domingo, 2 de noviembre de 2014

Respuesta a algunos comentarios.

He esperado hasta hoy domingo para responder estos comentarios, que sin duda, leyéndolos detenidamente veo unos que me parecen muy acertados. Ante todo yo no he pretendido en este escrito justificar ni defender ninguna postura. Historia es historia, y eso no se puede cambiar. Lo triste, a mi modo de ver y aprovechando la libertad de la temática y por ende de pensamiento, es la forma cómo la historia puede ser interpretada a conveniencia de cada quien, ya sea por ideologías, pensamientos tan dogmáticos o falta de criterio, ya que no cabe en su cabeza el ilustrarse, buscar información aparte del material dado en clase, pensar que ese material lo es todo y por tanto se dejan influenciar por lo que otros creen y no por lo que cada uno de ustedes piensa o ha vivido. A lo mejor no todos estén de acuerdo conmigo pero creo que hay libertad de pensamiento y no solo voy a apoyar un tema por aumentar la calificación o causar polémica, sino por cuestión de criterio personal.

Sin duda alguna que como miembro de una institución religiosa católica, como lo es la Orden Franciscana, con más de 800 años de existencia y 500 de presencia en América, es mi deber ser autocrítico con la historia de mi familia, es decir de la misma Orden. Lo asemejo al árbol genealógico familiar. No todos nuestros ancestros han hecho todo bueno, pero tampoco voy a pasar viéndoles el lado negativo y el mal que hicieron o permitieron hacer en la historia. Ese es uno de los motivos por los cuales no nos descolonizamos. Tristemente pasamos observando las fatalidades de la historia, de la sociedad, del mundo globalizado. Lo vemos, lo condenamos, y pensamos que con hacer eso ya nuestro pensamiento ha evolucionado y somos personas con criterio. Mucho se ha dicho que los mayas no salen de su forma sometida de pensar, pero si nosotros seguimos sometiéndonos entre nosotros: ¿Cómo vamos a progresar?

Apelo también, hablando en términos históricos, a la labor humanística de los frailes, la cual brevemente expuse en el escrito anterior.  Al hablar de misioneros, me expando, aparte de los franciscanos, a los dominicos, jesuitas, mercedarios, agustinos y carmelitas. Cuando dije que si los misioneros no hubiesen venido, las cosas serían diferentes, me estaba refiriendo a toda esta gama de religiosos que de una u otra forma impusieron el cristianismo en estas tierras. Tristemente vemos solo el lado negativo de su labor. A pesar que eran muchas Órdenes religiosas, cada una tenía su propio carisma, por tanto, no podemos decir que todas eran iguales en sus métodos de enseñanza y sobretodo en su economía de sostenimiento. Habrá algunos que se dedicaron a la enseñanza, otros a las artes manuales, otros a promover devociones populares y otros que con su forma pobre de vivir se entremezclaban entre ellos. Unos fueron más aceptados que otros. Otras habrán sido más influyentes ante la corona y por tanto más reconocidos.  Sin duda la gran mayoría de medios de evangelización no fueron los correctos, sin embargo aún en día, en el caso de nosotros los franciscanos que seguimos siendo la Orden más numerosa de la Iglesia, de Guatemala y aun nos mantenemos y luchamos por seguir apoyando como misioneros algunas zonas del Quiché y Cobán, estamos tratando de replantear cada presencia y los métodos utilizados actualmente. Muchas veces me he preguntado, sobre todo al estar viviendo en esas zonas, ¿Qué derecho tenemos de estar allí? Es conflictivo. Pero también rescato el valor de tantos frailes que han dejado su vida en esas zonas. Muchos de ellos asesinados. Unos por los mismos indígenas y otros en el tiempo de la guerra, al resistirse a abandonar a la gente.

Como dije en el escrito anterior, quizás algunos que nunca han ido por tiempo prolongado al Quiché a trabajar pastoral o humanitariamente, que solo ven la realidad desde fuera, hacen  experiencias escuetas de misión, que se acomodan a las realidades de las grandes urbes,  no estén muy de acuerdo con este escrito. Para mí en lo personal, sí salió algo bueno y sigue saliendo. Ha salido el esfuerzo y entrega de tantos frailes que a lo largo de 500 años nunca han dejado Guatemala, a pesar de la exclaustración y el odio anticlerical vivido en el siglo XIX. Sigue saliendo el deseo y la pasión de frailes jóvenes, que queremos y estamos luchando por crear una nueva misión en Chajul, a pesar de los retos e incomodidades que esto conlleve. Sea como sea, luchamos por lo que creemos un valor. Quizás para otros no lo sea, para nosotros, como forma de vida, vivir el evangelio encarnándolo en las realidades más vulnerables, es una opción preferencial. ¡Que diferente seria la vida religiosa!,  si todos nos desacomodáramos y lográramos inculturarnos, sin imponer, sino con el deseo de la paz y hacer el bien en los lugares más retantes.

Solamente a manera de respuestas a algunos comentarios suyos: en América del Sur llegaron los jesuitas, pero medio siglo antes ya estaban los franciscanos presentes, y sobre el tema del genocidio, faltaría que te informaras bien sobre el significado de la palabra genocidio y su contenido.
Concluyendo: yo no estoy negando que haya habido frailes genocidas, pero como el tema lo indica: ¿será que salió algo bueno?, tampoco quiero forzarlos a pensar como yo. Queda a libertad personal. Solo sería bueno que al momento de responder tratemos de hacerlo informados sobre varias fuentes, de varias interpretaciones, y desde un criterio social y religioso, ya que la mayoría de ustedes son aspirantes a la vida religiosa, amplio y abierto.
Les dejo la siguiente bibliografía y la invitación a que visiten la Biblioteca de la Universidad San Carlos de Guatemala y el archivo provincial de los franciscanos en Centroamérica, donde encontraran suficiente  información respecto a estos temas.

Sepúlveda, J. Demócrates segundo o De las justas causas de la guerra contra los indios

H, Pérez. Breve Historia de Centroamérica.
Madrid: Alianza, 2010

Errasti, M. América Franciscana.
Chile, Cefepal, 1986. 

Los Franciscanos en América, varios autores.
C. Sta. María de Guadalupe, 1997. Curia Provincial de México.

Arcila Robledo, G. La Orden Franciscana en América Meridional.
PUA, Roma, 1991.

Ferro, M. La colonización, una historia global.
S. XXI, México, 2000

Alvarado, Manuel ¿Genocidio o crímenes de lesa humanidad en Guatemala?
Ensayo Final de Lógica, Dr. Marlon Urízar.
URL, 2013.


Espero sus comentarios, saludos.

1 comentario:

  1. Muy buena réplica, aclaratoria, bien pensada, debidamente apasionada, pero con medida. Es el punto del pensamiento crítico: no criticar y destruirlo todo, sino revisar, en este caso la historia, de la forma más objetiva y plural posible, para discernir lo bueno y lo malo, las causas y los efectos, etc. Todo ello con la mira puesta al futuro y al presente, a cómo asumirnos y caminar hacia adelante, mejorando lo que podemos, tomando nota de nuestros problemas para resolverlos y de nuestras virtudes para potenciarlas. En fin, felicitaciones. Y gracias, claro.

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