¿El cristianismo una herencia de los españoles?

En los últimos periodos de clases, hemos venido discutiendo sobre la conquista o invasión de los españoles a nuestras tierras de América, de una u otra manera  hemos podido indagar sobre diferentes aspectos referentes a los problemas y hechos sobresalientes que se dieron por parte de ellos. Por un lado, el sacrificar víctimas por el simple hecho de poseer y hacerse dueños de las riquezas naturales de  América, por ejemplo: el oro, la plata, etc. Vemos como el deseo del poder hace que un ser humano sacrifique a otro por el bien de una comunidad. Por otro lado, no les bastó con arrebatarles las riquezas, hicieron esclavos a los nativos y los sometieron a vivir en un estado de vida inhumano, porque los españoles no consideraban a los indígenas como seres humanos con inteligencia, capaces de hacer cosas por ellos mismos. Todos estos sucesos sangrientos tuvieron sus consecuencias. A pesar de que los españoles eran superiores en armas, estrategias militares de batalla, etc., hubo españoles que no estaban de acuerdo con el tipo de conquista que se estaba dando, estas personas eran religiosos, ellos en nombre de Cristo empezaron a defender los derechos de los indígenas, a crear en la mente de los conquistadores otra idea diferente a ellos. El demostrar que los nativos tenían uso de razón igual que ellos no fue asunto fácil, pero a pesar de las contrariedades que se pudieron dar en  una de las órdenes religiosas, sobresalieron religiosos como  Fray Bartolomé de las casas, que lucharon por conseguirlo.

Sin embargo la conquista siempre se escudó tras el cristianismo. El expandir la religión implicaba eliminar a los que se oponían a obedecer y hacerse cristianos. Increíblemente la religión católica se extendió y se estableció en América doblegando a los que se oponían a ella. Porque de una u otra forma la Iglesia no pudo evangelizar pacíficamente, los frailes lo intentaron en Alta Verapaz, pero al pasar el tiempo no pudieron controlar a los indígenas y los mismos pacíficos tuvieron que recurrir a la guerra mandando a traer al ejército español. Con este argumento quisiera considerar un aspecto importante que se discutió en clase. Según J.J. Rosusseau “hacer uso de la fuerza para extender la religión  es hacer odiosa a la misma religión” [1]  el usar la fuerza para implantar algo siempre suele hacerse odioso para el que lo está experimentando, yo considero que los primeros indígenas odiaron nuestra religión, porque ¿A quién le va a gustar que maten a su familia, amigos, vecinos,  por no aceptar una creencia extranjera? A nadie le gustaría, pero el no aceptar ser cristiano implicaba hasta tal punto la muerte, y con esto considero que los primeros nativos que aceptaron la religión católica la odiaron, la practicaron, hacían lo que decían los frailes, pero en el fondo estaba un temor a lo desconocido y el deseo de poder liberarse de estos invasores, todos los factores que pudieron influir considero que fueron suficientes para odiar a la religión católica en sus inicios. Y sí no odiaron directamente a la religión, odiaron la forma de como se les fue impuesta la religión, la manera de evangelizar no fue la correcta.

Es como cuando a un niño sus padres lo obligan a comerse los vegetales, si estos lo obligan a consumirlo, la misma imposición hace que ese niño odie los vegetales, pero la intención de los padre no es hacerle daño, haciéndole comer vegetales, sino que ellos por experiencia ya saben que comer vegetales es fundamental para poder adquirir vitaminas y demás nutrientes  para su desarrollo. Claro, todo esto lo va entendiendo el niño en la medida que va tomando conciencia de ello. Y con este ejemplo, considero que pasó lo mismo con el cristianismo, los primeros nativos odiaron la religión, la forma de como se les imponía,  pero al pasar el tiempo vieron que el cristianismo no era lo que parecía, igual que los vegetales, cuando ellos tomaron conciencia de que lo que pretendían los frailes eran transmitirles cosas buenas, aceptaron la religión, que sin lugar a duda es la más hermosa herencia que podemos considerar que los españoles nos dejaron.

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[1] José Cecilio del valle, obra escogida, tomo II; Guatemala: tipografía nacional, 2011