El texto de José Julián Martí
Pérez titulado nuestra américa, engloba bastante bien los contenidos del curso.
La visión de Martí refleja el deseo de defender la identidad propia sin obviar
la cultura global. El común denominador suele ser que nos dejemos absorber por
sociedades o culturas que imponen, en este proceso de absorción perdemos la originalidad
y la identidad cultural.
Martí nos señala el error del
aldeano vanidoso que cree que el mundo entero es su aldea y se encierra en sus
propios intereses sin tener conciencia de todo su alrededor. De esa postura egoísta
surge el desconocimiento de los pueblos que velan cada cual por lo propio,
olvidando que aunque posean diferencias también poseen similitudes y puestas en
común. Martí nos señala que las trincheras de ideas valen más que las
trincheras de piedras, pensamiento similar hemos escuchado con la frase
atribuida a Ernesto Guevara la cual dice: yo luche con fusil, tú lo harás con
tus ideas; luche con balas, tú lo harás con palabras.
Las ideas de identidad y creación
se adormecen ante muchos nacidos en América que se avergüenzan de las raíces,
olvidan el trabajo de nuestras tierras y la sangre cuajada de centenares de
hermanos que lucharon y luchan por ver su tierra libre de batallas entre civilización
y barbarie.
Los gobiernos deben olvidarse
ya de la forma de dirigir países extranjeros y aprender a dirigir los países propios,
dejar de replicar sistemas y crear los propios que sean funcionales en el
contexto propio. Vencer lo extranjero con lo autóctono, la juventud debe ser
educada en los factores de estudio del país donde se vive, Martí menciona que
conocer es resolver, los dirigentes de los países no pueden salir a adivinar
como dirigir un pueblo que no conocen intentando implementar sistemas de la
forma en que se rigen otros países.
América padece de la acomodación
de muchos elementos que heredó de la colonización, las ideas importadas siguen
prevaleciendo ante una falta de conocimiento de la realidad local. Se crean
arquetipos con los cuales nos convertimos en mascaras de culturas y modas
extranjeras. América necesita hombres que apuesten por lo propio, que se pongan
la camiseta propia y salgan a jugar al campo defendiendo con el corazón lo
bueno que se tiene y aceptando lo bueno que pueda absorber también de los
otros. Hombres que busquen el progreso pero original no copiado, hombres que
lean pero para aplicar no para copiar, hombres que tengan clara su identidad
universal pero también su identidad local, evitando así el peligro del
desconocimiento y peor aún la indiferencia ante nuestra América.
José Martí, Nuestra América.
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