesta de Monlesqzieu, el hombre ha destruido la inocencia al querer ocupar de el lugar  Dios, puesto que se niega el mismo ser criatura, y se muestra algo supremo, que contextualizándolo, se cree duelo y conquistador de todo el mundo. Por otro lado, y como  segundo punto, nadie puede ser dominador de otro solo por saber más y el otro sea  ignorante, o tener mucho más  cosas que su prójimo , pues para ello  retomo a José del Valle en la  cita a Carlos l, quien  expresa en su diálogo con Carlos lll, la necesidad de hacer sentir al pueblo ignorante,  para poder establecer un reinado monarca, donde los privilegiados solo sea  la alta nobleza y donde los  súbditos sin ninguna educación , lleguen a  una postura en que solo  se  conformen con  lo mínimo que se le otorga.

Con todo lo mencionado, en encuentro de estas dos grandes culturas (América y Europa) tuvo sus momentos muy desagradables, sin embargo hay muchas cosas para reflexionar que entre ellas he podido mencionar algunos aspectos los cuales me llamaron mucho la atención, como el primer encuentro, la dominación  y el mal uso del conocer o creerse que sabe mucho. Con esta frase de Sócrates quisiera terminar” Solo sé que nada sé”

Referencia bibliografía

Francisco. Carta encíclica. Laudato si. 24 de mayo de 2015. Numeral 105, pág. 55.

Valle, J.C. (2001). Obra escogida, Tomo II. Guatemala: Tipografía Nacional.