España busca explotar estas
tierras, enriquecerse a costa del esfuerzo y sacrificio de los nativos. Sin lugar
a dudas, para ello mandan no a gente pensante, sino a hombres que comienzan a doblegar a los nativos
a costa de destrucción, muerte, torturas, explotación y toda una serie de
vejaciones inimaginables. Estos estaban al servicio de los intereses de la
corona, por lo cual había muchos encomenderos, quienes obligaban a los nativos a
pagarles el tributo a los reyes. Los que no lo hacían, eran asesinados o
torturados. De esta forma, muchas tribus estaban siendo exterminadas. El
genocidio hacía su aparición más evidente.
Junto a estos guerreros españoles venían unos
hombres que se distinguieron por causar un sinnúmero de escándalos. Estos eran
religiosos mendicantes: Dominicos y Franciscanos. Estos de una u otra forma
implantaron por la fuerza la fe cristiana, haciéndola un tanto odiosa para los
nativos. Sin embargo vale la pena recordar que fueron éstos los que impulsaron
la defensa de los indígenas, no solamente Montesinos o Bartolomé de Las Casas,
sino un sinnúmero de franciscanos que se avocaron por casi retirarse de América,
si los abusos no se detenían. De igual forma, aprendieron los idiomas,
impulsaron las artes manuales: música, pintura, imaginería, lectura, escritura,
formaron las reducciones para erradicar las encomiendas, cediendo a las
familias nativas una parcela de terreno para cultivar. Muchos fueron asesinados
por los mismos españoles, otros, devorados por los indígenas. Sea como sea
hicieron lo que pudieron. Es evidente que la forma en que implantaron la religión
no fue la correcta. Hubo muerte, violencia, sometimiento, sin embargo también hubo
denuncias muy fuertes, enfrentamientos contra los españoles, defensores que
algo bueno hicieron por los indígenas. Quizás habría que preguntarnos: ¿Qué pasaría
si nunca hubieran venido estos religiosos? A lo mejor y no quedara ni un solo
nativo.
Hoy en día puedo volver a
descubrir estos mismos sistemas opresores y explotadores, los cuales solo
cambian de nombre, y reafirmo mi pertenencia a la Orden franciscana. Durante
tantos años hemos estado presente en estos lugares, tantos frailes asesinados
durante el genocidio de los años 80, nuestra presencia constante en lugares como
la Puya, San Rafael, y lo que más ha tocado
mi sensibilidad, es que durante las últimas semanas nuestro convento se ha
convertido en lugar de refugiados para algunos habitantes de San Juan Sacatepéquez.
Fácil es ver la realidad desde fuera, cuando no se tienen zonas de misión en el
Quiché, ni se comparte la realidad de dolor y sufrimiento de la gente, allí,
junto a ellos. No rescato sobremanera el cristianismo que se les impuso, pero
sí el humanismo con el que crecieron ellos y los frailes.
Sepúlveda, J. Demócrates segundo o De las justas causas de
la guerra contra los indios
H, Pérez. Breve
Historia de Centroamérica.
Madrid: Alianza, 2010
Errasti, M. América
Franciscana.
Chile, Cefepal, 1986.
Estoy de acuerdo que la forma de evangelizar no fue la correcta, pero aunque los religiosos aprendieron idiomas, artes etc. para poder evangelizar pacíficamente, recordarte que no pudieron. lo intentaron en Alta Verapaz, pero al pasar el tiempo no pudieron controlar a los nativos y ellos mismos mandaron a traer al ejercito español para controlarlos. lastimosamente no pudieron evangelizar pacíficamente, pero el hecho que lo hallan intentado, no les quita los méritos.
ResponderEliminarEn verdad lo que has dicho. Muchos de los logros que has mencionado fueron los religiosos, sobre todo de tu orden. Así pues, ¿no se hubiera pensado que también pudieran haber venido otros religiosos a Centroamérica? En Sudamérica llegó la compañía de Jesús y aún así se dio la evangelización. También los religiosos dieron su aporte en cuanto a la educación. Incluso, los frailes fueron los que prepararon el camino a los curas seculares. Otros puntos en los cuales no estoy tan de acuerdo son: ¿hubo genocidio en tiempos de la colonia o fue conquista? ¿Los frailes dieron puerta abierta al sincretismo o los indígenas dijeron si y al final era mentiras?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu pensamiento, hoy en día el aporte de la Iglesia y de las Ordenes Religiosas, son importantes, porque si retrocedemos el tiempo los autores nos relatan cual fue el aporte de los frailes Franciscanos y Dominicos, y de no ser por ellos, en el presente peor serían las cosas y con lo que Rafael O`neal nos cuestiona si hubo o no genocidio en la colonia y conquista, eso también me deja mucho en que pensar, pero la historia es la historia y con ello no sabemos en realidad que pasó y lo único que nos queda y es lo más creíble es lo que los autores de los cuales hemos leído y meditado es lo que tenemos.
ResponderEliminarEn cierto modo es cierto que la presencia de la vida religiosa en América ha sido importante, sobre todo para contraponerse a los intereses egoístas de los que gobiernan o que oprimen a los pueblos originarios de este continente, sin embargo me parece que en relación al tema que propones no tienes mucha relación en el contenido pues más bien es una justificación a las malas acciones de los religiosos, o querer rescatar el hecho de su presencia, no niego que han hecho cosas buenas pero es necesario analizar mejor los fines de estos hecho buenos que al final no fueron desinteresados del todo.
ResponderEliminarCOMENTARIO
ResponderEliminarLa vida se vuelve odiosa, para aquellas personas que ha sido sometida por la vía de la fuerza. Existe una intranquilidad para estas personas, porque viven con miedo. El miedo, por lo tanto, se vuelve la mejor arma para un tirano. En el mundo existen religiosos consagrados que se acercan a las personas con intensiones buenas y otros con intenciones malas. Por lo cual, existen laicos que se acercan también con intenciones buenas o malas. ¿Qué hubiera pasado si nunca hubieran venido estos religiosos? A mi parecer pienso que la historia no hubiera cambiado mucho. Si los religiosos no hubieran estado para defender a los indígenas, hubieran sido personas laicas que lo hubieran hecho. Porque el conocimiento de lo bueno no solo está en los religiosos, está en todos los seres humanos. En la Moral a Nicómaco • libro cuarto, capítulo V de Aristóteles dice: “El mal se destruye a sí mismo.” El hombre sumergido en una maldad excesiva, vomita el mal. Entonces, el rumbo empieza a cambiar. No se le puede quitar el mérito a los religiosos Dominicos y Franciscanos, porque ellos hicieron su labor lo mejor posible. Pero no todos, porque siempre hay más de alguna persona que se desvía para obtener beneficios propios.
Me parece un excelente escrito, si bien es cierto reconoces el lado negativo de la forma de evangelización de los primeros misioneros franciscanos y dominicos, también es digno de reconocer el papel preponderante que dichos frailes han desempeñado y siguen desempeñando en la actualidad.
ResponderEliminarEn tu artículo, reflejas profundidad investigativa y coherencia al hablar de la otra cara de la moneda de la historia, digna de tomar en cuenta para hacer un análisis crítico de la realidad de los primeros misioneros católicos, en nuestras tierras centroamericanas. Muchas veces como seres humanos tendemos a juzgar y resaltar únicamente las actitudes negativas de las personas, es como ver el punto negro de una hoja blanca, sin ver el resto de la hoja. Como dice el dicho, hace más bulla un árbol caído, que un bosque en crecimiento.
Creo conveniente decirte que al iniciar tú escrito es bueno especificar, nombrando a quien te refieres, España busca explotar estas tierras Centroamericanas, para entender más rápido el texto.
Como católico y seminarista, le doy gracias a Dios por la venida de estos frailes, quizás sin ellos no hubiese conocido esta religión. Agradezco también el crecimiento humano alcanzado en mi vida, recibido primeramente dentro de una comunidad juvenil católica y, sobre todo en el proceso que vivo actualmente dentro de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl.
A todos les respondo en un nuevo artículo. Saludos.
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