Por: Lennin Ariel González Ocampo
El conocimiento universal que se tiene de
corazón es el de un órgano principal por
el cual circula la sangre. Teniendo este presupuesto, cómo es que el corazón puede
ser objeto del filosofar o el pensar. En la filosofía maya, el corazón (li o’on) sí ocupo parte importante en el desarrollo y profundidad
de la misma. Desde la categoría del pensar, Miguel Hernández expone “que todas
las cosas de la naturaleza tienen corazón (que les da la existencia y el valor
de las categorías entre las cosas del mundo),
y que tienen como él el carácter de sujetos” (Hernández, La filosofía
maya. Pág. 30) Es así como el corazón se vuelve el elemento transformador de la
naturaleza. Y pasando la naturaleza a ser sujeto, obtiene sensibilidad y el
pensar sobre sí mismo, y sobre las cosas del mundo. Porque cuando el sujeto
piensa, afirma su existencia.
El maya ve en el corazón la expresión
profunda y clara de su habla. Porque expresándose es como da cuenta de lo que
es, de lo que realmente anida en su corazón. Y tales expresiones vienen a ser
el modo de instruir y crecer en la vida. Por tanto, el corazón no es inerte
sino tiene pensamiento y esta animado. Y el pensamiento maya es pues el medio
por el cual se tiene comprensión y conocimiento de las cosas del mundo.
Ahora bien, en cuanto al pensamiento náhuatl
el corazón (yòllotl) se sitúa como el
sentido de fuente y aliento de vida. Y si este infunde vida quiere decir que la
posee y debe cuidarse para no perecer.
Por ello Miguel León-Portilla cita un manuscrito: “¿Dónde andaba tu corazón?
Por esto das corazón a cada cosa, sin rumbo lo llevas: vas destruyendo tu
corazón” (León-Portilla. El Pensamiento
Náhuatl. Cantares mexicanos. Pág. 90) El corazón es vital en el pensamiento
náhuatl por su relación con la vida. El corazón puede aspirar a dar significado
al ser. Porque el corazón es lo más íntimo del ser.
Para los náhuatl el corazón a cambio de una
piedra que es insensible y menos pensante. Contiene capacidad para recibir y
capacidad para darse a los demás. A los
cristianos, Dios les cambia el corazón
de piedra por un corazón de carne. En en la Liturgia de las Horas está escrito:
“y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancare de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Cántico Ez
36,24-28. Pág.1365 del diurnal). Esta frase muestra como si Dios les hubiera
dado la capacidad de dar y recibir a los náhuatl al igual que a los cristianos.
Por eso creo que el corazón contiene cercanía y movimiento. La cercanía en
cuanto que puede comunicarse y entenderse con otro corazón. El movimiento da
vida al corazón. Es así como el corazón está en contra de la lejanía y el
inmovilismo.
Teniendo presentadas las nociones del corazón
de la filosofía maya y el pensamiento náhuatl, llega el momento de presentar la
propia noción del corazón. Presentaré mi noción
a partir de dos elementos: los sentimientos y el pensamiento.
El ser humano a través de la historia ha
expresado sus sentimientos, los cuales
surgen en su corazón. Pueden ser sentimientos de alegría o tristeza, pero ambos
se dan de forma sensible. Los mayas también
expresaban sus sentimientos por medio del corazón. Sentimientos de
agradecimiento, que van desde sacrificios de animales hasta las ofrendas de sus
cosechas. Los náhuatl también expresaban sus sentimientos desde el corazón. Por
medio de sentimientos de aflicción por la llegada de la muerte. También por
medio de sentimientos de gozo porque los náhuatl creían que el corazón hace
nacer flores de nuestra carne.
Ahora bien, el pensamiento es considerado
como la actividad propia del entendimiento. El corazón en el pensamiento maya
interviene en la expresión profunda y la agudeza de su habla. El corazón es
además manifestación de la personalidad originaria y la dignidad del maya. En
el pensamiento náhuatl el corazón comprende que debe hacer un camino para
encontrar la fuente de la vida. El corazón debe acercarse al supremo dador de
la vida, en él encontrará raíces verdaderas para existir y no morir.
En conclusión, el corazón contiene tanto los
sentimientos como pensamiento. Es el corazón la fuente de vida del ser humano,
sea este de origen maya, náhuatl o de otra descendencia. Los sentimientos como
el pensamiento pertenecen al corazón.
Jairo Quibajà Pac:
ResponderEliminarLa noción que nos presenta Lenin sobre el corazón de la filosofía maya y el pensamiento náhuatl es muy importante de valorar. Ahora bien, entro un poco en desacuerdo a algo que dice: “que los sentimiento como el pensamiento pertenecen al corazón”. En la filosofía maya Miguel Hernández nos presenta en su texto que “Así, el pensamiento maya fue puesto por un jech-o stuk (Ser absoluto) para comprender las cosas del mundo” (pág. 30) y sigue diciendo: “que pensar es atributo de la cosa natural, y en cierta medida de nuestro albedrío… en conclusión, el maya busca liberar su existencia a través del desarrollo de sus conocimientos” (pág. 31) por lo tanto los sentimiento que si pertenecen al sentir del corazón, no se relacionan con el pensamiento. Esto debido a que El pensamiento por su parte es como nos lo indica Miguel Hernández que es un atributo de la cosa natural el pensar. Ante esta situación aclaro que pensar es algo muy propio del hombre como tal. El hombre maya como el náhuatl, aquí no es lo contario a ello. Por naturaleza tenemos esa capacidad del pensamiento-pensar. Sin embargo el corazón es entendido como parte fundamental de estas culturas. Fundamental en el sentido de que tanto pensar cono sentir (corazón) son lago muy propio del hombre. Obteniendo como resultado que pensamiento es algo muy distinto y atrevido a mí parecer el decir que pertenezca al corazón. Al contrario de los sentimientos, ya que estos son vistos desde la filosofía maya como náhuatl algo muy propio del corazón. Los sentimientos forman parte del corazón del hombre y como entendimiento de ello que se le es dado por naturaleza pertenece a la mente o a su razonamiento como tal y no al corazón.