sábado, 15 de noviembre de 2014


Oscar Efraín Ramírez García

EST2028713
 

¡La educación una opción para construir pensamiento crítico!

Un pueblo no puede salir de su ignorancia si no produce sus propias ideas de liberación.  En el curso de Filosofía latinoamericana, estudiamos algunos pensadores latinoamericanos, entre ellos: José Cecilio de Valle, Héctor Pérez, Sarmientos, José Martí, entre otros. Al finalizar el curso he notado que hay diversas posturas y maneras de entender la realidad, depende del momento histórico, posición social y religión,  cada autor  aporta datos diferentes que enriquecen la discusión e interpretación de la historia de América.

“Las trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras” (Martí 2006), según mi opinión, esta frase es oportuna para cerrar el curso, porque cuando leímos el Popol Wuj resaltaba la importancia del pensamiento y la palabra en la creación. “Se encontraron y juntaron sus palabras y sus pensamientos”.[1] Existen pensadores como Martí y Las Casas  que han visto su contexto y se han atrevido a denunciar las injusticias. La educación en nuestro país no fomenta la actitud crítica, basta con revisar los resultados de las pruebas diagnósticas de los graduandos 2013 “el 70% de graduandos de Magisterio obtuvieron 'insatisfactorio' en Matemática, y el 52% no logró superar la prueba de lectura.”[2] Uno de los factores que incide, es la educación bancaria que no facilita que las personas  sean las protagonistas de su historia. “En la medida en que esta visión bancaria anula el poder creador de los educandos o lo minimiza, estimulando así su ingenuidad y no su criticidad, satisface los intereses de los opresores.”[3] Según Martí, en una oratoria el premio no debe ser para la mejor oda, sino para quien haga el mejor análisis de la situación del país.  Este es un reto que la educación de Guatemala debería tomar en cuenta si quiere salir de la pobreza educativa.

Para que Guatemala avance en la educación, necesitamos “dadores de vida, las que son madres de la palabra, los que son padres de la palabra”,[4] es decir, mujeres y  hombres  capaces de vencer el miedo a ser llamados rebeldes y bochincheros.  “No existe otro camino sino el de la práctica de una pedagogía liberadora”[5], nuestros hermanos de la comunidad La Puya son ejemplo de lucha por la vida, por la comunidad. La resistencia pacífica ante los proyectos mineros demuestran que cuando hay unidad y valentía se detienen megaproyectos que solo traen destrucción y muerte. Como dice Martí “es la hora del recuento y de la marcha unida…”


REFERENCIAS
[1] Colop, Sam (2008). Popol Wuj. Guatemala: Cholsamaj.
Martí, J. (2006) Nuestra América (4ta. Ed) La Habana: Centro de Estudios Maritanos.
[3] Friere, P. (s/f) Pedagogía del oprimido. P. 53
[4] Ibídem 1
[5] Ibídem 3

No hay comentarios:

Publicar un comentario