III. RESEÑA.
1) Síntesis:
La obra de Nelson Maldonado-Torres
titulado: “SOBRE LA COLONIALIDAD DEL SER: CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO DE UN
CONCEPTO”, es parte de un libro que tiene por nombre: “El giro decolonial- Reflexiones
para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global”, de la
pontificia universidad Javeriana de Colombia- Instituto pensar.
Maldonado Torres, inicia su texto con la
descripción de cómo surgió sus interrogantes y discusiones sobre la colonialidad
del ser. Realiza un pequeño recorrido sobre algunos autores (filósofos), con
los cuales desarrolla su ensayo. A sí mismo, divide su texto en cuatro partes,
en las cuales intenta responder a una interrogante que él mismo se plantea. Las
interrogantes son las siguientes: ¿Qué es la colonialidad?, ¿Qué es
el ser?, ¿Qué es la colonialidad del ser?, y finalmente concluye con
la pregunta sobre: ¿Qué es la descolonización y la des-gener-accion (o
acción desgeneradora del ser?.
2) Enumeración de las partes :
I.
Introducción
del texto.
En la primera parte, Nelson Maldonado
recuerda el surgir del concepto de colonialidad del ser, “en discusiones de un
discurso de intelectuales que trabajan en torno a asuntos relacionados con la
colonialidad y decolonialidad del poder” (Pág.127) temas, que sin duda alguna; son desconocidos por muchos de nosotros por la
influencia del pensamiento moderno-occidental.
En ese mismo sentido, Maldonado realiza un
énfasis en Walter Mignolo, a quien “Particularmente, le debemos el concepto” de
colonialidad del ser (Pág.127). Todo ello, lo relacionó con sus estudios
ontológicos de Martin Heidegger, donde fue precursora la profesora Joan
Stambaugh. También, Maldonado realizó un estudio riguroso sobre otros autores
de la tradición fenomenológica, entre ellos: “Jean-Paul Sartre, Edmund
Husserl y Jacques
Derrida”
(Pág.
128). Pero, sin duda alguna quien completo su andamiaje fue el judío-lituano Emmanuel
Levinas, con quien despertó su sueño ontológico.
Emmanuel Levinas, es para Maldonado el
encuentro con una “Subversión radical de la filosofía occidental… donde la
vocación del ser humano: el comienzo de filosofar no consta en el encuentro
entre sujeto y objetos sino en la ética, entendida como relación fundamental
entre un yo y otro” (Pág.128).
A sí mismo, toda esta idea de la
colonialidad del ser, vierte sus raíces en la concepción de Levinas que ve una
gran relación entre la ontología y el poder. También las ideas de “colonialidad
del poder”, “Colonialidad del saber” dan pautas para pensar en una
“Colonialidad del ser” entendido como: “Experiencia vivida de la colonización y
su impacto en el lenguaje”.
También, uno de los autores que es parte de
este andamiaje es Franzt Fanon, quien según Maldonado; articula las
expresiones existenciales de la colonialidad, en relación con la experiencia
racial y en parte también, con la experiencia de diferencia de género.
3) Desarrollo:
I.
¿Qué
es la colonialidad?
Nelson Maldonado, hace una
distinción entre lo que se concibe como colonialismo y lo que dentro de su
ensayo él concibe como colonialidad, donde el colonialismo “denota una relación
política económica, en la cual la soberanía de un pueblo reside en el poder de
otro pueblo o nación…” y la colonialidad “un patrón de poder que emergió como
resultado del colonialismo moderno, refiriéndose a la forma como el trabajo, el
conocimiento, la autoridad y las relaciones intersubjetivas se articulan entre
sí , a través del mercado capitalista mundial y de la idea de la raza”
(Pág.131).
Dicho lo anterior, también es importante
resaltar que la colonialidad no nace en el vacío, sino en un contexto
socio-histórico, este es particularmente en la llamada conquista o
descubrimiento de las Américas. Este escenario, es el blanco de las configuraciones de dominio, poder,
subordinación y demás estructuras coloniales.
Dentro de este apartado, Maldonado es consciente que dicha
colonialidad, viene en unidad a un poder que realiza crueles clasificaciones
sociales entre los sujetos. No es una relación horizontal, sino vertical, es
decir, son profundas relaciones
asimétricas donde unos denotas superioridad sobre los otros. Superioridad que se relaciona con
la idea de la raza, lo indígena y lo negro.
En ese mismo sentido, Maldonado recuerda que
la configuración del ideal de la subjetividad moderna es “el ego
conquiro” (Yo-conquisto), lo cual se relaciona con la formulación cartesiana del “ego cogito”.
Por lo tanto, “El rol del escepticismo es central para la modernidad europea, Y
así como el ego conquiro antecede al ego cogito, un cierto tipo de escepticismo
sobre la humanidad de los sub-otros colonizados y racializados sirven como
fondo a las certidumbre cartesianas y su método de la duda hiperbólica”
(Pág.134). Esto, unido a la interpretación fanoniana del colonialismo como una
realidad maniquea, que la relaciona con al misantropía.
Según Maldonado, este escepticismo maniqueo
misantrópico no duda de la existencia del mundo o del estatus normativas de la
lógica y matemática, sino cuestiona la humanidad de los colonizados. Todo ello,
reflejado en el proceso de esclavitud de los pueblos indígenas, y las dudas
planteadas sobre si ellos eran realmente seres humanos, si tenían alma o no.
Por cual, se configuro la llamada “línea de color” y la raza que formaron implicaciones entorno
a la esclavitud, dominación y explotación.
II.
¿Qué
es el Ser?
En esta parte del texto, Maldonado
realiza un énfasis en el pensamiento de Martin Heidegger, quien se caracteriza
por la idea de que el ser no es ente o una cosa, sino el ser de los entes. Y
solo existe un ser que se pregunta por el ser, que es el humano. Pero,
Heidegger no lo denomina con el término de “Ser humano”, sino como “Dasein.
Dasein significa literalmente “ser-ahí”. Y este Dasein se relaciona consigo
mismo, proyectando sus propias posibilidades y no las definidas de antemano por
“el uno”. Por lo cual, la autenticidad para Heidegger “Solo puede alcanzarse
por medio del poder-ser propio y la resolución, que sólo puede emerger en un
encuentro con la posibilidad que inescapablemente propia de cada cual, esto es;
la muerte” (Pág.142).
Pero, en el caso de los colonizados,
Maldonado afirma que no es un Dasein cualquiera, y el encentro con la
posibilidad de la muerte no tiene el mismo impacto o resultados que para
alguien alienado o despersonalizado por virtud del “uno”. “Los sujetos
racializados son construidos de formas distintas de las que forman a sujetos,
otros y pueblos. La anticipación de la muerte no es tanto un factor
individualizador como un rasgo constitutivo de su realidad. Para ellos la
muerte, no es “el uno”, aquello que los aflige. El encuentro con la muerte
siempre viene de alguna forma muy tarde, ya que la muerte está siempre a su
lado como amenaza continua” (Pág.143).
III.
¿Qué
es la colonialidad del ser?
Según Maldonado, las
implicaciones del “Yo pienso” de Descartes, las implicaciones que se podrían
tomar, es la de que otros no piensan, y con la afirmación “Soy” se podría decir
que los demás están desprovistos del ser. Es decir, conscientes de que la modernidad
esta vinculada con la idea de la racionalidad y el ser, se crean las
especulaciones de que los sujetos racializados, posiblemente estén desprovistos
del ser, ya que; desde la perspectiva eurocéntrica, esos sujetos no piensan,
por lo tanto, no tienen ser. Solo los consideran como simple entes sin ser.
Entonces, aquí el “Dasein” de Heidegger, es
colonizado; a quien Maldonado denomina como condenado o damnés (Sujeto que no
puede dar porque lo que ella o él tiene
ha sido tomado de ella o él), creando así diferencia ontológica. Fanon afirma que:
“El enigma de los negro aparece, para él, como el punto de partida radical para
pensar sobre la colonialidad del ser” (Pág.146). A partir de ello, Fanon
elabora sus meditaciones por medio de tres categorías fundamentales: Diferencia
trans-ontológica, Diferencia ontológica, Diferencia sub-ontológica o diferencia
ontológica colonial.
Maldonado, con respecto a la Diferencia
sub-ontológica, refiere que “…podría decirse que hay dos aspectos de la
diferencia colonial (epistémico y ontológico) y que ambos están relacionados
con el poder (Explotación, dominación y control)” (Pág.147). Todo ello, tiene
fuertes denotaciones, como por ejemplo la imagen de la mujer negra como deseo
sexual, y el hombre negro como amenaza
de
violador. Se crea a partir de esto, la distinción entre raza, sexo, género.
Donde la mujer negra se cosifica para ser objeto sexual y sirvienta. El hombre
negro, configurado como una amenaza por representar la barbarie y depravación
del violador.
Por los cual, Fanon ante este mundo colonial maniqueo, realiza
una guerra contra guerra, orientado por el amor, entendida aquí como el deseo
de restaurar la ética, eliminar la diferencia sub-ontológica y darle un lugar
humano a las diferencias ontológicas y trans-ontológicas.
IV.
Descolonización
y “DES-GENER-ACCIÓN” DEL SER.
Maldonado, inicia este
apartado de su texto con la figura del damnés, que se refiere a la
subjetividad, tanto fundadamente se caracteriza
por el dar, pero se encuentra en condiciones en la cuales no puede dar
nada, pues todo lo que tiene le
ha sido tomado. A sí mismo, al tener en cuenta que el “Género, casta, raza y
sexualidad, son quizás las cuatros formas de diferenciación humana que han
servido más frecuentemente como medios
para transgredir la primacía humanos de
la relación entre el yo y el otro” (Pág. 153).
Todo lo antes mencionado, crea de manera
concreta relaciones sociales verticales,
que realiza distinciones entre grupos elevados a la divinidad y otros al
infierno de la esclavitud. Por tanto,
este ser, con aspecto colonial es propio de la modernidad donde se
establece el sistema de la “estructura maniquea de amos y esclavos”, y donde la
idea de la ética de la guerra es naturalizada por medio de la raza.
Por lo tanto, Nelson Maldonado propone que
“de la no-ética de la guerra de conquista transitamos, así, a la praxis de la
descolonización, inspirada por una ética otra, la ética de la donación, de la
generosidad humana y la responsabilidad” (Pág.155), donde según Fanon: La
descolonización consiste en la restauración del orden humanos a condiciones en
las cuales los sujetos puedan dar y recibir libremente, de acuerdo con el
principio de la receptividad generosa.
También Maldonado, ve un problema en la
filosofía moderna occidental, en su forma selectiva de su escepticismo radical
que nunca interrogó seria, ni sistemáticamente, a la colonialidad, por eso el
giro de-colonial implica fundamentalmente, primero, un cambio de actitud en el sujeto práctico y de conocimiento, y
luego, la transformación de la idea al proyecto de la de-colonización.
Por lo tanto, para Maldonado este giro
de-colonial, representa: “en primer lugar, un cambio de perspectiva y actitud
que se encuentra en las prácticas y formas de conocimiento de sujetos
colonizados, desde los inicios mismos de la colonización, y en segundo lugar,
un proyecto de transformación sistemática y global de las presuposiciones e
implicaciones de la modernidad, asumido por una variedad de sujetos en dialogo”
(Pág.160) y en “términos de discurso consiste en acabar con la diferencia
sub-ontológica y restaurar el sentido y la relevancia trans-ontologica”
(Pág.162).
4) Valoración:
El proceso de “colonización” y su estructuración, considero que se ha
encargado de configurarnos para no tomar conciencia de las implicaciones
negativas que este sistema causó y sigue causando en nuestros pueblos
originarios. Nos ha configurado para amar al dominador, hoy reproducimos de
manera concreta todo aquello que se nos fue impuesto. Estamos inmerso en un
mundo eurocéntrico, o como diría Alejandro
Flores: “no existe sociedad alguna en el mundo contemporáneo que no haya sido
afectada por la dominación de la imagen de la supremacía blanca y en
consecuencia, no existe sociedad que haya quedado libre de los efectos del
colonialismo”.
Estos efectos del colonialismo, son evidentes en la vida práctica
especialmente en nuestras relaciones interpersonales, con la denominada “línea racial”, donde la
blancura es la que tiene la superioridad. A sí mismo, a nivel académico los
planes de estudio están elaborados con pensamiento europeo-occidental. A lo
largo de nuestra formación escolar, aprendemos un 95% del pensamiento europeo y lo
nuestro lo dejamos por un lado. Lo que
me hace pensar, que cada individuo está sujeto
a unas especies de categorías de lenguaje, que lo que busca es ordenar,
alinear, y articular un modo de ser, a través de signos y símbolos que dicen
que es lo normal y lo anormal.
También, somos reproductores de esta
colonialidad que ve en la relación de género, a la mujer como un objeto sexual,
especialmente la figura de la mujer negra,
cosificamos su subjetividad a
simples amas de casas, sin derecho a opinar ni decidir y en donde la cultura
falocéntrica es la que tiene el dominio y el poder. Todo ello, unido a la imagen de la blancura
como lo perfecto, y quien es diferente a ello, es visto y valorado como un
inferior. De ahí un deseo por “mejorar la raza”, frase muy común en nuestros contexto, queremos corresponder a lo
que este sistema configura.
Por lo tanto, considero que el ensayo de Nelson Maldonado es un excelente trabajo
que define de manera concreta este sistema colonial que nos ha configurado y
hoy nos obliga de una u otra manera a reproducir ese sistema. A sí mismo,
considero que es una invitación a una toma de conciencia, que nos lleve a la
reflexión de dar ese giro decolonial. Ese giro que promueva una ética que tenga fuertes relaciones con el
otro, que veamos en la diferencia una riqueza, no un supuesta inferioridad de
razas.
En ese mismo sentido, estoy en acuerdo con
el énfasis que realiza en Nelson Maldonado y la necesidad de analizar este
discurso en cuanto a la “división
ontológica de cuerpos y prácticas sociales que separa a los entes sin ser, de
los entes con ser” y todo realizado por una hegemonía blanca. Nuestros países han sido objetos de
este sistema colonial que ordenar
nuestra sociedad, según su parecer, sistema que decide que es lo civilizado y
que no lo es, realizando así una división práctica, como dice Alejandro
Flores “producto de una serie de
tensiones entre imágenes, colectividades y narrativas inscritas en la clausura
histórica y política determinada, de forma diagramática, por el “espectro” de
la experiencia colonia”, Que nos obligan a tener una memoria y olvido de
nuestra raza”.
Este ensayo, considero que es una urgente
llamada a darnos cuenta como la colonialidad del poder, la colonialidad del
saber y la colonialidad de ser, crea fuertes diferencias ontológicas que nos
llevan a la desigualdad y el dominio de los “racionales” contra aquellos que
denominaban “irracionales”. Desigualdades que deben ser destruidas, para
dejar a tras esa línea (imaginaria) ontológica que no permite que reconozca en
el otro parte de mi yo.
Por lo tanto, al estar conscientes de este
sistema, estamos llamados a restaurar las condiciones del orden humano, donde
las relaciones no se lleven a cabo de manera vertical (superioridad e
inferioridad) por los conceptos de género, raza, casta, sexo. Si no, que nos desarrollemos con un corazón y
pensamiento amplio a la diversidad que
existe en todo el mundo.
Conscientes que este sistema se ha arraigado
a cada vez, que estamos sumergido
en el, y que de u otra manera rigen el
orden-mundo, debemos de ir en contra corriente y dar ese giro deconolonial desde practicas concretas en nuestra vida
diría. Hoy la publicidad, el comercio y todo el andamiaje de este sistema colonizador nos trasmite las ideas sobre “la belleza” y
lo que desde una concepción eurocéntrica es un “hombre” o es una “mujer”, “lo
moderno”, “lo humano”, “lo indio”, “lo negro”, etc. Ideas que realiza
clasificaciones desiguales y quien no corresponde con ello está fuera de lugar.
A sí mismo, considero que este giro
de-colonial es también es una llamada, para el supuesto “colonizado”, para que
vea en él; como la configuración de un prototipo lo ha configurado en busca de
crear un mundo más occidental- europeo. Que tome conciencia y reaccione también
en busca luchar contra este sistema ”escéptico maniqueo misantrópico”. Y en
esto, nos ayuda mucho Levinas, quien considera que la filosofía debería ser una ética, que no ve
sus primacía en el “Yo pienso, luego existo”, sino en un “Yo siento, y luego
existo”, realidad que nos hace más consciente de la diferencia de lo demás, no
desde una línea ontología, sino en la que el otro es parte de mí. Debemos dar
un giro según Levinas donde “la filosofía no sea el amor a la sabiduría, sino
donde le filosofía sea “la sabiduría que
nace del amor”.
5) ¿Por qué es importante el autor y el texto?
En el contexto donde nos desarrollamos a
nivel académico, social, cultural, etc.
Está sumergido en una forma de pensar occidental-europeo que desvaloriza por
completo el pensamiento y formas de vidas de los pueblo originarios. A sí mismo,
no considera en estas diferentes manifestaciones de la humanidad, la
posibilidad de nutrirse de la diferencia, sino que ve en ella una especie de
inferioridad.
Por lo cual, pienso que esta obra de Nelson
Maldonado-Torres es trabajo que permite vislumbrar todo el andamiaje de este
sistema opresor-dominador, que a los largo de su estructuración nos ha
sumergido en esa denominada “colonización del ser”. El texto posee esa riqueza
permite: Introducirnos a las formulaciones de este discurso colonial, ver el
proceso desde sus ideas “modernas” y su
influencia en nuestras tierras, y sobre todo creer en un proceso o giro
de-colonial que busca el recueperar
nuestra dignidad.
También, considero que es de suma
importancia el texto ya que; es una
invitación a creer también es un proceso de pensamiento latinoamericano, que
uno u otra manera se nos fue quitado la libertad de expresión, la capacidad de
generar pensamiento crítico, pero la obra también busca despertad nuestro deseo
por conocer y generar pensamiento, todo ello, sin desvalorizar a los pueblos
originarios, donde encontramos una cosmovisión del mundo maravillosa, donde
podemos encontrar una sabiduría diferente a la concepción occidental pero
también valiosa y nutritiva.
A sí mismo, considero que el autor Nelson
Maldonado, nos permite creer en la posibilidad de un proceso decolonial, que
nos sucederá de la noche a la mañana, pero que es momento de tomar conciencia y
reaccionar, entorno a estos tipo de dominación que imperan en nuestros
territorios. Para promover un proceso emancipatorio, a través de una filosofía
que no se limite a la concepción occidental, que busca a ser distinciones entre
“seres con entes y seres sin entes”, sino una filosofía que en la diversidad encuentre su riqueza, una filosofía que nazca
no de relaciones asimétricas, sino, del diálogo, una filosofía que no nazca del
egoísmos sino del compartir, una filosofía que no nazca de las cuatro forma de
diferenciación humana (Género, casta, raza, y sexualidad), sino una verdadera
relación con el otro, desde sus diferencias.
Por lo tanto, Considero que Nelson Maldonado
Torres, también es imagen de este proceso de diálogo entre pensamientos diferentes.
Maldonado, conoce la filosofía occidental, la ha estudiado. Pero, no se cierra
a este conjunto de conocimiento si no que se abre al diálogo, para valorar el pensamiento que es propio de
nuestro continente latinoamericano y a
partir de ello, crear un nuevo horizonte en la filosofía, que ve en cada
ser (sin distinción alguna) un riqueza invaluable. A sí mismo, pienso que es de
vital importancia ponerle mucha atención a lo que Maldonado denomina “giro
decolonial”, para nosotros comenzar a ser agente de un nuevo pensamiento que no
este dominado por el discurso de la colonialidad y su conceptos
“modernos-europeos”.
Referencias
Castro,
G. Y Grosfoguel, R. (2007). El giro
decolonial- Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo
global. Bogotá. Colombia.
Escuela
de Artes y Ciencias. Rutgers, la Universidad Estatal de Nueva Jersey. (2015).
Flores,
A. (2012). Preformación, colonialidad, sexo y raza-cuerpos sádico-masoquistas.
Maldonado-Torres,
N. (2009). E. M. Enrique Dussel, El
pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y "latino"
(1300-2000) (pág. 977). México: siglo xxi editores.
Maldonado
Torres. Sobre la colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un
concepto. (2009).