viernes, 13 de septiembre de 2013

LA POLÍTICA COLONIAL
                                                  
                                                                                            Felipe Miranda Castillo

Antes de la llegada de los españoles a tierras americanas ya existía un modo de régimen, un ejemplo es la moral rígida de los mexicas y que todos tenían que acatar porque si se violaban estas reglas se rompía el orden del universo, la persona se degradaba a sí misma y podía ser castigado con la pena de muerte. Este modo de administración supone no sólo una concepción espiritual del mundo sino un orden legal, aunque no existiesen reglas escritas y concretamente definidas por una ley positiva, se contaba con criterios para juzgar cual tenía que ser el comportamiento a nivel comunitario. Esta sabiduría poseía un conjunto de principios toltecas que eran comunicados por medio de escuelas. Es decir, los imperios precolombinos contaban con organización social bastante estable, incluso se puede hacer esta afirmación de cualquier tipo de civilización americana.  

A través de los escritos que se conservan es posible señalar que las culturas americanas previas a la invasión, conquista y dominio español tenían un pensamiento propio, una filosofía que consistía en dar explicaciones a su vida y a sus obras, no consistía en un pensamiento antropocéntrico, utilitarista y pragmático, sino que integraba a todo el cosmos. Sin embargo, los invasores, por su ignorancia, consideraron este modelo de régimen como salvaje. Los usurpadores españoles creyeron que traían un conocimiento superior al de los habitantes las tierras recién descubiertas por ellos. Cerraron así la oportunidad de entablar un diálogo donde se pudieran conocer otros modos de saber y de interpretar la realidad.

Después de la cruel lucha los españoles lograron dominar a los nativos porque sus armas eran mucho más poderosas, triunfo el metal y se perdieron muchas vidas con ellas el imperio, el pueblo experimentó una esclavitud demasiado cruel. Precisamente, desde este momento es que comienza la acción política. Francisco de Vitoria sometió a un proceso crítico el “descubrimiento” y conquista de América. Mientras que los invasores justificaron sus acciones y por eso acudieron al papa Alejandro VI y él por medio de su poder político y universal les donó a los reyes católicos los territorios de las indias. La bula de la donación sirvió de aval para el manifiesto del requerimiento español. Los poderosos conquistadores leían el documento del  requerimiento y sin mediar palabras (aunque esto era imposible porque no se entendían entre idiomas) procedían a reclamar los territorios indígenas, mataban a los habitantes del pueblo sin razón alguna.

Vitoria desde España se indignó y “acusó de invasión y agresión a los conquistadores y desautorizó los argumentos filosóficos que justificaban su política de represión.” Vitoria se inclinó a favor de los conquistados e insinuó las nuevas directrices de la política colonial. En primer lugar, desacreditó la donación pontificia porque afirmó que el papa no tiene ningún poder político sobre los indios ni las tierras americanas, el poder del papa es espiritual. Cuestionó la crueldad con la que los españoles reclamaban las tierras, pues dice que los indígenas no sabían ni entendían lo que le pedía los españoles. Posteriormente, defendió la hominidad de los indígenas, porque los invasores consideraron que eran entes sin alma y que por esta razón tenían que ser educados para salir del estado salvaje en que estaban. Además estuvo a favor de la igualdad entre indígenas y españoles, ambos grupos deben tener igual libertad. Vitoria afirma que los indios son dueños legítimos de sus bienes, por esta causa tienen derecho a defenderse y hace la guerra a los españoles. Sin embargo, Vitoria pone bajo la tutela de los españoles a los indios para que ellos sean educados y puedan salir del estado de barbarie.

Considero que Vitoria menospreció el conocimiento de los indígenas por no haber tenido contacto directo con ellos, si hubiese conocido a  los “tlamatinime” (los que saben cosas), probablemente sus opiniones hubieran sido distintas respecto de dejar a los nativos americanos bajo la tutela española.

Por otra parte, el pueblo oprimido quería dialogar pero esto fue imposible pues los conquistadores siempre se sintieron superiores ante los indios. Un ejemplo es Juan Ginés de Sepúlveda que decía que los indígenas habían nacido para obedecer a los españoles. Esto lo argumentaban a partir de las ideas aristotélicas de que unos nacieron para gobernar y otros para ser gobernados. Consistía en el sometimiento del hombre menos prudente al más prudente. Era una esclavitud legal, donde el español peleaba contra el indígena y lo vencía por lo que ganaba el derecho de tomarlos como esclavos. No obstante, la escuela de salamanca sostuvo la tesis de que “todos los hombres son libres por naturaleza y no esclavos.”

Los indígenas tuvieron muchos otros defensores entre ellos los misioneros que propusieron una conquista no armada y las reducciones para favorecer la paz y la vida de los indígenas que se veían amenazados por los encomenderos, quienes los explotan hasta matarlos de trabajos forzados y de hambre, pero este movimiento de las reducciones no resultó exitoso en todos los casos.

También hubo esfuerzos por parte de los indígenas para ser reconocidos. Uno de ellos fue Felipe Guamán Poma de Ayala que redactó una obra que dirigió al rey Felipe III. Esta obra titulada “El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno” cuenta con tres partes. La primera, narra la vida de los incas antes de la conquista. La segunda, narra los horrores de la conquista. Y la tercera propone una solución  a los problemas de las indias donde concluye que es mejor que le devuelvan la facultad para administrar sus tierras y actividades políticas. Lastimosamente esta obra nunca llegó a manos del rey.

En conclusión, la política de la colonia fue por una parte la lucha por el reconocimiento de una cultura que se vio oprimida por los poderosos y por otra parte, fue la justificación de unas acciones totalmente injustas. Esto se sigue dando todavía en nuestras sociedades, al pobre no se le escucha, más bien los poderosos son indiferentes ante el mal que sufren. Para que nuestros pueblos puedan disfrutar de la igualdad en derechos y libertad falta mucho sobre todo en plano de la sensibilidad,  se necesita que exista una dinámica de empatía y solidaridad  recíproca, solo de este modo se podrá construir una comunidad política que integre a todos.



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